“Zach, ¿por qué siempre me tratas así?”.

Lorraine, tierna y hermosa, ahora tenía lágrimas brillando en sus lindos ojos límpidos.

“Sabes lo que siento por ti. Han pasado cuatro años. Te he estado esperando. Estoy dispuesta a esperarte por el resto de mi vida mientras pueda estar contigo. Pero, ¿por qué siempre te alejas de mí? ¿Por qué me siento como si no fuera más que aire cada vez que estoy contigo?”.

Zachary mantuvo su espalda hacia ella. Su rostro perfecto, como el de un glaciar, no mostraba signos de emoción.

“No tengo tiempo para susurrarte palabras dulces. Ve al grano. ¿Por qué estás aquí?”.

La figura atractiva y curvilínea de Lorraine vaciló.

“Secuestraste a Sotiria y a su hija ayer, usaste a su hija para amenazarla para que se casara contigo. Cuando escuché—”.

“¿Sabes lo que significa la palabra ‘ser directo’?”. Zachary interrumpió tranquilamente a Lorraine. Sus ojos permanecieron fijos en la pintura sin terminar de Charlotte sobre el caballete.

“Ve al grano”.

Lorrain