CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y DOS Emily y Alex siguieron conversando y riendo juntos, tratando ambos de pasar el trago amargo que tenían en la punta de su lengua al estar en un hospital. A ninguno de los dos le gustaba ese ambiente tan fúnebre y deprimente que se tejía a su alrededor. Las luces artificiales les encandilaban la mirada y el olor a anestesia y medicamentos les comenzaba a dar náuseas, pero aguantaban, Emily por apoyar a Daphne y Alex por darle ánimo a su cuñada favorita y a la única que tenía, y a la que había extrañado un montón. Por otro lado, Aiden había ido a la cafetería. El joven empresario cuando llegó, la cafetería no estaba tan concurrida; tan solo había una que otra persona sentada en distintas mesas tomándose un café. La televisión, en la cual mostraban las noticias de la madrugada, colgada en una de las paredes blancas, amortiguaba el silencio del lugar. Él no tomó asunto de quien lo observaba, si no que se fue directo al mesón a pedir un café negro, un caf
CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y TRES Emily no dejaba de morderse las uñas. Su pierna derecha se movía inquietamente y no podía concentrarse con el ruido de la televisión, que era lo único que se escuchaba en la sala de espera. Aiden y Alex se estaban demorando mucho, por lo que pensó en ir en su búsqueda, pero justo cuando ella no aguanto más y se puso de pie, vio a los hermanos Preston doblar por el pasillo. Dio un suspiro largo y se volvió a sentar. Cuando Aiden llegó a su lado, Emily de inmediato arrugó las cejas. —¿A dónde fuiste? —lo increpó con un tono de voz ácido. Aiden se puso al frente de su esposa y se inclinó con actitud dulzona. Luego le movió un mecho de su cabello y se lo puso detrás de su oreja. —¿Estabas preocupada por mí, pequeña rosa? —Si —contestó Emily sin ocultar sus sentimientos, pero ese enojo y nerviosismo que tenía en su vientre, luego cambio a un sentimiento inexplicable de compasión y ternura—. ¿Qué sucedió? Aiden se irguió nuevamente y frunció sus ceja
Emily le había pegado una bofetada al hombre que ya no reconocía. Al hombre que le hizo daño y al hombre que ahora se desquitaba con un alma inocente. Ya había perdido la cuenta de las bofetadas que le habían dado, pero sentía que cada una de ellas se las merecía.—Es mi familia y es tuya —le recordó dolida—. Porque este niño es vivo retrato de Lucca.Aiden apreto los labios en una línea fina. El sabia que Nate era hijo de Lucca. Lo sabia por aquella prueba de paternidad que hizo y porque su Em tenia razón, eran dos gotas de agua, y por eso lo odiaba. Era el vivo retrato de su enemigo y tambien el vivo retrato del abusador de Em.Como poria siquiera tolerarlo. Y como Emily podía defenderlo.—Me importa una mierda de donde salió ese crio, tu no deberías querer una familia que te destruyo—Y que te incluye a ti —espeto Emily y Aiden trago saliva—. Estoy tan decepcionada de ti. ¿Qué fue lo que sucedió para que cambiaras tanto?—Te fuiste y me abandonaste.
Los hombros de Emily se hundieron al ver el pequeño que lloraba desconsoladamente, y no medito cuando ya se estaba acercando a él. Se arrodillo y lo contemplo sin asustarlo.—Nate —susurro con voz suave de no asustarlo—. Soy Emily, tu tía.—¿Mi tía? —Los ojos azules enrojecidos hicieron encoger el corazón de Emily. Y odio un poco más a Aiden. Ahora que su exmarido conocía la verdad sobre sus mellizos, la mente de Aiden quería reconocer a sus verdaderos hijos y deshacerse de los falsos. Después de todo la empresa era suya, gracias al nacimiento de Nate.—Si. —contestó—. Daphne tu madre es mi hermana mayor.Trago saliva y Emily le tendió la mano. El niño dudo, pero finalmente la tomo.—¿Me harás daño?
CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y CUATROEran las cuatro de la mañana, por lo que el silencio fue aún peor, ya que las personas que estaban antes en la sala de espera ya se habían ido, tampoco estaba la chica del mesón, y para colmo los encargados del lugar habían apagado algunas luces, que todo comenzaba a ser más tétrico.Alex estaba desde las doce de la noche esperando en el hospital, sus ojos verdes comenzaron a cerrarse solos, pero se mantenía ahí tratando de ser, aunque sea un aporte emocional.Emily y Aiden había llegado alrededor de las dos de la madrugada, y los efectos del largo viaje que realizaron también les comenzaba a pasar factura, por lo que la noche para todos se les comenzaba hacer eterna. Parecía como si las manecillas del reloj no avanzaban en nada, estaban como congelados en el tiempo.Además, Emily seguía entumecida, a pesar del aire acondicionado de la sala de espera, la manta y el chocolate caliente.Ella estaba tomada del brazo de Aiden y apoyaba su cabeza en su ho
Hola gente bonita ¿Como están? Estoy aquí para pedirles una gran disculpa, no sé qué sucedió; al parecer mi internet estaba malo o fue error de la plataforma, pero los capítulos no se subieron completos, me di cuenta hace un par de días, por eso comencé a corregir lo antes posible los capítulos erróneos para no perder el hilo de la historia. Le pedí a mi editora que los pudiera aceptar y actualizar; aunque solo hay dos capítulos que no tienen número en su encabezado que no se pudieron cambiar y no sé porque ☹, por eso esos textos que son más cortitos, podrían tomarlo como adelanto de lo que se viene, ya que tampoco los puedo eliminar. Lo siento mucho de nuevo, pero ya todos los capítulos están corregidos para que puedan ser leídos, esto si no me equívoco era desde el capítulo ciento cuarenta y dos en adelante. Y desde ya muchas gracias por seguir apoyándome con sus lecturas y les comentó que ya no queda nada, este mes la historia va a terminar sí o sí. Gracias de nuevo. Con car
CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y CINCOEran las ocho de la mañana cuando el Dr. Bulley salió de la operación de Daphne.Él estuvo en pabellón casi seis horas continuas, en donde trató de salvarle la vida a la mayor de las Harper, sin embargo, la sobredosis de las drogas que Daphne tenía en su sistema, les impidió hacer un trabajo limpio como al staff médico le hubiera gustado.Lo bueno que, al ser joven, su corazón y su cuerpo resistió la anestesia, por lo que el doctor esperaría veinticuatro horas para ver su reacción, y si su reacción era favorable, entonces la someterían a la segunda cirugía que tenían planificada para ella, de un total de tres.Para el médico aún era luego para decir con qué tipo de secuelas quedaría Daphne, pero lo que si esperaba según su experiencia era que, si o si iba a quedar con algún tipo de discapacidad física que luego necesitaría terapia para poder recuperarse, esperaba que no, ya que los milagros ocurrían, pero en el caso de Daphne no tenía muchas cosas a f
CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y SEISPara Emily eso de jugar a ser fuerte, ya no estaba siendo divertido. Los días grises se habían afianzado con fuerza en sus entrañas. Cada problema que enfrentaba en su vida, le opacaban más y más su sonrisa, que ya no sabía ni que esperar.Ella quería creer que con el paso del tiempo todas las cosas se solucionarían, pero ese paso del tiempo se le había convertido en una eternidad.«¿Como pudo su vida cambiar en tan solo días?» Se preguntó a sí misma, mientras apoyaba la cabeza en la ventana del Maserati. Aun le parecía absurdo que con la llegada de Aiden, todo se hubiera desmoronado otra vez, como si el chico fuera un gran tsunami que la empapó entre las olas furiosas del mar.Aiden tan solo la miró de reojos, mientras manejaba por la trascurrida carretera. Cruzaron los edificios en los cuales una vez Emily fue feliz, y ella tuvo la intención de preguntar al ver el balcón del departamento de Aiden desolado, pero de sus labios no alcanzo a decir nada c