Axel
Todo mi cuerpo tiembla por la emoción de saber que ya será mía, mi mujer mi esposa, es lo que siempre quise encontrar a la indicada, desde el momento en que la vi supe que ella seria diferente, amo tanto a Alessandra, ella es un ser puro no digo perfecto pero casi lo es, se ve como una princesa vestida con su vestido largo color blanco y su cabello largo en hondas, es muy hermosa es mi Reyna. Su padre camina junto con ella en dirección al altar, no puedo dejar de sonreír de felicidad y mas al ver como mis padres la quieren y mis hermanas de igual manera la aman, en tan solo 6 meses ella ha sido un ángel que apareció en mi vida y también para mi familia, no se como pagarle a la vida por tanta Felicidad que me a regalado en estos meses. Observo a mi suegra ella esta muy seria se que piensa lo peor de mi, quizás por que le di una mala impresión a los primeros meses pero no volverá a pasar y tampoco dejare que mis celos interfieran en mi matrimonio. Al llegar hasta donde me encuentro su padre me extiende su mano y susurra un.
—Cuida a mi preciosa joya – Asiente sin dudar, ella es eso y mucho mas.
Todo se detiene a nuestro alrededor cuando nuestras miradas se encuentran, ese brillo que provoco en ella la hace ver radiante, me siento feliz y que con mi sonrisa basta demostrar lo mucho que la amo. Me acerco mas a ella y le susurro un te amo, ella susurra lo mismo, los minutos son eternos para cuando el sacerdote pregunta si aceptó a Alessandra como mi esposa, sin dudar ni un segundo respondo un si.
—Si aceptó– Luego dice todo lo demás y yo solo sigo sonriendo sin prestarle mínima atención de lo que dice. Alessandra acepta sin dudar de su amor, en ese momentos todos aplauden y gritan nos entregamos los anillos y todo lo demás, no puedo estar mas que agradecido con Dios por darme una mujer única, perfecta, la que me ama sin dudar.
Al terminar la ceremonia los padres de mi esposa nos saludaron y felicitaron, sus padres me piden que la ame mucho y si que lo haré, mis padres me saludan y abrazan, igual mis hermanas todo transcurrió muy bien, la fiesta fue perfecta los amigos de ella llegaron, nos saludaron y nos entregaron varios utensilios para nuestro hogar, aunque no era necesario eso me sobra en mi casa, sin embargo es nuestros obsequios y recuerdos de nuestra boda. Pasamos la noche bailando abrazados y con tranquilidad, luego mi madre anuncio que debíamos viajar a nuestra luna de miel porque se nos hacía tarde. Alessandra se quitó su vestido de novia y se puso un hermoso vestido crema. Se acercó a mi madre y la abrazo con mucho cariño, se acercó a sus padres y hermano.
Fue difícil para ella despedirse de su madre, jamás se había alejado de sus padres, pero en esta ocasión es diferente ahora esta a mi lado ya casada conmigo y la amo tanto que quiero lo mejor para ella no la lastimaría, eso no.
Ya dentro del avión se tranquilizó la abracé y bese su suave labio, ya me encontraba ansioso de tocarla, desnudarla y hacerla completamente mía.
Al arribar a nuestro destinó, un auto que contrate nos estaba esperando, mi esposa feliz observaba todo a nuestro alrededor, entramos al hotel 5 estrellas de igual ya todo estaba contratado y pagado, me entregaron la llave de nuestra habitación y la tarjeta para ingresar al restaurante VIP. Cuando entre junto a mi esposa sin esperar mas la eleve en mis brazos y la deposite en la cama, ninguno de los dos quería esperar.
—Te amo Axel, te amo tanto –Murmura besando mi cuello.
—Tu no te imaginas cuanto yo te amo mi Luciérnaga.
Sonríe satisfecha.
Sin poder contener mas las ganas empecé a desvestirla lentamente, bese cada parte de su cuerpo, ella hacia lo mismo no queríamos apresurarnos, porque esto apenas comenzaba, sentía la necesidad de memorizarme cada parte de ella, mi cuerpo caliente y sudoroso quería probarla, pero me aguante ya los dos desnudos rozando nuestra piel, sintiendo ese suave roce delicioso, la miraba ruborizada. Sus labios rojos e hinchados por nuestros arrebatados besos la hacia ver radiante, sus ojos brillaban de pura felicidad, lo se ya que me encuentro igual, tome el control y la penetre lentamente, no tengo idea si es su primera vez, pero se sentía estrecha, ella jadeo lentamente, la bese con tanta pasión y amor, espere a que se acostumbrara a sentirlo dentro de ella.
—Te amo... – Susurro bajando mis besos por su cuello.
—Yo también te amo mi grandote – Su voz sonó turbio quizás por la excitación. –Oh madre mía, te amo tanto Axel.
Mis movimientos suaves se convirtieron en rapidez, bajo dejando mordiscos por su pecho, mi sudor caí gota a gota en su piel suave y delicado, nuestro cuerpo caliente estaban ardiendo de excitación, no aguantaba mas estoy apunto de acabar, pero esperare que ella acabe primero no podría llevarme el merito, tampoco soy de esos tipos de persona. Nuestro cuerpo se movía en una suave sintonía, la eleve hasta dejarla encima de mi, ahora ella toma el control sus movimientos suaves provocaban pequeño espasmos por todo mi cuerpo, la hice moverse con un poco mas de rapidez, tome su cuello acercándola a mi, bese su labio, succionando su lengua y sin mas ambos explotamos en un delicioso orgasmo. La abrace con tanto amor, bese su mejilla y la observe, se ve como toda una diosa.
—Te amo Alessandra.
—Yo te amo aún mas mi Axel. – Nos abrazamos sin importarnos nada, ni la hora ni el celular la cual estaba sonando.
Desperté al sentir varios besos en mi labio, mi bella esposa se encontraba encima de mi, con una hermosa sonrisa que me noqueaba, su cabello castaño lucia hermoso, sus ojos se veían con mucho brillo. Dios mío, en serio que no merecía a tan hermoso Ángel.
—Bajemos a desayunar luego a la playa –Pide haciéndome cosquillas.
—Esta bien mi amor, déjame darme un baño y bajemos, al parecer madrugaste.— Asintió feliz bese su mejilla y entre a la ducha.
***
Luego de haber desayunado un omellette y una rica taza de café, bajamos a la playa a disfrutar del mar, mi esposa caminaba descalza, se notaba alegre y mas carismática, la miraba como si temiera perderla.
—Axel mira ahí. – Señalo hacia el señor que vende Algodones de azúcar.–Me compras uno – Pide como una nena berrinchuda.
—Eres una chiquilla, eso no es bueno para la salud, pero como mi reina me lo esta ordenado no puedo negarme.
—Ve mi amor antes que los nenes se acerquen –Bese su nariz y camine hacia el vendedor, muchos niños se acercaron a comprar, aquí el único adulto era yo, sin embargo no podía irme sin las manos vacías tenia que comprárselas, mi chica moría por estos algodones.
Luego de esperar como a 8 niños compre lo mío, sonriendo me estaba acercando a mi esposa, pero mi sonrisa se borro al verla con un hombre, este le decía algo y ella sonreía muy encantada, enojado corro hacia ella y de una jalón la alejo del tipo.
—¿¡Que demonio es esto Alessandra!?– Espete molesto.
—¿Que te sucede Axel?– Siseo contraída.
Alessandra.Juego con la Arena mientras espero a que mi amado esposo me traiga los algodones de azúcar, se a demorado un poco y se que es por lo nenes que se amontonaron a comprar, sigo en lo mío, pero luego desvió la mirada al ver un perro raza Pitbull venir hacia mi, asustada me aparto, sin embargo la correa que sujeta su cuello se enreda en mi pies.—¡Brown Calma! —Grita él hombre que venía siguiéndolo.—Me va morder— Murmure asustada.—No señorita, este tranquila, Brown es un perro tranquilo, solo quería jugar discúlpanos. —Asentí ya mas tranquila y relajada.—Podría por favor soltar la correa.—Si lo haré, oye Brown como se te ocurrió molestar a la bella dama —Le riño a su perro y este encantando mueve la cola.Que linda mascota, me encantaría tener uno así, pero debo preguntarle a mi esposo. De lejos veo a mi esposo venir, pero su rostro luce tenso.—¡Que demonios es esto Alessandra!—
AxelAl llegar al pais lo primero que hice fue llamar a mis padres. Llegamos a nuestra cuidad le pedí a Carol que me dejara la casa muy bien decorada y con todo lo necesario en la cocina, quiero que mi esposa se sienta bien en su nuevo hogar, ahora todo lo mío le pertenece, deseo hacerla feliz y que se sienta amada a mi lado.—Estoy muy feliz de haber llegado a nuestro país, mis padres se pondrán feliz cuando les lleve el obsequio que le compramos, igual mi hermanito Daniel.—Así es mi amor, igual lo digo por mis hermanas se pondrán feliz, te parece si primero vamos a visitar a nuestras familias, luego a nuestra casa. –Mi esposa me observa muy alegre.—Si amor, sería genial.Le informo a mi chófer que nos lleve a la casa de mis suegros.—Manuel, llévanos a casa de mis suegros luego iremos a la de mis padres. –Manuel asintió sin dejar de ver la carretera.<
Alessandra.Me encontraba dentro del aula de clase, nos habíamos presentado con los docentes que impartirán las clases que nos toca yo elegí por estudiar magisterio musical, amo todo lo que se trata de la música de los pianos, las baterías, las flautas y todos lo que se trata de música y instrumentos, mientras tanto los demás se presentan, me fijo que se encuentran algunos compañeros de la secundaria. Tatiana mi dulce amiga y otros dos más compañeros, también se encontraban algunos alumnos que solo sacarían clases básica, cómo matemáticas, biologías y lectura, por mi desgracia entre ellos se encontraba Nicolás mi antiguo novio de la Juventud, en fin ignoro verlo y sigo prestando atención a la docente que a empezado a impartir las clases. Todo la mañana la docente impartió el tema sobre la forma en cómo debemos utilizar el piano de Mesa, los signos que debemos usar para manejar cada tecla, la clase transcurrió muy entretenida. Al finalizar saludo a Tatiana y ambas salimos junta
Axel.Me encuentro sentado en mi oficina escribiendo unas notas sobre un borrador de una de las editoriales de España, realmente no me estoy concentrando en la escritura, ya que me sentía impotente desganado, nuevamente los celos inundaron mi mente pensaba lo peor de mi esposa cuando a la vez se que ella no tiene nada que ver con su antiguo novio.El pasado nuevamente quiere regresar esa oscuridad desea sofocarme, ahorcarme y hacerme sentir diferente, cada día que pasa quisiera ser una persona nueva ser el Axel de hace tiempo atrás cuando jugaba con mis hermanita, cuando les contaba anécdotas de historia de amor a Cristal a Casandra y a Casseling, en esos tiempos conversaba de todo con mama le contaba lo que me pasaba ella me entendía sólo ella estaba a mi lado cuando le decía lo que me pasaba en la escuela con las chicas o con algún compañero envidioso. Quiero ser ese de antes sin embargo ya no soy él Axel de años an
Alessandra.Nuestro fin de semana empezó muy bien, nos venimos a la playa de pochomil junto a mis padres, suegros y cuñadas, me encontraba embobada viendo todo lo bello del mar, personas por donde quiera, tiendas llenas de comida, bebidas y un sin fin de cosas.Mi hermanito Daniel se unió con las Gemelas y Cristal, los niños se tomaron la mano, caminaron Juntos con sus pies descalzos, mis padres ya se encontraban arreglando un pequeño toldo para que no se nos pegue el sol, mis suegros igual, ya habían pedido comida y bebidas y para los niños frutas y Jugos, mi esposo se encontraba muy serio pero aún así me encantaba ya se encontraba con un short playero sin camiseta, usaba unos lentes oscuros de sol.—Me pondré mi traje de baño.—¿El de sólo una pieza con shorts?—Pregunto Axel con tono molesto.—Bueno no traje esa es de dos piezas, es de Bikini— Negó recostandose en l
AxelLuego de haber ido por mi esposa, decidimos en ir a un Restaurante para almorzar, necesito pasarla con ella antes de irme de viaje, debo viajar a España por 3 días. Juro que no quisiera viajar pero no tengo otra opción, necesitan mi firma para la entrega de los libros, también para algunas entrevistas. Dejo de la lado mis cavilaciones para observar detalladamente a mi esposa, se nota nerviosa y no tengo idea del porque.—¿Sucede algo? –inquiero acariciando su mano.—Bueno si, quería saber si no estas molesto porque saldré este fin de semana con mi amiga Tatiana–Valla era eso.—No amor, no lo estoy es una cena entre amigas, tu disfruta y vienes temprano a casa. Descuida, de echo estaré de viaje.—No irás por mi. –Negué sin dejar de ver la carretera.–¿A donde irás?.—Debo viajar a España a una de las editorial, para recibir los libros que se venderán e
Axel Pensé que nunca llegaría a España, mi espalda dolía horrores, ni hablar de mi cabeza, sentía que explotaría, quiero llegar cuanto antes al hotel, darme una Rica ducha y agilizarme en cuanto a la visita al editorial, primero debo llamar a Alessandra, pero me detengo antes de sacar el celular de mi pantalón la chica que paso dormida todo el viaje se me acerca y me habla, se ve joven y muy linda, debe rondar los 23 años o menos.Me pregunto que desea ahora.—Disculpe la molestia es solo que no conozco este lugar y me da miedo perderme. —No puede ser, es en serio.—Debes tener un guía un mapa, me imagino que alguien te espera... —nego asustadiza. Waou en que lío me metí.—Bueno yo vine para una entrevista, soy de Chinandega y escribo libros, entonces me han contratado para venderlas en las editoriales. —Ah valla, entonces creo que vamos al mismo lugar.
Inmediatamente me aleje de ella y busque una sabana y se la tire, odio que una mujer se comporte de esa manera.—Estás comportandote como una cualquiera, piensas que soy un hombre que se acostara contigo por placer o por verte desnuda.—Lo... lo siento pense que.—¡Pensaste que!— grite molesto.—Disculpeme, me pase con el alcohol.—Al parecer se le lanzaría a cualquier hombre sin conocerlo.—No es así, se lo prometo, es solo que usted me gusta mucho.—¡Por Dios!—Apenas me has visto ayer en el avión y el dia de hoy y dices que yo te gusto.—Dalia se mordió el labio y asintió.—Uno se puede enamorar a primera vista y eso sucedió con usted.—Quítate eso de la cabeza soy un hombre casado y amo a mi esposa con locura. No la engañaria. Debo irme, espero no volver a verla.—Dicho eso salgo de la habitación de la chica y encachimbado e