Capítulo 21: No me abandones. Parte II.
—Gemma, no hagas esto más difícil de lo que ya es, por favor... —le suplico, más bien le ruego para que pueda darme un momento y poder explicarle todo.
Ella niega, y se limpia una lágrima traiciona.
—Tú no hagas las cosas más difíciles, Jones. Vete, por favor... —murmura lo último con seguridad que me deja sin aire en mis pulmones.
Miro sus ojos —tal vez siendo la última vez que los llegue a apreciar— con la esperanza de encontrar algo en ellos, pero no hallo nada, simplemente encuentro frialdad.
—Gemma, no hagas esto. No me abandones... —le susurro, con la voz hecha añicos.
Me mira por unos segundos, que me parecen eternos, para decir:
—Solo vete, Jones.
(...)
—Sigue sin contestar a mis llamadas, lo único que hace es mandarme al buzón, o mejor dicho, a la m****a, donde siempre he estado.
Le doy un trago amargo a la bebida que reposa en una de mis
Capítulo 22: Promesas y ya no te amo. Parte I. Gemma Stone. El vaso que llevo en mis manos no deja de calentarlas un poco por el frío que está haciendo normalmente en la ciudad. Ya llego el invierno a New York, y es la estación del año que me gusta más, de solo pensar en la nieve me siento como una niña pequeña dispuesta a jugar un rato con ella. Han pasado varios días desde aquella vez que lo vi. Desde aquella vez que me destrocé por completo, en mencionar, que trato de alejar ese recuerdo doloroso hacia mi trabajo. Es duro saber que tengo que sonreír forzadamente cuando estoy hecha pedazos por dentro. Lo peor de llegar cada día a mi departamento es que revivo cada uno de los recuerdos que me golpean brutalmente, haciéndome caer en la realidad. Sus labios devorando mi piel. Sus ojos admirando mi rostro. Sus manos recorriendo cada parte de mi sistema. Su cuerpo
Capítulo 22: Promesas y ya no te amo. Parte II. Connor Jones. Mi idea ya está saliendo a la perfección. Según Kara, Gemma no tardará en llegar a su casa, en donde se supone que vería es a ella, pero resulta que se llevará la sorpresa que al que verá es a mí y no a su amiga. Sé que no es la idea más ingeniosa, pero es la única forma en la que yo puedo hablar con ella. —Tranquilo, Connor. Todo saldrá bien —me anima Joe, dándome una leve palmada en la espalda. —¿Y si no quiere escucharme? —le pregunto ansioso y nervioso. La verdad si me encuentro muy nervioso, no dejo de caminar de un lado al otro pensando en las palabras correctas que le diré cuando la vea. Mi mente es un caos en estos momentos y siento como mi estómago esta revuelto por los nervios. —¡Ya llegó! —grita Harvey, ya que él observaba el momento en que ella llegara. Mi respiración se detuvo por unos mi
Capítulo 23: Divorcio no dado. Parte I. Connor Jones. —Quiero el divorcio, Dakota. Dicho eso, Dakota comienza a ahogarse con el agua que está bebiendo. Empieza a toser, y su rostro se pone completamente rojo. Cuando se repone deposita el vaso en la mesa del centro, su mirada es como un filo de aflicción, que me descoloca de mi lugar. Su mirada pasa a ser, desencajada y a descomponerse en unos minutos. Está totalmente desconcertada y abatida por lo que ha salido de mi boca. —¿Qué? —ríe, secamente, sin ningún humor alguno en su risa. Se levanta del sofá, acercándose a mí lentamente. Trago el nudo que se había comenzado a formar en mi garganta, y la miro decidido. —Quiero el divorcio, Dakota —repito firmemente, enfrentándola—. Ya no quiero estar más a tu lado. Sus ojos se desorbitaron, me observa con cautela y desesperación. —¡¿Qué carajos estás diciendo, Connor?! —chilla,
Capítulo 23: Divorcio no dado. Parte II. Cuando le conté a los chicos sobre todo por lo que estoy pasando en estos momentos, no dudaron ni un minuto en demostrarme su apoyo y consolarme incondicionalmente. Creí que perdería la cabeza en cualquier momento sin saber qué hacer con el caos que ha venido a mi vida para arrebatarme lo más importante que tenía. Ahora siento que ya no tengo nada. Me siento tan vacio por dentro. —Sí, yo solo quería separarme de ella y acabar con toda esta falsa —hablo dolido—, pero Dakota no quiere darme el divorcio, quiere que sufra como ella lo está haciendo en estos momentos por toda la m****a que le he hecho. Es verdad, eso es lo que ella quiere. Quiere que me hunda en el agujero en donde antes estuve. Aunque Gemma me sacó de él, pero esta vez no tengo a nadie que me ayude a salir de allí. Me siento solo, teniendo a millones de personas. —¡Dakota está loca! —exclama Logan, elevando
Capítulo 24: Perdóname. Connor Jones. Le pago al taxista, no sin antes decirle unas palabras inentendibles a lo que él me fulmina con su mirada y me mando a bajarme del auto rápidamente. Que maleducado es. Camino pesadamente hacia el interior del edificio. Mis pasos cada vez son más pesados, como si estuvieran impidiendo en que cometa una locura en la que después pueda arrepentirme toda mi vida. Pero eso ya no me importa. Ya nada tiene sentido para mí. El frío en New York es muy abrazador, a lo cual, maldigo en ese momento por no haber traído mi chaqueta. La había olvidado en el momento en que salí del departamento de Joe hecho una furia. Las llamadas y mensajes insistentes de los chicos diciendo en que vuelva no han dejado de ser interminables en mi teléfono, así que tomo la decisión de apagarlo. Sinceramente no quiero volver al departamento de Joe por los momentos, no hasta que soluc
Capítulo 25: Ayuda de amigos. Connor Jones. Me fui del departamento de Gemma con el corazón hecho añicos. Me duele pensar que la posibilidad de perderla cada vez se hace más grande al pasar los minutos. Las lágrimas no cesan en ningún momento, las tomo como mis más grandes amigas en aquella noche tan fría y solitaria. Sé perfectamente que debe de ser demasiado tarde, debe de ser de madrugada. No sé la hora exacta, pero lo que tengo en claro es que esa noche se siente tan distinta a las demás. Se siente tan desolada y aflictiva. No puedo comparar una noche más desgarradora y luctuosa que esta. Las calles de New York están tan lúgubres y desoladas, que es raro ver a uno que otro auto transitando a esta hora. Además que los únicos que son testigos de mi dolor y lágrimas son la luna y las estrellas. Mis mejillas están tan húmedas que ni me molesto en limpiarlas porque sé que volveré a moja
Capítulo 26: Desaparecer. Parte I. Gemma Stone. La vida es un gran desafío en poder vivirla en el ritmo que quieres llevarla, teniendo sus grandes obstáculos que nos hacen ponernos a prueba para ver de que realmente estamos hechos en poder superar. Así como nos puede poner a prueba sobre el amor, sobre sueños, sobre amistades y sobretodo, sobre el dolor. Y los seres humanos, a veces decimos que la vida se ríe de nosotros por algo malo que nos haya ocurrido, cuando simplemente nos intenta poner a prueba de ello a ver que limite podemos llegar a soportar. También es algo ilógico que digamos "Esto es el Karma" y "La vida me odia"; nosotros somos los que nos complicamos. Somos los protagonistas de nuestras propias vidas y la creamos al ritmo que tomamos desde un principio que llegamos al mundo, tal vez eso se le llama destino. Creamos nuestra propia historia y fantaseamos con todos los sue
Capítulo 26: Desaparecer. Parte II. Mamá suspira resignada al darse cuenta de que no voy a responder su pregunta y sale de la habitación sin antes decirme: —Siempre hay tiempos mejores. (...) Después de haber tenido un desayuno un poco incómodo con mi madre, decido salir a tomar un poco de aire y volver a retomar mi trabajo. Durante estos tres días estuve des-comunicada de todo tipo de redes sociales. Si quiero resolver toda la tormenta que hay en mis pensamientos tengo que alejarme de las redes para aclarar mis sentimientos y tomar decisiones que tal vez decidan mi futuro. Así que eso hice, y la verdad fue que me hizo sentirme mejor conmigo misma, ya que a veces en las redes te consigues con cosas desagradables que aunque no sean verdaderas nos afectan de cierta manera. Y mi día va mejorando poco a poco. Mi madre tiene razón cuando dijo que hay tiempos mejores, y este es uno de ellos. Tu vida puede que