Charlotte regresó a su dormitorio, pero su corazón aún seguía latiendo con fuerza. Mientras se miraba en el espejo, sus labios estaban tan carmesí como si estuvieran sangrando, y su boca estaba llena de un regusto levemente dulce y metálico, como si el intenso beso de Zachary aún persistiera en sus labios…

Siempre que Zachary se acercaba a ella, sentía pánico y asombro. Incluso había tenido la ilusión de haber regresado a la noche en que ese extraño la profano hacía diez meses.

Esta vez, ¿fue porque Zachary la confundió con su amada mujer? Su beso había sido tan cariñoso que Charlotte solo sintió calidez.

“¡Puaj!”. Charlotte le dio a su reflejo en el espejo el dedo medio para expresar su desprecio y al mismo tiempo murmuró para consolarse: “Charlotte Simmons, lo estás haciendo bien. No hay nada malo contigo. Ninguna mujer debería poder resistir el encanto de ese tipo”.

…

Mientras Charlotte estaba acostada en la cama y acariciando su vientre, ella pensó en el niño que había dado a