Tan pronto como Charlotte tomó asiento en su estudio de arte, una voz varonil y magnética, tan sublime como un buen vino, estalló detrás de ella. “¿Eres la dueña de este estudio?”.

Charlotte echó la cabeza hacia atrás. Luego, sus cejas se fruncieron profundamente cuando esa figura alta y ese apuesto rostro entraron en su visión.

“Realmente eres un bicho que no se puede matar, ¿no es así? ¿La policía no te acaba de llevar? ¿Por qué volviste?”.

“¿Eh? ¿Yo? ¿Un bicho? ¿Qué me llevo la policía? ¿De qué estás hablando?”. El hombre parecía confundido.

Charlotte miró detenidamente, y solo entonces se dio cuenta de que el hombre que estaba frente a ella no era Bryson.

Su voz sonaba muy similar a la de Bryson, y se parecía mucho a Bryson en términos de apariencia y estatura, por lo que Charlotte lo había confundido con Bryson cuando escuchó su voz y lo vio por primera vez.

Ella inmediatamente se disculpó. “Lo siento mucho. Te pareces mucho a una persona a la que odio, así que… en fin, sí.