Siento algo molesto pasar en mi nariz, es tan molesto qué debería abrir los ojos para ver qué és pero la pereza y él sueño me ganan. Suelto un gruñido de molestia por lo que sólo levanto un poco mí cabeza para dirigirla al otro extremo de la habitación.
— Vamos Mérida, levántate — aún con los ojos cerrados sonrió al escucharla sana y salva, de esa bruja... el recuerdo me golpea.
— ¡Sky! — grito al levantarme y tomarla entre mis brazos revisando qué éste bien — ¿Cómo estás?, ¿Té duele algo?.
La pequeña en mis brazos ríe por las cosquillas que le hago al revisarla, — Estoy bién Mérida DonBroch.
La veo enarcando mí ceja derecha — Valiente — mascullo recuérdando a la princesa Escocésa de Pixar, ella asiente mientras sale de mis brazos.
— Tú eres muy valiente Mérida, nos salvaste a papá y a mí de esa bruja fea — en su rostro muestra melancolía, quizás por el miedo
Gracias por todo el apoyo.
Pierdo el control de mis piernas, han visto cómo la gelatina tiembla sin parar por el más mínimo movimiento. Pues mí situación es casí, casí idéntica. Nuestros azules se encuentran, mí vista se torna borrosa al mirar a mí hermano, Alex, — Qué qué estoy loca — digo para mis adentros, pues creó qué lo qué tengo frente a mí es una ilusión elaborada por mí inestable cabeza. — Mérida — me acerco lentamente a él frunciendo el ceño. Le veo inquisitivamente de arriba a bajo, sí debe ser mí imaginación. Volteo a mí derecha observando cómo Ashton sale de la cocina dejándome sola con mi ilusión, — Mérida, soy yo Alex, tu hermano. Abro los ojos desmesuradamente, al escuchar con más claridad su voz me doy cuenta que es su voz sólo qué un poco más ronca, me acerco un poco más hasta qué a mis fosas nasales llega el aroma del hombre frente a mí, trayendome recuerdos de Alex protegiendo, diciéndome qué me esconda. Abro los o
— Y bién, no dirán nada — enarco mi ceja derecha — Recuerden que debemos estar alertas para cualquier ataque de Victoria.Seguimos esperando la llegada de la Banshee que dijo Gema, según recuerdo se llama Allison, pero no se para que nos serviría la ayuda de una Banshee, he leído que son seres poderosos, casi siempre son mujeres, que su poder es entorno a los gritos. Me mantengo sumergido en mis cavilaciones hasta que capto el efusivo movimiento de una mano alzada, al fijarme mejor es qué logro ver que la joven cazadora Colombiana quiere permiso de hablar, sonrio por su timidez cuándo la veo directamente.— Sí, Vanessa quieres aportar algo — le insto.— Si-si señor lobo — suelto una risilla por como me ha llamado — Digo señor Ashton.— Dime — le vuelvo a decir, ella abre su palma de la mano y de ella sale una luz azul, y de ella sale imágene
Despierto por los rayos de sol que se filtran por la ventana, hago el amage de moverme pero un suave agarre me lo impide, pienso qué es Sky, pues ella siempre me abraza o tiene una pierna encima de mi, es... cálido.— Sky mueve...— Un ratito más Mérida — todo mí cuerpo se tensa al escuchar la voz de Ashton tras de mi. Vienen a mí cabeza flashes de la noche anterior, de mi aceptándo ser su luna, y el beso. Luego de éso él me acompañó hasta la habitación dónde antes de qué se retirará de dije qué se quedará conmigo.— Estás calentita, sólo cinco minutos más.Me permito sonreír ante lo último a la vez qué me acurruco más al pecho de Ashton. Pasan los minutos hasta que leves ronquidos acompañado de las lentas respiraciones de el hombre tatuado tras de mi, me avisa que está nuevamente dormido.Poco a poco siento cómo su agarre sé suav
___________________________________La veo su rostro impresionado por mi tamaño y claro el color, sonrió satisfecho al hacerla tener esa expresión en su hermoso rostro, y no es para nada pués yo soy de los pocos alfas de pelaje blanco y de gran tamaño.— Wow, eres blanco y gigantesco — me acerco un poco más a ella — ¡Ahh! y tienes orejas de perro.* — EhhLadeo la cabeza, extrañado por su comparación — Digo, bueno de lobo — ella me ve con una gran sonrisa — ¿Puedo tocarlas? — pregunta con un brillo en los ojos.Yo me acerco hasta qué mí pesada respiración golpea su rostro, así qué bajo mí cabeza para qué ella pueda tocarlas, es escalofrío pasa por todo mí cuerpo cuándo ella hala un poco fuerte de una de ellas — Son grandes y peludas.Siento cómo deja de tocarlas para bajar su mano lentamente por mi ca
— Corpus Espectra. De mis manos sale una ráfaga de luz roja, estoy cansada llevo una hora intentando contener el poder de Amelia o mejor dicho de la Nigromante — Domínio — pierdo el control de la que fué mí hermana, frunzo el ceño al ver qué de la Urna sale un humo de color verde, — Domínio — repito las palabras para poder controlar ése inmenso poder.Una vez qué logro estabilizar todo, busco con la mirada una silla, al hacerlo la tomo para así sentarme, es hasta éste momento que siento que mí rostro está húmedo por el sudor que salé de mis poros, — Esto es és tan cansado — susurro entre dientes.Llevo mis manos a mí pecho que sube y baja rapidamente por la falta de aire, — Ésto sé me está saliendo de las manos — digo soltando un suspiro. Bajo la mirada para mirar mano sín un dedo, núnca pensé hacer ésto pero se lo prometí a mí hermana, creó qué fue mala idea hacer un jur
Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas... digo son buenas.— Mé-Mérida — la llamo, trago grueso — Ven, acá está tú pijama.— Por el amor a Zeus... digo la Diosa Luna — susurro con los ojos cómo platos — Estás un poco tomada, debes dormir.Cómo puedo tener buenas intenciones sí Mérida, mí Luna, está frente a mí sólo con su blusa tapando tapando su parte superior, bajo la mirada a sus torneadas piernas — Ni siquiera me dí cuenta cuándo sé quito su pantalón — pienso, siento mi boca seca al verla con sus bragas negras tapando su intimidad — Mérida, tu-tu pijama — mascullo ofreciéndole la prenda.— Lobito, lobito — apreto la pijama con mis dedos tratando qué no pasen a garras por llegar a mís fosas nasales el olor de excitación de Mérida, siento como mi temperatura corporal comienza a elevarse en respuesta a ése exquisitos aroma — Debes
____________________________________Mérida Dejó pasar a la mujer vestida en gran parte de negro, seguida de ella una chica rubia junto a un hombre joven de profundos ojos azules, frunzo el ceño al verlo parecer cansado y débil. La pelinegra llamada Elizabeth toma de la mano al chico ayudándole a sentarse para cuándo llegamos a la ya ordenad y limpia sala de star, recuerdo ayer este lugar parecio estar desordenado.— ¿Alfas que les trae por acá? — nuevamente me impresiona lo tímida que se comporta mí amiga por la presencia estás personas — Digo, según su beta Helen estában en Cochabamba.— Venimos por una parte de una valiosa joya.— Elí... — de repente el chico de los profundos ojos azules habla, con sólo escuchar su voz, creo que él está enfermo — Quiero mi gorro.Elizabeth saca un gorro de los bolsillos internos de s
Doy un fuerte salto para así pasar por sobre del arboles derrumbados, voy en mi forma lobuna y llevando colgando de mí hocico una mochila la cuál me dió Luke, creó qué es ropa, al caer en el suelo cubierto por hojas secas sigo mí correr a todo lo qué dan mis patas, mí pecho sube y baja erráticamente * — Nuestra bebe estará bién Ashton — la voz de Irwin se escucha en mí cabeza, frunzo él ceño al pensar en qué Irwin no me a contestado desde antes del día de Luna Llena.* — ¿Porqué no me haz contestado Irwin? — pregunto.* — Aúnque no lo allas notado la presencia de Mérida ha aumentado mí nivel de posesividad — intento recordar eso — Y desde qué dormimos con ella, debo controlar más nuestro aumento de deseo sexual. No le respondo al respecto pués lo se perfectamente, cómo lo sé, fácil ya qué todas las mañanas he amanecido con un gran problema en mi entrepierna