“Entiendo que esta es una decisión difícil para ti, así que no tienes que darme una respuesta ahora mismo. Puedo esperar. Tienes mi número. Llámame una vez que hayas tomado tu decisión”.

Charlotte se levantó y caminó por el puente una vez que dijo eso.

La niebla en los puentes era espesa. Charlotte desapareció en la neblina en un abrir y cerrar de ojos. Solo sus pasos suaves y elegantes resonaron en los oídos de Jebediah.

Él siguió mirando aturdido en la dirección por donde Charlotte se había marchado.

“¿No tienes miedo de que, después de contactarme audazmente, rechace el trato y te mate para proteger a Lory? Ahora que sé que has recuperado tus recuerdos”.

“¡Para nada!”.

La voz clara de Charlotte resonó en voz alta desde la neblina.

“Recuerda, Jebediah. Casi maté a Lorraine una vez y puedo volver a hacerlo. Así que contraté a un asesino antes de contactarte. Si me pasa algo, o si me pasa algún tipo de accidente y muero, seguramente Lorraine y tú son los culpables. ¡Ese asesino