En la Unidad de Cuidados Intensivos, Sala 201…

Dos enfermeras estaban paradas a ambos lados de la cama del hospital, seguían mirando a Lorraine, que estaba acostada en la cama.

El doctor había ordenado específicamente que cuidaran bien a la paciente.

Lo primero que hizo la paciente al despertar del sedante de la operación fue clamar por mirarse en el espejo. Sin embargo, cuando la enfermera le dio un espejo, realmente se había vuelto loca y quiso arrancarse la gasa envuelta alrededor de su rostro, diciendo que tenía que saber cómo se veía su rostro ahora…

Afortunadamente, las enfermeras la habían detenido a tiempo.

Miraron el lado derecho de su rostro, que no estaba cubierto por una gasa. La piel era extremadamente delicada y su tez era tan clara como la nieve. Parecía una obra de arte tallada por Dios. Podría imaginarse que alguna vez fue una belleza incomparable si su lado izquierdo fuera tan perfecto como el derecho.

Sin embargo…

Si ella viera cómo se veía ahora su lado izqui