Esto está que arde!!
Me quedo estática en el mismo lugar. Un sinfín de sentimientos confusos hacen explosión en mi interior y se esparcen como ráfaga a través de mi cuerpo. Rabia, odio, rencor, pero, lo más sorprendente de todo, es escuchar a mi corazón latiendo desenfrenado de amor por él. Lo amaba, quizás todavía lo amo, pero lo odio en la misma medida. Aprieto los puños a ambos lados de mi cuerpo antes de responder.―No.Un sonido ronco y distorsionado sale de mi boca. Tiemblo con la misma intensidad con la que se sacude mi corazón. Lo escucho suspirar decepcionado.―Lo siento, te vi aquí parada y por un instante pensé que los conocías ―hace una pausa antes de continuar―. Estas personas están ligadas a alguien muy importante de mi vida ―un cosquilleo inesperado se desata en el fondo de mi estómago. Mi respiración se agita en un dos por tres. Aprieto los puños con mayor fuerza hasta que mis uñas rompen la piel de mis palmas y se hunden en la carne―. Cometí tantos errores… ―lo escucho absorber una gran bo
Después de ver por una decena de veces más, el video en el que Rachel fue atacada sin piedad, exploto de la ira. Esa zorra no va a salir bien librada de esta. Va a pagar por lo que hizo. Lamento en el alma que ese hijo de puta de Ariel esté muerto, de lo contrario, le habría hecho padecer las más crueles torturas antes de matarlo con mis propias manos. Saco el teléfono del bolsillo de mi chaqueta y hago una llamada.―Lud, ¿eres tú?Una sonrisa cínica tira de las esquinas de mi boca.―Sí, Perla, soy yo ―la ira y el odio revuelven mis tripas de una manera nauseabunda al recordar las veces que la follé―. He estado pensando en ti.La escucho jadear de sorpresa al otro lado de la línea.―¿Me estás tomando el pelo? Porque no me parece gracioso en lo absoluto.Pregunta nerviosa y expectante. Ruedo los ojos.―Nunca me atrevería a jugar con algo tan serio como esto ―se queda callada, como si tuviera dudas de mi extraño comportamiento―. Después de todo este tiempo me di cuenta de lo especial que
Nunca pedí venir al mundo, llegué siendo un alma ingenua e inocente en medio de un mundo corrupto, lleno de caos y perversión. Un pequeño ser al que la vida todo se lo negó y no tuvo más opciones que luchar con sus uñas para sobrevivir. He escuchado a diversos teóricos decir que, por ley universal, todo ser humano al nacer debe ser amado y protegido por sus padres, tener una familia que se supone, debe estar a nuestro lado, nos debe guiar, brindar su apoyo y darnos su amor incondicional. Sin embargo, todo fue una sarta de asquerosas mentiras ideadas por un grupo de psicópatas fanáticos que se hacen llamar especialistas familiares y que no tienen ni una maldita idea de lo que dicen.Mi madre, una puta adicta a la heroína, cuyo único error fue estar drogada hasta la inconsciencia la noche en que fue abusada por sus compañeros de adicción. Mi padre, uno de los tantos sujetos que depositaron su esperma en la desgastada vagina de la mujer que se hizo llamar mi madre, pero a la que nunca tu
―No seas tan aguafiestas, Rachel, te aseguro que esta noche nos divertiremos como nunca.Muerdo mi labio inferior con nerviosismo. No creo que haya sido una buena idea engañar a mis padres diciéndoles que esta noche me quedaría a dormir en casa de Vicky. Bueno, a decir verdad, no es del todo mentira. Voy a quedarme con ella, pero la principal razón por la que lo hago es porque vamos a celebrar mi cumpleaños en un club nocturno de la ciudad. Se le ha metido en la cabeza que tal celebración debe ser un hecho trascendental y apoteósico. En lo particular, preferiría quedarme en casa con ella, ver alguna película romántica, preparar palomitas y beber jugo de arándanos hasta reventar. Me sentiría más segura y tranquila. Pensar en ese lugar, me tiene con el estómago revuelto y con ganas de vomitar.―¿Qué te parece si mejor nos quedamos aquí y tenemos una noche de chicas? ―le propongo, animada―. Podríamos ir a la tienda por algunos bocadillos, rentar películas y cuando nuestros párpados se ca
Giro el pequeño trompo sobre la superficie de mi escritorio y lo dejo rodar hasta el momento en que se detenga por efecto de la fuerza de la gravedad. Le doy una larga calada a mi cigarrillo y dejo caer mi espalda contra el espaldar del sillón mientras observo las múltiples pantallas en las que se proyectan las imágenes de las diversas cámaras que están ubicadas en puntos estratégicos de mi local. La multitud está enardecida como noche tras noche sucede. El licor, la droga y las putas, son el menú favorito de clientes acaudalados. Políticos, estrellas de Hollywood, deportistas famosos, miembros de la realeza y multimillonarios de todo el mundo, conforman la extensa lista de mis socios más importantes; unos que están dispuestos a pagar mucho dinero para pertenecer a este grupo elitesco y tener el privilegio de disfrutar de inolvidables noches de placer y hacer realidad todas sus fantasías con las mujeres más hermosas del planeta.Esta noche tendrán cualquier cosa que pidan, por muy exc
―Tenías razón, Vicky, en este sitio venden la mejor comida del mundo, esta hamburguesa está deliciosa ―exclamo, mientras mastico con gusto el gran mordisco que acabo de darle―, y las papa, madre mía, son las más doradas y crujientes que he probado en toda mi vida ―suelto un gran gemido de deleite mientras tomo una de ellas y la empapo con suficiente kétchup―, creo que, incluso, voy a pedir un servicio adicional. Vicky sonríe orgullosa, mientras sorbe un trago de su botella de cerveza. ―Te lo dije ―coloca la botella en la mesa, coge una de las papas de su plato y sonríe con picardía al hundirla en su boca con un gesto tan obsceno y sensual que hace arder toda mi cara―, es la mejor comida de la ciudad, vengo cada vez que tengo la oportunidad de hacerlo. Observo alrededor para percatarme de que nadie nos haya pillado. No obstante, me asombro al descubrir que, todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor, están entretenidos con sus propios asuntos; riendo y divirtiéndose, si
El gigante la observa con incredulidad, molesto por la actitud desafiante de mi amiga. Jamás en la vida me atrevería a hablarle de esa manera a un hombre tan intimidante e imponente como él. ―¡Maldición, Vicky! Estás desafiando a tu suerte, más te vale que razones antes de que compliques más esta situación. Sin embargo, y, a pesar de la amenaza, Vicky permanece inmóvil, decidida y dispuesta a conseguir lo que se propone. Ambos quedan sumergidos en lo que parece una batalla de miradas al estilo del lejano oeste. Ninguno quiere ceder. No sé por qué, pero tengo la impresión de que detrás de esta disputa hay escondido algo grande, que va más allá del asunto de la emergencia. Unos minutos después es el hombre quien da su brazo a torcer. ―Suban al auto, iremos directo al club y la ocultaremos en uno de los camerinos ―espeta el hombre, con enfado―, la llevaré a su casa en cuanto tenga la oportunidad de hacerlo, pero Lud no puede verla Vi o nos meteremos en un gran lío. Vicky asiente con
―¿Estás bien, Rachel? Inhalo profundo. No puedo mentirle a mi mejor amiga, puede reconocer con mucha facilidad cuando lo hago. Así que prefiero ser sincera y le digo la verdad. Aparto la mirada de la ventana y la desvío en su dirección. ―No me siento bien haciendo esto, Victoria ―bufo con preocupación―. Tengo un mal presentimiento acerca de esto. Me le quedo mirando a los ojos. Espero que me comprenda. ―Lo sé ―bufa resignada―, pero no tuve otra opción. Se justifica, avergonzada. ―Es que… ―callo durante algunos segundos―, ir a ese lugar me pone muy nerviosa e incómoda. Me observa angustiada. ―Por favor, no te enfades conmigo, Rachel ―indica en tono de culpabilidad―. Era traerte conmigo o dejarte a la buena de Dios ―niega con la cabeza―. Y dejarte abandonada en aquella calle, nunca fue una opción para mí. Sonrío, agradecida. Me acerco a mi amiga, la abrazo y recuesto mi cabeza en su pecho. ―No estoy enojada contigo, Vicky, sé que no tienes nada que ver con lo que está pasando.