[BAUTISTA]
En estos momentos soy el hombre más feliz del mundo, me dijo que sí. Bajamos del avión tomados de la mano y sé que ella debe seguir trabajando, pero esta noche será para que festejemos. —No puedo creer que hayas volado de Madrid a Buenos Aires y de Buenos Aires a Miami solo para pedirme matrimonio.— Me dice mirándome con una enorme sonrisa tatuada en su rostro.
—¿Solo para pedirte matrimonio? Creo que eso es mucho.— Comento entre risas.
—Me refiero a que has volado casi 24 horas para hacerlo cuando pudiste haberlo hecho en Madrid.— Me aclara mientras vamos caminando por el aeropuerto.
—Tenía planeado pedirte matrimonio el día de tu cumpleaños. Lo que sucede es que no sabía cuando era.— Le digo entre risas —Cuando me entere de la fecha tuve que adelantar todos mis planes... además, justo coincidió que e
Con Bautista tomándome por la cintura y sus labios besando mi cuello, abro la puerta de la habitación. Enciendo las luces y sus manos atrapan mi cuerpo haciéndolo prisionero de su necesidad. No es necesario ni siquiera que digamos nada porque los dos entendemos perfectamente bien lo que queremos; al otro... eso es lo que necesitamos.Sus manos traviesas se van colando por debajo de mi falda —Te dije que tu provocación no te saldría gratis.— Me recuerda y sus dedos rozan ese punto de mi ser haciendo que un gemido se escape de mí.Sigue torturándome de una manera que me encanta y solo puedo aferrarme a él intentando absorber las sensaciones que causa en mí. Intento mover mis manos para comenzar a deshacerme de su ropa, pero él remueve sus dedos de mí y me comienza a besar de una manera desesperada —Te tengo que confesar que soy fanático de tu boca mi amor.— M
[BAUTISTA]La observo mientras se coloca mi camiseta después de haber hecho el amor y me parece lo más sexy del mundo. —Te ves increíblemente sexy con mi camiseta.— Le digo mientras me acerco a ella y luego le planto un beso.—Me gusta mucho usar tu ropa, tiene tu aroma.— Me responde y por mi dejaría que usara mi ropa todo el tiempo.—Úsala cuando gustes...— Comento y de repente golpean la puerta y sé que ya ha llegado mi sorpresa para ella. —Cariño, porque no vas al baño un instante mientras preparan todo, no quiero que distraigas al hombre del “room service”— Le digo sonriente.—Vale— Dice y me planta un beso.Una vez que escucho la puerta del baño cerrarse entran dos hombres con todo lo que había pedido en la nota que les di en la recepción sin que ella se diera cuenta. Champagne,
[BAUTISTA]Haberme despedido de ella ha sido mucho más difícil que todas las veces anteriores. Quisiera pedirle que deje ese trabajo y que trabaje conmigo de tiempo completo, pero no quiero parecer intrusivo y mucho menos quitarle su libertad; esa que tanto cuida ella. Sé que algún día ella decidirá dejar ese trabajo, pero no seré yo quien se lo pida por más ganas que sienta de tenerla cerca todo el tiempo.Llego a nuestro departamento después de un largo vuelo y solo quiero acostarme sobre la cama y estirar un poco mis piernas. El sonido de mi móvil indicando que he recibido una notificación hace que quite el móvil del bolsillo y al desbloquear la pantalla es un mensaje de Damián //Ramiro, Jorge y yo vamos a tomar unos tragos hoy a la noche, ¿vienes?////Si, claro. Tengo una noticia que darles, pásame la dirección del bar. ¿a qué hora?//
Por fin estoy de regreso en Madrid. Bajo del avión y camino por el aeropuerto sin poder dejar de apreciar el anillo que llevo en mi mano; aun no lo creo, me voy a casar con Bautista. Una enorme sonrisa en mi rostro me delata, estoy absolutamente feliz. —Es ella.— Escucho decir a un grupo de chicas que están allí. Un poco confundida las miro y ellas se acercan a mi —¿Disculpa tu eres Abril Huguet?— Pregunta una de ellas.No entiendo mucho que sucede —¿Acaso te conozco?— Le pregunto confundida—¿Eres tú?— Insiste.—Si...— Le respondo con dudas.—Me imagino que estarás feliz por haber podido engatusar a Bautista De Rosi, uno de los mejores directores del país, ¿no?— Me dice de una manera bastante agresiva y creo que me estoy perdiendo de algo.—No sé de qué hablas, pero permíteme.&mdas
[BAUTISTA]La veo sosteniendo su móvil en la mano sin saber qué hacer y como yo he causado este problema por abrir la boca de más con la persona incorrecta; seré yo quien resuelva esto. Sin darle opción tomo su móvil y desbloqueo la pantalla. —Leandro, soy yo. — Respondo serio.—Pásame con mi hija; te dije que no quería que estuvieras con ella ¿te das cuenta lo que has causado? — Me reclama.—Claro que me doy cuenta, y por esa misma razón te respondí yo. — Me defiendo.—Mejor que hagas algo al respecto. — Me advierte.—Antes que sucediera esto ya lo había hecho. Tú hija ha aceptado ser mi esposa el día de su cumpleaños y si te interesa el sábado es la fiesta de compromiso en casa de mis padres. Tú veras si vas o no. — Informo sin darle oportunidad a que me diga
Después de tres días en los cuales hemos tenido que leer cualquier clase de comentarios y soportar muchísimas preguntas a través de llamadas de teléfono; por fin estamos alistándonos para lo que promete ser una noche increíble. La familia de Bautista y futura familia política están felices con nuestra futura boda. Ellos no paran de sorprenderme ya que cuando hemos llegado esta mañana me han recibido como si me conocieran de toda la vida. Lo único que lamento es que mi madre no pueda estar, pero ella está demasiado ocupada con los preparativos de su propia boda y solo quiero que todo le salga bien; y mi padre, bueno con él ni siquiera cuento.Termino de arreglarme, me coloco el precioso vestido color rojo que Bautista me ha regalado y me pongo las sandalias que he escogido para esta noche. Cuando estoy terminando de amarrar las sandalias Bautista entra a la habitación y me observa
Llegamos al jardín y la mirada de todos los invitados, los cuales no son demasiados, se posan en nosotros. Ser el centro de atención no es algo que me encante, y mucho menos vestida de esta manera. Mi futura suegra y mi futura cuñada se han lucido con la decoración del jardín; han pensado en todo, hay carpas cubriendo todo el terreno y controles de temperatura para que no se sienta el frio; aunque no hace mucho frio, a decir verdad.Observo a mi prometido quien tiene una cara de felicidad increíble y le lanzo una sonrisa para dejarle saber lo feliz que me encuentro. Su mano aprieta mas la mía y se acerca a mi oído —Tendré que hablar con algunos de mis amigos... la manera que te miran no es adecuada.— Me dice entre risas y se muy bien que esta bromeando.Esta vez soy yo quien me acerco a su oído —El vestido lo elegiste tú guapo, así que ahora te aguantas.— Nuestra
Observo como mi padre se va acercando a nosotros junto a Laura, quien ya tiene una barriga enorme. No sé muy bien que esperar de esto y solo puedo sentir como mi corazón late con demasiada fuerza; solo espero que no venga a arruinar mi felicidad.—Relájate cariño.— Dice Bautista mirándome. —Respira... todo estará bien.— Me pide intentando calmarme.—Estoy nerviosa, ¿Qué es lo que querrá ahora?—Cuestiono.—No sé, pero vamos a averiguarlo.— Propone y unos segundos después mi padre se para enfrente de mí y me saluda con dos besos.—Hola hija, te ves preciosa.— Me halga y luego es Laura quien me saluda.—¿Qué haces aquí?— Le pregunto algo seria.—Hola Leandro.— Lo saluda Bautista y extiende su mano para saludarlo.Mi padre