La bodega se encuentra llena de hombres armados por doquier.
Los hombres de Octavio se encuentran a nuestro lado y detrás cuidando cada paso que damos.
Observo a los hombres armados y se nota la deferencia de rasgos los cuales dejan claro su Nacionalidad Italiana.
Octavio camina hasta acercarse a la mesa donde se encuentran cuatro hombres sentados, lo seguimos y al vernos sus miradas se posan en nosotros.
Dos de ellos lucen extremadamente idénticos lo cual deja saber su parentesco, el otro es un hombre joven de cabello negro, ojos verdes y una mirada intimidante pero seductora.
El último es un hombre ya mayor, me mira fijamente y al hacerlo su mirada se me hace conocida pero no recuerdo de dónde.
—Lamento haberlos hecho esperar —Le extiendo su mano y los empieza a saludar —Octavio Ruiz, jefe del cartel de Gua...
—Sabemos muy bien quién eres —Responde el hombre de la mirada seductora —. Antes de asociarnos con alguien averiguamos bien todo sobre esa persona, los italianos nos tomamos muy enserio nuestros negocios.
—Les presento a mi hermosa mujer —Me sujeta por la cintura colocándome a su lado —. Nuray de Ortiz.
Lo miró rápidamente y sonríe falsamente, suspiro le extiendo mi mano y se levanta al igual que los demás hombres.
— Mi nombre es Adriano Lombardi —Deja un beso en mi mano —. Ellos son Luciano y Federico Bianchi y él es Lucio ferri
—Nuray Mackenzie —Les sonrió levemente —. Un gusto conocerlos señores.
Octavio me da una mirada de desaprobación por el acto que hecho de contradecir con el apellido que me presentó.
Si pensaba llevar un apellido de casada era el de Dante no el de él.
El hombre mayor me da una mirada cálida y su mirada me llama la atención porque algo dentro de mí me dice que no he visto, pero no puedo recordar donde.
¿Lo conoceré?
Tomamos asiento en la mesa, un mesero trae a la mesa un trago de vodka para cada uno, tomó un sorbo y noto sus miradas puestas en mi.
— Cómo les hice saber, estoy muy interesado en asociarme con ustedes en sus negocios, pero para poder entrar necesito la aprobación del hombre a cargo de su organización.
—Lamentablemente no pudo venir por atender otros negocios importantes, pero para eso estamos nosotros aquí —El hombre mayor, Lucio le responde —. Él está dispuesto aceptar que usted entre a nuestros negocios siempre y cuando ella trabaje para él.
Me señala y Octavio queda sorprendido.
—Mucho se habla sobre la señorita, su frialdad para tratar algunos negocios y el señor Fiore piensa que ella puede ser una pieza fundamental.
Me quedo perpleja ante sus palabras, Octavio me mira con un semblante bastante serio y sé que no le ha gustado nada lo que acaba de escuchar.
—¿Una mujer para hacer su trabajo sucio? – niega divertido —. No pensé que ustedes los italianos fueran ese tipo de mafiosos que le dejan el trabajo sucio a una mujer.
—Señor Ortiz, nosotros los italianos no somos hombres machistas —Responde Adriano con una sonrisa —. Nosotros no subestimamos a una mujer, suelen ser mucho más frías y letales que nosotros los hombres ¿Capisci?
—¿Quién es el jefe de su mafia italiana? — preguntó directamente y sin rodeos —No pienso trabajar con nadie sin antes conocerlo.
—Tú no decides, lo hago yo —Ataca Octavio enojado —. Qué no se te olvide que las ordenes las doy yo y tu estas bajo mi mando.
—Massimo Fiore es nuestro socio y jefe al mando —Responde Adriano levantándose —. ¿Nos permite hablar con usted señor Ortiz?
—Claro, —Octavio se levanta y se marcha con Luciano y los dos hermanos dejándome a solas con Lucio.
Uno de los hombres llama a Rogelio por órdenes de Octavio, se levanta y se marcha dejándonos a solas.
— No ha quitado su mirada de mi desde que llegó —Musito tomando un sorbo de mi trago —. Y no es porque le atraigo lo sé perfectamente, siento que hay algo más allá en su mirada.
—Eres muy observadora y directa —responde sonriendo —. Has cambiado mucho, tu mirada irradia frialdad, la última vez que te vi irradiaba inocencia, aquella noche que Dante te presento cómo su mujer.
Sus palabras hacen clic y entonces lo recuerdo.
Flashback
— Buenas noches – un señor ya mayor le extiende su mano y Dante se la recibe —. Qué bueno que pudiste asistir siempre Bidognetti.
— Es un gusto estar aquí Frank —Se salud a con un apretón de manos y sonríen.
—Ella es Akira mi esposa —La señora sonríe y extiende su mano donde Dante le deja un beso —. Akira él es Dante Bidognetti.
—Es un placer conocerla señora Costello.
La señora me observa con una sonrisa.
—¿Quién es tú bella acompañante Dante? —Le pregunta y él sonríe.
—Ella es Nuray, mi mujer.
Fin de flashback
—Frank... —Susurró al recordar de dónde lo conozco —Es usted, Frank Costello, ya lo recuerdo.
—Sigues igual de hermosa, sólo que ahora eres más segura de tu y tienes carácter.
—¿Cómo sabe usted que estaba aquí! —Susurro confundida —. No sabía que estaba metido en este tipo de negocios.
—Desde hace muchos años pertenezco a este mundo —Sonríe —. Se mucho más de lo que crees y por estamos aquí, dime ¿Qué tanto estas dispuesta hacer por vengarte de este desgraciado?
Su pregunta me toma por sorpresa, pero en el fondo me da fe de poder cumplir mi prometido.
—Soy capaz de todo, pero antes tengo tantas preguntas que usted me debe responder.
— A su debido tiempo muchacha —Mira hacia la puerta donde esta Octavio y sus acompañantes —. La venganza es un plato que se sirve frío y con mucha cautela.
—¿A qué se refiere con eso?
—Cuándo lleguen a Italia lo sabrás —Toma mi mano coloca algo en ella y cierra mi puño —. Guárdalo muy bien y cuando sea el momento indicado buscaras de los hombres de Octavio lo consuman ya sea en comida o bebidas, pero solo una pequeña cantidad o los puedes matar.
—¿Qué es esto? —Trato de ver que es, pero me lo impide.
—Algo que te será de gran ayuda en su momento.
Vuelve a tomar asiento en su lugar, la puerta de la habitación se abre saliendo sus socios junto a Octavio y Rogelio.
Guardo el frasco en uno de mis bolsillos, tomó mi trago y bebo un sorbo de él.
Llegan a la mesa, Lucio o Frank porque ya no se ni cómo llamarle, se levanta y se acerca sus socios.
— Señor Ferri —Octavio le extiende su mano con una sonrisa —. Es un placer asociarme con ustedes.
Luciano sonríe con malicia y responde su saludo de manos. Aquella vez que lo vi su mirada reflejaba serenidad, dulzura, pero en sus ojos esta vez puedo notar la frialdad y en su sonrisa la malicia de alguien que quiere cobrar venganza igual que yo...
En mi mente no paraba de dar vueltas miles de preguntas y dudas respecto a Frank o Lucio como se presentó.La duda que más resonaba es mi cabeza era si Dante estaba al tanto de los negocios de él y si estaba involucrados en ellos.No puedo dejar de pensar en esa posibilidad desde aquella vez que trato de salvar a mi hermana y mató a Héctor, el padre de Octavio.Si Dante sabía de sus negocios puede que antes de caer en coma se lo haya dicho y por eso está aquí.—Señor Ortiz, al unirse tendrá que viajar a Italia ya que allá cerramos todos nuestros negocios —Adriano le extiende su mano al igual que a mí —Espero verlos pronto en Italia.Cada uno se despide, Octavio los acompaña a la salida al igual que sus hombres quedando solo sus hombres.—Vayamos a c
Italia. Los murmullos, me estaban por sacar de quiso y explotar. Escuchó cómo todos discuten al no ponerse de acuerdo en nada, miro fijamente el vaso con Wiski y hielo en la mesa frente a mí y decido que ya ha es hora de parar. —¡Es suficiente! —Refutó en un tono autoritario —. Discutiendo no podremos ponernos de acuerdo en nada. —No podemos permitir que un mexicano entre a nuestro negocio Massimo —Musita molesto Luciano —. Es una mafia italiana no un crisol de razas. —No sé cómo puedes pertenecer a esta organización cuando eres estúpido Luciano. —Adrián niega en desaprobación. —Hay mucho dinero en juego Luciano —Contradice Luciano enojado —. Entiende eso, además de que algunos no estamos de acuerdo. —Levante la mano el que no esté de acuerdo en mi plan —Se miran entre ellos, pero ninguno la levanta solo el —. Al parecer eres el único en desacuerdo Luciano. —Es que no quieren entender que ...—Le hago un g
Su arma me sigue apuntándome, con cuidado me acerco, bajo su arma hasta quitarla de su mano y guardarla junto a la mía en un costado.Ella no dice ninguna palabra, tomó sus manos y siento cómo tiemblan, las llevo hasta mi boca y dejo un beso en ellas.—Dante... —Susurra con dificultad —. Cariño ¿Eres tú?, no lo puedo creer.La tomó por la cintura, apoyo mi frente contra la de ella y acarició su nariz con la mía, volverla a tener tan cerca hace que me sienta vivo nuevamente.—Muñeca, por supuesto que soy yo —Beso su frente con delicadeza —. Vine por ti.Rodea mi cuello con sus brazos, me abraza tan fuerte como si nunca quisiera soltarme.Hago lo mismo atrayéndola más a mí, aspiró el olor de su cuerpo y beso su cien.Tenerla en mis brazos nuevamente después de cuatro años se siente ma
Sonrío levemente esperando alguna risa o expresión de su parte que me diga que es una broma, pero simplemente no llega, él y John me miran serios y entonces entiendo que habla enserio.“No es una broma”Massimo Fiore, por supuesto recuerdo ese nombre, es el jefe de la mafia italiana el cuál mencionaron ayer Lucio y Adriano en la reunión.Dante no puede ser ese tipo, no claro que no ¿Cómo se convirtió en el jefe de la mafia italiana?Entonces recuerdo sus palabras anoche."Yo tenía siete años cuando escuche una conversación de mamá con mi abuelo sobre sus negocios, él le decía que yo iba ser el próximo jefe y dueño de todo lo suyo. Crecí rodeado de hombres armados entonces fue cuando conocí a Frank o más bien Lucio, él era socio de mi abuelo y fue él quien me dijo que yo ser&iacu
Guarda su arma,camina hasta quedar frente a mi , me toma por el brazo y me ayuda a caminar con él hacia la salida .Ni siquiera he podido articular media palabra ante lo que ha sucedido, Octavio es un maldito infeliz.Al salir de la bodega observo varias camionetas a nuestro alrededor, la puerta de una de ls camionetas se abre bajando Jinny.—Nuray ¿Qué sucede y quiénes son ellos? — mira con terror los hombres a nuestro alrededor.La puerta vuelve abrirse, bajando Dominic de la camioneta, corriendo a mis brazos.—¡Mamita! —Se tira amis brazos y lo levanto acuandolos en el —. Mamá tenía mucho miedo.La mirada helada de Dante y Jhon no pasa por desapercibida.Dominic mira en su dirección y los ojos de Dante no se separan de él.—Nuray, ¿Qué pasó allá dentro? —Musita Jinny.—Ese hombre vino a matarme , Octavio lo mando a matarme al igual que a todos sus hombr
Rogelio habia sido un hijo de putas, no podía esperar nada bueno de el sabiendo que su lealtad estaba de lado de Octavio.Más aún cuando las cosas con Jinny no se dieron y esta terminó por despacharlo.—Por mi has lo que quieras con el —Exclama molesta —. Al final es un maldito igual que Octavio, me da un asco inmenso de solo acordarme.—¿Me dirás que fue lo que te hizo ese hijo de puta? —Niega.—Prefiero callarlo, si antes me sentía decepcionada de los hombres ese imbecil terminó de convencerme que ninguno vale la pena.—¿Y con Jhon? —Musito con un con una sonrisa y se ruboriza.—Nuray, no seas tonta, lo acabo de conocer —Trata detrata de sonar indiferente pero es en vano —Me parece atractivo pero solo hasta hay, no pretendo cruzar la línea.Tocan la puerta y
Bruno palidece y Mariana me ve casi completamente en shock. —Nena, es suficiente —Sisea Dante llegando a mi lado despojandome de mi arma —. Deja deja jugar así o lo matarás de un susto, recuerda que también está Dominic.Jhon ríe a carcajadas, mientras Jinny niega en desaprobación .—Es una broma, relajate —Pslmeo su hombro —. Me alegras que sigan juntos, pero desde ya digo que si estando yo aquí la haces aunque sea derramar una lágrima, te mató y está vez no estoy bromeando.Traga con dificultad, mira a Dante y este niega.Me acerco a Mariana quien me mira perpjela, la abrazo mientras sonrio de felicidad.—Tengo tantas cosas que contarte—Musito y ella siente .—Yo igual —Me son
Fui un imbécil , un completo y gran Imbécil .Jamás debí hacer todo lo que hice a sus espaldas,pero mi manía por resolver todo yo solo hizo que la mujer que amo me mirara cómo si me quisiera asesinar."Más vale le quite el arma"Regreso al chalet con los demás socios , todos me miran en espera de una respuesta de mi parte.—¿Qué hacemos con ellos? —Pregunta Federico frotando su cien .—A él, déjenlo encerrado y a ella ya escucharon a mi mujer, desháganse de ella antes de que ella misma se encargue y de paso haga lo mismo con nosotros.—Tú mujer tiene un carácter de los mil demonios —Exclama con una sonrisa Adriano —. Yo que tú me lo pensaría dos veces hacerla enojar, se ve que es capaz de todo *Quando è arrabbiata*"Demasi