Dickson, que había acumulado muchas quejas, se quedó sin palabras por una fracción de segundo mientras sus labios temblaban vigorosamente. “Bueno fue mi error. Resulta que eres el más puntual de todos los presentes. Supongo que es porque todos llegamos al trabajo demasiado temprano. Te malinterprete y me disculpo. Por favor, no te lo tomes a pecho”.

Los espectadores se miraron entre sí con asombro. Incluso Charlotte se sorprendió.

En la industria del entretenimiento, incluso las superestrellas como Zenios respetaban al Señor Barkley.

Sin embargo, Julius era solo una estrella popular. Charlotte no esperaba que el Señor Barkley se disculpara con Julius con tanto respeto…

Julius no parecía halagado en absoluto. Él abrió sus delgados labios con calma y dijo fríamente: “No es nada”.

Dickson palmeó a Julius en el hombro y levantó la voz. “Ahora, muchachos, permítanme presentarles al segundo protagonista masculino de la secuela de La Primera Princesa Hechicera y la persona que estábamos