Terminamos de comer y nos quedamos un rato más sentadas, resignándonos a seguir buscando más tiendas. Mientras descansamos, miro de forma breve hacia la mesa de Rowan, la chica casi se baja los pantalones ahí mismo, lista para montarlo, él por su parte se nota indiferente ante la chica, está concentrado en comer. Él levanta un poco la cabeza y nuestros ojos se encuentran fugazmente ya que he regresado la vista a mi amiga.—Hora de irse.Al parecer ella también se ha dado cuenta de lo ocurrido. Tomamos nuestras cosas y salimos apresuradas de la cafetería, ella me empuja suavemente a la salida y yo de forma torpe camino, guardando mis cosas.—Oye, ¿No es extraño que Reese no te haya llamado o buscado? Espero no sea de mala suerte que lo diga, pero... espero que no esté molesto.De tan sólo pensar que él se haya enojado me pone los pelos de punta; había olvidado por completo que los hijos nacidos de la luna son muy sobreprotectores con los suyos.—No creo, espero que no.… seguramente deb
Escucho como caminan en mi dirección y regreso la vista al teléfono, tratando de ignorar lo que sucede frene a mí.—Vamos, que ya es tarde— Su voz es ronca y pesada, se nota bastante imponente.Levanto la mirada hacia él y le dedico una pequeña cálida y tierna sonrisa, esperando que con esto deje de estar molesto.—Estoy esperando a Karla, todavía está eligiendo un disfraz.—Vamos— Repite molesto. —Gabriel se queda con ella.Miro a espaldas de Reese y veo que Gabriel está ahí parado, cruzado de brazos y viendo todo lo que le rodea de forma curiosa.—Deja le aviso, no tardo.Me levanto de mi lugar y me voy a la parte de atrás sin esperar a que él me conteste. Está furioso y espero que no sea por la presencia de Rowan. Llego hasta donde está Karla y le digo que me tengo que ir, pero que Gabriel se queda con ella.Enseguida los ojos de mi amiga se iluminan y una enorme sonrisa se le dibuja en sus labios rosados al tiempo que aprieta las piernas ansiosa, parece que se pierde en sus pensam
—Dentro de poco, Gaia nos va a bendecir... seguramente se formarán muchas parejas en la aldea como siempre.Nos tomamos de las manos y entrelazamos nuestros dedos, yo lo aprieto con algo de fuerza, odio admitir que tengo miedo de que esos días lleguen, ya no por tener crias con Reese, sino por las sombras.—Para esas fechas ¿No deberías volver a tu aldea? Imagino que tu padre querrá que vuelvas para buscar pareja.—Le he dicho que no voy a ir, que tengo a alguien aquí y tiene ganas de conocerte, le dije que en la próxima fiesta de los espíritus te llevaré a que le conozcas.—¿Fiesta de los espíritus? ¿Qué es eso?Un gruñido, seguido de un sonido gutural se le escapa de las gargantas, me voltea a ver enojado.—Es la noche en la que damos tributos a los espíritus de la naturaleza, agradeciendo por sus bendiciones y pidiéndoles que nos siga acompañando durante muchos siglos más— Aprieta suavemente mi mano y hace que lo voltee a ver. —¿Sabes algo acerca de los espíritus?Una risa nerviosa
—Madre... ya hablé con mi padre ¿Podrían dejar de molestarme? Estoy ocupado.—¡¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma niño malcriado!? — Grita histérica y molesta su madre.El grito fue tan fuerte que hasta yo lo escuche. Abro los ojos de par en par al escuchar tanto el grito de la señora como la forma en como le ha hablado a su madre, a mí ni se me ocurriría decirle eso a mi madre, que seguramente me mete una buena bofetada, de ida y de regreso.—Madre... estoy ocupado en un asunto muy importante ¿Podrían dejar de marcarme? — Habla de una forma un poco más tranquila que antes. —No madre, todavía no....Otra vez volvemos a la conversación de “Si, no, tranquila y todo va a estar bien”, me muerdo los labios para evitar soltarme a carcajadas mientras habla por teléfono, me da mucha risa ver la expresión de fastidio de Reese, que por más que trata de colgar la llamada no puede, ya que su madre sigue preguntando un mundo de cosas.—Madre, deja de buscarme parejas para las noches de Gaia,
A duras penas escucho lo que dice la otra persona al otro lado del teléfono, pero viendo la cara del lobo, se nota que no es nada agradable y que detesta. De forma instintiva restriego suavemente mi rostro contra su mejilla y algunos pequeños ronroneos se me escapan. Reese por su parte, cierra los ojos y se deja llevar.—¿¡Me estas escuchando?! ¿Quién está ronroneando? No me digas que te has juntado con una mujer gato.—No... ¿Ya terminaste? Iré a dormir, tengo cosas que hacer mañana y ni te molestes en llamar a mitad de la noche, que tendré apagado el celular, quiero dormir sin interrupciones.—¡Reese, te estoy preguntando algo!Sin contestarle, cuelga la llamada y guarda su teléfono en uno de sus bolsillos. Pasa una de sus manos sobre mi cabello y desliza con suavidad sus dedos sobre mis risos. Un extraño sentimiento de calidez desborda por cada poro de mi piel al tiempo que se eriza junto con los vellos de mi nuca, abro un poco los ojos y me encuentro con los ojos dorados de Reese.
—Mierda... ¿Y qué vas a hacer? ¿Ya sabe que eres una zorra? ¿Se va a enojar porque no se quede con esa tal Nataly? ¿Irán a hablar con tus padres?—Emm... Reese le colgó y no sé si vaya a tener problemas, segundo dijo él, esta región es permitido las relaciones mixtas, pero... parece que su madre se ve muy entusiasmada con aquella chica y quiere que vaya cuando los días de Gaia lleguen.Ella se queda boquiabierta y luego se tapa con su mano derecha, sus ojos se han abierto tanto que parece que se le van a salir de las orbitas, con su mano izquierda me da un leve empujón con la yema de sus dedos, su expresión de incredulidad me da risa.—Santos cielos... Reese tiene los pantalones bien puestos ¿O es que está loco?, pero me preocupa que esa tal Nataly te traiga problemas, lo que menos necesitas ahora es que ella te esté acosando y molestando.Me encojo levemente de hombros y le dedico media sonrisa, me acomodo en mi lugar y saco el teléfono de mi bolsillo, que se me está empezando a ente
Levanto la vista al frente y veo a alguien parado en la penumbra, me muerdo con fuerza el labio y mi cuerpo tiembla, trato de controlar lo mejor que puedo mis impulsos de chillar de miedo, no quiero que este hombre se ponga más histérico de lo que ya está. Sin darle una respuesta cuelgo la llamada y guardo el teléfono en mi pantalón.Camino unos metros más para acercarme, seguramente será una noche muy, pero muy larga y tediosa, ruego a Gaia porque no sea así.Ella se acerca también a mí, tiene el ceño fruncido y los labios curvados, claramente furiosa. Me sobo las sienes y trato de mantener la compostura, he convivido muchos años con ella y sé que discutir apenas viéndola, no llegaré a nada y podría tirarme toda la noche discutiendo con mi hermana.—Qué alegría ver que no te siguió ese perro, pensé que tendría que lidiar con él también.Niego con la cabeza suavemente, me froto la cara y resoplo.—No, no vino conmigo y no deberías hablar así de él, recuerda que Darren y papá son igual
—¡Donna! ¿¡Que hiciste?!—B-Bueno... fue un accidente.Me pongo a lado de Reese y le cuento a mi hermana todo lo que ocurrió ese día, ella está cada vez más molesta y furiosa, pasa sus manos por su cabeza haciendo hacia atrás su cabello. Su rostro se pone pálido y ahora está preocupada, bueno, preocupada seria por decirlo menos.—¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan preocupada?—Donna, una relación como la de ustedes es peligrosa y por lo visto, estás en la completa ignorancia— Sus ojos se posan sobre Reese y lo fulmina. —¿Tu no le has dicho?—Eso trataba de decirle la otra noche, pero me vi interrumpido.Me doy cuenta de que he quedado excluida de la conversación y eso no me agrada, parece que, por haberme distraído en las explicaciones de mi madre, me he perdido de un dato bastante interesante... eso me preocupa bastante.—Bueno, me gustaría saber que me estoy perdiendo... ¿Alguien podría decirme que sucede?—Mira Aiko, cuando se crea un lazo de Gaia, las dos partes se llegan a unir de u