Capítulo 20: Decepción y lágrimas. Parte I.
Connor Jones.
Sé que no puedo regresar al departamento de Gemma furioso, con este temperamento que no puedo controlar, además, de que ella notará que algo anda raro en mí y el simple hecho de tener que explicarle el porqué de mi enojo me enoja más.
Tampoco quiero mentirle al respecto, pero también estoy harto de ocultarle esto. No lo soporto más.
Siento que una parte de mi se siente decepcionado, por no tener la confianza y el valor tan grande en confesarle todo de una jodida vez, en tomar la iniciativa en algo que tanto temo, antes que se entere por otra persona y resulte peor de lo esperado.
Y ese es mi mayor miedo.
Me aterra de que ella se llegue a enterar del matrimonio que he estado ocultando detrás de sus espaldas, o mejor dicho, al frente de su cara.
Me siento un completo idiota.
Me siento como uno de esos chicos universitarios
Capítulo 20: Decepción y lágrimas. Parte II. Gemma Stone. Me siento feliz. Completa. Enamorada. La sonrisa en mi rostro es demasiado evidente, que es de total felicidad que irradia en todo mi cuerpo. Nunca me he sentido tan feliz en toda mi vida. Connor ha venido a darle ese toque de felicidad que me faltaba, él ha complementado mi vida. Sin embargo, una parte de mi lo extraña. Cuando se fue esta mañana de mi departamento, me sentí sola y vacía, espero que llegue antes de lo esperado, no veo la hora en abrazarlo, besarlo y decirle cuanto lo amo. Lo más tierno es que él se haya preocupado por mí, si me había lastimado por lo que ocurrió anoche... realmente fue lo más fantástico, mágico, único y lleno de adrenalina que nunca había experimento, pero gracias a él pude tener todas esas emociones. Con Connor siento que lo tengo todo; una vida, un futuro, un amor, un compañero... un universo.
Capítulo 21: No me abandones. Parte I. Connor Jones. —¿Qué? Es lo único que pude articular antes de que ella intente cerrarme la puerta en la cara, pero soy muy ágil en evitar en que lo haga, así que Gemma retrocede unos pasos, lejos de mí, huyendo de mí, no pude evitar que eso me doliera. Es como si yo soy la propia bestia acechando a su presa. Pude notar que sus ojos están escandalosamente hinchados, y el leve presentimiento de que ha estado llorando por mí, me hace sentir culpable. Miserable. Su rostro es inescrutable, ido, fuera de lugar en toda la habitación. Sus labios se encuentran resecos y con temblores ligeros. Sus mejillas y nariz optaron un color rojizo, que me ha dado entender que ya lleva mucho tiempo llorando. Me quise acercar más a ella, pero retrocede, arroja un florero haciéndose añicos, como si eso pudiera evitar mi andar hacia ella. —¡Aléjat
Capítulo 21: No me abandones. Parte II. —Gemma, no hagas esto más difícil de lo que ya es, por favor... —le suplico, más bien le ruego para que pueda darme un momento y poder explicarle todo. Ella niega, y se limpia una lágrima traiciona. —Tú no hagas las cosas más difíciles, Jones. Vete, por favor... —murmura lo último con seguridad que me deja sin aire en mis pulmones. Miro sus ojos —tal vez siendo la última vez que los llegue a apreciar— con la esperanza de encontrar algo en ellos, pero no hallo nada, simplemente encuentro frialdad. —Gemma, no hagas esto. No me abandones... —le susurro, con la voz hecha añicos. Me mira por unos segundos, que me parecen eternos, para decir: —Solo vete, Jones. (...) —Sigue sin contestar a mis llamadas, lo único que hace es mandarme al buzón, o mejor dicho, a la m****a, donde siempre he estado. Le doy un trago amargo a la bebida que reposa en una de mis
Capítulo 22: Promesas y ya no te amo. Parte I. Gemma Stone. El vaso que llevo en mis manos no deja de calentarlas un poco por el frío que está haciendo normalmente en la ciudad. Ya llego el invierno a New York, y es la estación del año que me gusta más, de solo pensar en la nieve me siento como una niña pequeña dispuesta a jugar un rato con ella. Han pasado varios días desde aquella vez que lo vi. Desde aquella vez que me destrocé por completo, en mencionar, que trato de alejar ese recuerdo doloroso hacia mi trabajo. Es duro saber que tengo que sonreír forzadamente cuando estoy hecha pedazos por dentro. Lo peor de llegar cada día a mi departamento es que revivo cada uno de los recuerdos que me golpean brutalmente, haciéndome caer en la realidad. Sus labios devorando mi piel. Sus ojos admirando mi rostro. Sus manos recorriendo cada parte de mi sistema. Su cuerpo
Capítulo 22: Promesas y ya no te amo. Parte II. Connor Jones. Mi idea ya está saliendo a la perfección. Según Kara, Gemma no tardará en llegar a su casa, en donde se supone que vería es a ella, pero resulta que se llevará la sorpresa que al que verá es a mí y no a su amiga. Sé que no es la idea más ingeniosa, pero es la única forma en la que yo puedo hablar con ella. —Tranquilo, Connor. Todo saldrá bien —me anima Joe, dándome una leve palmada en la espalda. —¿Y si no quiere escucharme? —le pregunto ansioso y nervioso. La verdad si me encuentro muy nervioso, no dejo de caminar de un lado al otro pensando en las palabras correctas que le diré cuando la vea. Mi mente es un caos en estos momentos y siento como mi estómago esta revuelto por los nervios. —¡Ya llegó! —grita Harvey, ya que él observaba el momento en que ella llegara. Mi respiración se detuvo por unos mi
Capítulo 23: Divorcio no dado. Parte I. Connor Jones. —Quiero el divorcio, Dakota. Dicho eso, Dakota comienza a ahogarse con el agua que está bebiendo. Empieza a toser, y su rostro se pone completamente rojo. Cuando se repone deposita el vaso en la mesa del centro, su mirada es como un filo de aflicción, que me descoloca de mi lugar. Su mirada pasa a ser, desencajada y a descomponerse en unos minutos. Está totalmente desconcertada y abatida por lo que ha salido de mi boca. —¿Qué? —ríe, secamente, sin ningún humor alguno en su risa. Se levanta del sofá, acercándose a mí lentamente. Trago el nudo que se había comenzado a formar en mi garganta, y la miro decidido. —Quiero el divorcio, Dakota —repito firmemente, enfrentándola—. Ya no quiero estar más a tu lado. Sus ojos se desorbitaron, me observa con cautela y desesperación. —¡¿Qué carajos estás diciendo, Connor?! —chilla,
Capítulo 23: Divorcio no dado. Parte II. Cuando le conté a los chicos sobre todo por lo que estoy pasando en estos momentos, no dudaron ni un minuto en demostrarme su apoyo y consolarme incondicionalmente. Creí que perdería la cabeza en cualquier momento sin saber qué hacer con el caos que ha venido a mi vida para arrebatarme lo más importante que tenía. Ahora siento que ya no tengo nada. Me siento tan vacio por dentro. —Sí, yo solo quería separarme de ella y acabar con toda esta falsa —hablo dolido—, pero Dakota no quiere darme el divorcio, quiere que sufra como ella lo está haciendo en estos momentos por toda la m****a que le he hecho. Es verdad, eso es lo que ella quiere. Quiere que me hunda en el agujero en donde antes estuve. Aunque Gemma me sacó de él, pero esta vez no tengo a nadie que me ayude a salir de allí. Me siento solo, teniendo a millones de personas. —¡Dakota está loca! —exclama Logan, elevando
Capítulo 24: Perdóname. Connor Jones. Le pago al taxista, no sin antes decirle unas palabras inentendibles a lo que él me fulmina con su mirada y me mando a bajarme del auto rápidamente. Que maleducado es. Camino pesadamente hacia el interior del edificio. Mis pasos cada vez son más pesados, como si estuvieran impidiendo en que cometa una locura en la que después pueda arrepentirme toda mi vida. Pero eso ya no me importa. Ya nada tiene sentido para mí. El frío en New York es muy abrazador, a lo cual, maldigo en ese momento por no haber traído mi chaqueta. La había olvidado en el momento en que salí del departamento de Joe hecho una furia. Las llamadas y mensajes insistentes de los chicos diciendo en que vuelva no han dejado de ser interminables en mi teléfono, así que tomo la decisión de apagarlo. Sinceramente no quiero volver al departamento de Joe por los momentos, no hasta que soluc