Mientras Lorraine estaba imaginando cosas, de repente se inclinó violentamente hacia adelante. Entonces se dio cuenta de que Zachary había pisado el freno cuando se recuperó de su estupor.

Ella miró a Zachary con sorpresa. “Zachary, ¿por qué te detienes?”.

“¿Estás ciega?”. La voz regia de Zachary la traspasó con frialdad.

Ella siguió la mirada de Zachary, solo para ver un Ferrari beige acercándose lentamente desde la dirección opuesta.

Lorraine entró en pánico mientras abría la puerta del coche apresuradamente.

El Ferrari se detuvo en ese momento, y un hombre alto salió del coche con rapidez.

Obviamente, Lorraine se quedó sorprendida cuando vio el rostro apuesto del hombre. “Zenios, ¿por qué estás aquí?”.

“¡Ah! Disfrutaba de manejar en el túnel y me pregunté quién estaba bloqueando mi camino cuando vi un coche que venía en la dirección opuesta. Resultó ser mi tío y mi tía abuela”. Zenios parecía decepcionado y frustrado.

Zachary también había salido del coche.

Los ojos azules