Abro la puerta de mi departamento feliz de que finalmente he llegado a mi hogar. Amo ser auxiliar de vuelo, pero cuando tengo que viajar tantos días seguidos quedo agotada. Dejo mi maleta tirada en la sala, y casi como si fuese un zombi voy a mi habitación y prácticamente me tiro en la cama... «Mi hermosa y cómoda cama, cuanto la he extrañado…»
No sé ni cuánto tiempo he dormido, pero el ruido de mi celular me hace despertar algo confundida...
—Hola— Digo respondiendo la llamada sin siquiera ver el nombre en la pantall
La música suena a todo volumen mientras que bailamos sin parar, jamás creí que él bailara tan pero tan bien… la canción que suena ahora me fascina y es perfecta para lo que busco. Nos movemos juntos y yo procuro rozar su cuerpo de la manera más provocativa posible, «si vamos a jugar hagámoslo los dos...» pienso y sonrió internamente. Puedo sentir como de a poco su cuerpo se va tensando y su respiración se entrecorta ¡me encanta sentirlo así! —Me estás enloqueciendo— me dice sensualmente al oído mientras que sus manos recorren mi espalda y bajan un poco más de lo debido haciéndome reír de los nervios y sentir fuego. Vamos caminando por el pasillo dónde está el departamento de él prácticamente comiéndonos con los ojos, lo malo de que él sea famoso es que hay que tener cuidado de no dar ningún espectáculo por las calles por más que lo deseemos, al menos si no queremos aparecer en la portada de alguna revista. —Por fin hemos llegado— Dice mientras abre la puerta de su departamento. —Ahora si— Continua y me toma por la cintura, me acerca a su cuerpo y con desesperación me empieza a besar. «Dios... esos labios expertos me vuelven loca... no sé dónde ha aprendido a besar así, o si ha nacido con este talento, pero es perfecto...9. Fin de semana de locura
El volumen de la música está al máximo mientras él conduce camino a Torrelaguna, suena una de mis canciones favoritas y tener a un director de cine a mi lado no me cohíbe para cantar a todo pulmón.—Vaya que cantas mal, pero me encanta esa canción— Se atreve a decirme sin parar de reírse.No hago caso a sus palabras y tan solo sigo cantando—"All of my life Where have you been I wonder if I'll ever see you again And if that day comes I know we could win I wonder if I'll ever see you again”—¡Me encanta esta canción!&md
Lo más probable es que el conserje del hotel creyera que estabamos escondiéndonos de algo, o si ha reconocido a Bautista habrá creído qué él escapaba de un grupo de fans o de la prensa, la velocidad con la que hemos hecho el registro ha sido increíble, pero otra vez nos gana las ganas que tenemos del otro. Lo observo abrir la puerta de la habitación con sus manos temblando mientras que lo abrazó por la espalda y mis manos se cuelan por debajo de su camisa acariciando su abdomen.—Debo decirte que sé nota muchísimo que vas al gimnasio. — Le susurro al oído.
El sol pegando sobre mi espalda me relaja profundamente y creo que en nada me quedaré dormida sobre está tumbona. La verdad es que entre la cantidad de vuelos y la energía que Bautista saca de mi hacen que este demasiado cansada. Hay muy poca gente en la piscina, aunque creo que en general hay poca gente en el hotel, claramente Bautista lo ha elegido por ese motivo y a mí no me desagrada la idea.Mis parpados se cierran de a poco pero el peso de un cuerpo completamente mojado, el cual supongo que es de Bautista, me hacen despertar algo exaltada ya que me ha asustado. —Definitivamente eres preciosa— me susurra al oído mientras masajea mis hombros.
Me besa sin cesar moviéndose en mí, me hace delirar sentirlo así. Es todo un experto y lo sabe porque cada vez que me posee se esmera para que sea más intenso; crea adicción y ahora me pregunto si hay alguna mujer por allí en el mundo sufriendo por no tenerlo más en su cama.Sus gemidos son igual de sensual que su voz y entre ellos, sus caricias y la manera que me está follando mi cuerpo comienza a temblar —Eres un vicio— Me susurra al oído después de haber acabado en mí. Mi respiración está agitada… quiero responderle, pero literalmente no puedo. —¿Qué haremos con todo esto? — Me pregunta una ve
Su mano acaricia mi rodilla por debajo de la mesa mientras que cenamos bajo un juego de miradas que podrían prender fuego el restaurante completo. Me es difícil comer porque cada roce de sus dedos es una caricia que incita a olvidarse de todo «¿porque tiene que ser así? ¿No podemos cenar como dos personas normales? ¿No se cansa nunca?»Lo miro intentando que entienda que debe detenerse, pero al parecer, hacerme esto le divierte y solo me lanza una pícara sonrisa que me deja saber que está disfrutando de verme así. —¿No te cansas nunca? — Me atrevo finalmente a preguntarle.
— Llego la hora de volver a la realidad — le digo apoyada sobre el marco del portal de mi departamento mientras que él sostiene su cuerpo inclinado sobre el mío con la mano que está apoyada sobre la pared a mi lado. La forma en la que me mira refleja sus ganas de volver a estar piel a piel como si lo de ayer y lo de esta mañana no hubiese sido suficiente.— Me encantaría tenerte un mes solo para mí...— Dice acercándose peligrosamente a mi boca.