“Las seis compañías que le di al Tío Jebediah. Su valor es de 27 mil millones de dólares en el mercado”. La voz de Zachary era como el sonido de un instrumento musical en la cima de una montaña nevada, sonando en un tono sutil.

Sin embargo, Charlotte sintió como si hubiera escuchado un relámpago en medio de un día soleado. La cantidad de riqueza que representaba ese número había excedido los límites de su propia comprensión.

Ella no tenía idea de cómo se las arregló para recuperar su voz. “¿No dijiste… que no necesitaba saberlo? ¿Por qué… me dices ahora?”.

“Ahora creo que es mejor que lo sepas…”.

Zachary entrecerró los ojos como un rey observando su reino.

“Ahora sabes cuánto de nuestra fortuna he gastado para proteger nuestro matrimonio. En el futuro, lo reconsiderarás si alguna vez piensas en amenazarme con el divorcio”.

Él apartó la mirada de su rostro tan pronto como dijo esto y se alejó de nuevo.

Charlotte no pudo contenerse más. Las lágrimas que había estado conteniendo ah