Por fin estoy de regreso en Madrid. Bajo del avión y camino por el aeropuerto sin poder dejar de apreciar el anillo que llevo en mi mano; aun no lo creo, me voy a casar con Bautista. Una enorme sonrisa en mi rostro me delata, estoy absolutamente feliz. —Es ella.— Escucho decir a un grupo de chicas que están allí. Un poco confundida las miro y ellas se acercan a mi —¿Disculpa tu eres Abril Huguet?— Pregunta una de ellas.
No entiendo mucho que sucede —¿Acaso te conozco?— Le pregunto confundida
—¿Eres tú?— Insiste.
—Si...— Le respondo con dudas.
—Me imagino que estarás feliz por haber podido engatusar a Bautista De Rosi, uno de los mejores directores del país, ¿no?— Me dice de una manera bastante agresiva y creo que me estoy perdiendo de algo.
—No sé de qué hablas, pero permíteme.&mdas
[BAUTISTA]La veo sosteniendo su móvil en la mano sin saber qué hacer y como yo he causado este problema por abrir la boca de más con la persona incorrecta; seré yo quien resuelva esto. Sin darle opción tomo su móvil y desbloqueo la pantalla. —Leandro, soy yo. — Respondo serio.—Pásame con mi hija; te dije que no quería que estuvieras con ella ¿te das cuenta lo que has causado? — Me reclama.—Claro que me doy cuenta, y por esa misma razón te respondí yo. — Me defiendo.—Mejor que hagas algo al respecto. — Me advierte.—Antes que sucediera esto ya lo había hecho. Tú hija ha aceptado ser mi esposa el día de su cumpleaños y si te interesa el sábado es la fiesta de compromiso en casa de mis padres. Tú veras si vas o no. — Informo sin darle oportunidad a que me diga
Después de tres días en los cuales hemos tenido que leer cualquier clase de comentarios y soportar muchísimas preguntas a través de llamadas de teléfono; por fin estamos alistándonos para lo que promete ser una noche increíble. La familia de Bautista y futura familia política están felices con nuestra futura boda. Ellos no paran de sorprenderme ya que cuando hemos llegado esta mañana me han recibido como si me conocieran de toda la vida. Lo único que lamento es que mi madre no pueda estar, pero ella está demasiado ocupada con los preparativos de su propia boda y solo quiero que todo le salga bien; y mi padre, bueno con él ni siquiera cuento.Termino de arreglarme, me coloco el precioso vestido color rojo que Bautista me ha regalado y me pongo las sandalias que he escogido para esta noche. Cuando estoy terminando de amarrar las sandalias Bautista entra a la habitación y me observa
Llegamos al jardín y la mirada de todos los invitados, los cuales no son demasiados, se posan en nosotros. Ser el centro de atención no es algo que me encante, y mucho menos vestida de esta manera. Mi futura suegra y mi futura cuñada se han lucido con la decoración del jardín; han pensado en todo, hay carpas cubriendo todo el terreno y controles de temperatura para que no se sienta el frio; aunque no hace mucho frio, a decir verdad.Observo a mi prometido quien tiene una cara de felicidad increíble y le lanzo una sonrisa para dejarle saber lo feliz que me encuentro. Su mano aprieta mas la mía y se acerca a mi oído —Tendré que hablar con algunos de mis amigos... la manera que te miran no es adecuada.— Me dice entre risas y se muy bien que esta bromeando.Esta vez soy yo quien me acerco a su oído —El vestido lo elegiste tú guapo, así que ahora te aguantas.— Nuestra
Observo como mi padre se va acercando a nosotros junto a Laura, quien ya tiene una barriga enorme. No sé muy bien que esperar de esto y solo puedo sentir como mi corazón late con demasiada fuerza; solo espero que no venga a arruinar mi felicidad.—Relájate cariño.— Dice Bautista mirándome. —Respira... todo estará bien.— Me pide intentando calmarme.—Estoy nerviosa, ¿Qué es lo que querrá ahora?—Cuestiono.—No sé, pero vamos a averiguarlo.— Propone y unos segundos después mi padre se para enfrente de mí y me saluda con dos besos.—Hola hija, te ves preciosa.— Me halga y luego es Laura quien me saluda.—¿Qué haces aquí?— Le pregunto algo seria.—Hola Leandro.— Lo saluda Bautista y extiende su mano para saludarlo.Mi padre
[BAUTISTA]Leandro y yo entramos a la casa, vamos hacia el estudio y cierro la puerta detrás de nosotros. No sé muy bien que es lo que me querrá decir, pero solo sé que esta noche no tengo ganas de discutir con él; estoy demasiado feliz. —Si quieres siéntate.— Le digo señalando el sofá que hay en el estudio.—Gracias, prometo no demorar mucho.— Me dice y se sienta.Hago lo mismo que él y me siento en uno de los taburetes que hay aquí. —Te escucho.— Hablo con algo de incertidumbre.—Bautista, tengo que pedirte disculpas.— Sentencia sin poder mirarme.Creo que no he escuchado bien... —¿disculpas?— Le pregunto con dudas.—Si, realmente aun me cuesta mucho aceptar lo tuyo con mi hija, pero también sé que nunca te he visto mirar a alguien como la miras a ella.— Comenta y est
No tengo ni idea de cuánto tiempo llevan hablando y no sé si están simplemente conversando o discutiendo. Me excuso con Laura y decido ir a buscarlos, y es que tengo miedo de que las cosas empeoren. Estoy justamente entrando a la casa cuando los veo salir a los dos muy sonrientes del estudio de Bautista. —¿Todo en orden?— Les pregunto y ambos se sorprenden ya que estaban distraídos en su charla.Apenas me ve, Bautista se acerca a mí y me planta un corto beso —Todo más que bien mi amor.— Señala y la felicidad es muy notoria en su tono de voz.—¿Qué ha sucedido?— Les pregunto con mucha confusión.Mi padre se acerca a nosotros y me lanza una sonrisa —Hija, he hablado con mi futuro yerno y le he explicado que no obstaculizare más su relación.—Me informa y no lo puedo creer.—¿¡De verdad papá
Ya no aguanto más estos tacones; subo la escalera como puedo seguida por él más que formal prometido mío, quien se ríe de mí. —Podrías haberte cambiado de zapatos en cualquier momento.— Me dice y sigue burlándose de mí.—¿Y perder el glamur que me ha dado este vestido? ¡Ni loca que este!— Rebato haciéndome la diva mientras muevo mi cabello para que caiga.Su risa me contagia y siento como sus manos se apoderan de mi cintura al llegar al segundo piso —Ven aquí diva mía...— Me pide sin parar de reírse y tomándome entre sus brazos.—¡Amor!— Grito ya que siento que me voy a caer en cualquier momento.—Shhhh.... Ya todos están en sus cuartos.— Advierte en lo que es casi un susurro.Me cubro la boca con mi mano y me rio sin parar de la situación. Parecemo
Los golpes en la puerta de nuestra habitación nos despiertan a los dos. —Cariño, ten vístete.— Me dice algo dormido y me da una de sus camisetas.—Gracias.— Lo observo mientras se coloca un pantalón corto y abre la puerta después de cerciorase que ya este vestida.Al abrir la puerta vemos a sus dos sobrinas. —Hola princesas, ¿Qué sucede?— Les pregunta con una voz de dormido que me da risa.—Tío, es que mamá nos pidió que viniéramos por ustedes. Ella dice que es urgente.— Le explica Sienna.—¿No te ha dicho que sucede?— Cuestiona Bautista agachándose enfrente de ellas.—No, solo dijo que tienes que bajar rápido.— Repite y su hermana solo los observa.—Vale, ya bajo.— Les deja saber y ellas después de abrazarlo se van. —Cariño, arr&e