“¡Por supuesto que quiero!”. Jebediah respondió sin dudarlo.

Charlotte lo miró con desdén.

“Entonces, irás conmigo a Zachary hoy y me ayudarás a exponer todas las cosas malas que ha hecho ella”.

“¡No! ¡No puedo hacer eso!”. Jebediah sacudió la cabeza con decisión.

“No dejes volar tu imaginación, Charlotte Simmons. Puedo prometerte que no la ayudaré más, pero no te ayudaré a hacer más de eso. Ella ya me odia ahora mismo, y si te ayudo a exponerla, ella me odiará por el resto de su vida”.

“¿Es así?”. Charlotte levantó triunfante su rostro lloroso.

“¡Entonces, solo espera recoger su cuerpo y el de tu hijo!”.

Después de eso, se dio la vuelta y caminó por el puente.

“Charlotte, si esto es todo lo que tienes para mí, entonces déjame ser franco contigo”. La mirada de Jebediah era fría y su rostro se veía sombrío mientras observaba su figura que desaparecía entre la neblina.

“Si de verdad le llegas a hacer algo a Lory, no solo te mataré, sino que también mataré a tu padre y a tu hija