He decidido volar directamente a Málaga y encontrarme con Bautista aquí para que todo fuera más fácil. Salgo del aeropuerto y allí me espera en su auto para que nadie lo reconozca y es que, si entraba, probablemente alguna fan se le acercaría y haría que todo fuera un poco más complejo. Con muchas ansias entro al auto y sin poder esperar más le doy un beso. Lo he extrañado muchísimo. —¡Hola mi amor! — Me dice feliz —Te seguiría besando, pero debo mover el auto de aquí. — Comenta sonriente. —¿Que tal ha estado tu vuelo? — Me pregunta mientras conduce.
—Bastante bien... me hacías falta al lado.— Contesto.
—Cariño, por favor... ten piedad de mi, hace más de una semana que no estoy contigo y me has hecho mucha falta...— Me pide mirándome por un instante.
—Vale... aprovech
Me coloco mi bikini después de que Bautista me trajera mi maleta y me mostrará la habitación donde dormiríamos, la cual es su habitación cuando se queda aquí. Me da un poco de vergüenza quedarme con él sabiendo que toda su familia de alguna manera esté al tanto de todo. Cuando estamos solos es diferente... creo que debo acostumbrarme a esto, eso es todo.Salgo del baño y allí está el esperándome sentado sobre la cama ya con su traje de baño puesto.—Mi amor... me encanta...— Dice sonriente estirando sus brazos para que le de la mano.Hago lo que él propone y me tira para que me siente sobre él. —Amor, nos están esperando. — Le recuerdo al ver sus intenciones cuando sus labios se acercan a los míos.—Lo sé... les has caído muy bien... sabes, mi madre me ha dicho que le encantas. &m
Después de una tarde increíble en la piscina y una cena exquisita que ha preparado Teresa, entro a la habitación. Cierro la puerta detrás de mi, pero en menos de un segundo se vuelve a abrir y allí entra Bautista.—Amor— Dice abrazándome por detrás mientras que apoya su barbilla sobre mi hombro.—¿Que sucede guapo? — Le pregunto sonriente al oírlo tan entusiasmado.Sus dedos acarician mi abdomen causándome escalofríos —Quería estar a solas contigo eso es todo— Me explica.Rápidamente me giro para quedar frente a frente con él —Yo también...— Admito.—Ahora si me puedes seducir como gustes— Me dice entre risas.—Lastima que ya no llevo puesta la falda que tanto te gusto está mañana— Comento inocentemente.—Lastima...— Dice siguien
El amanecer a su lado en el que es su cuarto de toda la vida tiene un gusto especial. Lo observo aún dormido y su rostro refleja tanta paz, que me transmite esa misma energía. Lentamente sus ojos se abren y al mirarme me hace tener que sonreírle —Hola guapo— Digo acariciando su rostro con mi dedo índice.—Buenos días...— Murmura y sus brazos me toman de la cintura atrayendo mi cuerpo al suyo. —Me encanta como te ves recién levantada— Dice sonriente.—Eres ciego... soy un desastre. — Le respondo entre risas.—La ciega eres tú. — Él se dispone a besarme cuando alguien toca la puerta de su cuarto.—Ve a abrir. — Le pido y rápidamente tomo mi camisón del suelo y él se viste.—Amor... eh... cúbrete con la sabana por favor...— Me pide entre risas parado desde la pue
Con mis piernas temblando me pongo de pie. No puedo creer que esos ojos verdes que tanto me enloquecieron una vez y que me hicieron sufrir a la vez estén delante de mí. No sé muy bien cómo reaccionar. Me encantaría gritarle, golpearlo, decirle lo mucho que me dolió lo que me hizo, pero hay algo que no me permite hacerlo. Es como si estuviese viendo un fantasma. Quizás el amor que siento por Bautista me ha hecho olvidar todo, tal vez él ya no significa nada para mí o quizás aquel día en el cual casi me ahogo murieron todos sus recuerdos.—¿Qué es lo que quieres? — Le pregunto distante.Una de esas medias sonrisas que tan bien conozco se dibujan en su rostro y ahora sí que siento el deseo de golpearlo —Te vi aquí sola y me preguntaba que hacías en Málaga. Además, hace un tiempo mi esposa me dijo que una mujer me habí
Veo de reojo cómo Bautista habla con Carolina y le pide que se lleve a las niñas a la casa. Me siento horrible conmigo misma, con Bautista, y con las niñas, he arruinado todo. Bautista tenía razón, en Madrid éramos más libres. Al mismo tiempo pienso que no puedo estar huyendo todo el tiempo de mi pasado, por más horrible que sea.—Cariño, ven vamos. — Dice tomándome de las manos para que me ponga de pie.—Tendrías que haber ido con ellas. — Comento con poco ánimo.—Te dije que ni loco te dejaría. — Repite haciendo que lo mire fijamente a los ojos.—Bautista, me siento tan mal... con tanta vergüenza...— Murmuro.—¿Vergüenza? — Me pregunta sorprendido.Lo miro como no creyendo que no sepa porque siento vergüenza —Si, no es fácil que hablen de ti de esa ma
Después de dos días finalmente Bautista y yo hemos vuelto a la normalidad; eso significa que su familia ha sido testigo de nuestras muestras de cariño, controladas obviamente. Creo que nunca me he sonrojado tanto en tan poco tiempo; cosa que a mi guapísimo novio le parece muy divertido.—¿Tu quieres que yo me vuelva loco durante toda la cena?— Me pregunta al verme con el vestido color turquesa que he elegido.—Tú también te ves demasiado guapo y no te estoy diciendo si lo haces a propósito, simplemente disfruto de la vista he intentó controlarme.— Le respondo entre risas.—Yo no tengo ese mismo autocontrol cariño...— Se defiende de manera sensual mientras se acerca a mí.Me abraza por detrás y planta un beso en mi cuello, uno que hace que me den escalofríos. —Mi amor... nos esperan nuestros amigos.— Le explico inte
Salgo del restaurante muy preocupada por la situación que puede estar ocurriendo fuera entre mi padre y Bautista. Me paro en la entrada y miro a mi alrededor queriendo encontrarlos, pero no los veo. De pronto escucho la voz de mi padre —¡¿que parte de no te metieras con mi hija no has entendido?!— Realmente esta enfurecido.Sigo el sonido de su voz hasta la esquina de la calle, los observo sin poder moverme y mi padre prácticamente está a milímetros de Bautista. —Papá, por favor— Le digo intentando calmar un poco la situación.—No te metas en esto Abril.— Me responde. —Te repito, ¿Qué parte de que no te metieras con mi hija no entendiste?——Leandro, escúchame.— Le responde Bautista.—No, no te voy a escuchar. Te conozco demasiado bien. ¿Tenias que meterte con ella? ¡¿Acaso no has tenido suf
Después de habernos despedido de nuestros amigos dándole una corta explicación de lo que ha sucedido, Bautista y yo regresamos a su casa en absoluto silencio. Él está muy pensativo y yo la verdad es que estoy muy triste por la reacción de mi padre. Entramos a la casa, subimos la escalera y entramos a su cuarto. Me quito mi vestido, me coloco mi camisón y la verdad es que apenas me cepillo los dientes y entro a la cama; no tengo ni ánimos de quitarme el maquillaje. Él se ha quitado la ropa y se colocó una camiseta blanca y también entra a la cama. Me acomodo sobre su pecho y lo abrazo fuertemente. Las palabras de mi padre dan vueltas en mi cabeza y no puedo creer que él también haya sido capaz de lastimarme.—Cariño, ¿Quieres que hablemos?— Me pregunta acariciando mi cabello.Lo miro —¿Tú quieres?— Cuestiono con dudas