El grupo de personas se ponen a cuchichear entre ellos, todos están hartos de estar aquí metidos, viviendo como si fueran animales o algo por el estilo, muchos de ellos vienen de asentamientos de cambia formas y que ellos jamás los tratan como los trata su propia especie.—Tenemos que salir de aquí— Espeta mi marido mientras camina hacia la puerta.—¿Cómo piensas salir de aquí, guapo? — Expresa con incredulidad una de las mujeres. —Esa puerta está cerrada a cal y canto, a no ser que tengas la llave escondida entre tus ropas, que lo dudo mucho.—Reese, por la madre bendita...Sin darme tiempo a terminar mi oración, derriba la puerta sin esfuerzo alguno, haciendo que suelte un resoplo de resignación, me sobo la frente con la yema de mis dedos y dejo caer los hombros. No voy a reprocharle ni nada, tenemos que ir a ver si el “Coliseo” de verdad existe y auxiliar a los cambia formas y humanos que están siendo enviados a morir de forma horrible.—¡Mierda! — Exclama una de las mujeres. —¿¡Qu
Noto que Erick tiene su mano puesta sobre su costado, de él salen algunas gotas de sangre, parece ser que le está costando trabajo sanar su herida y eso significa una cosa, que le han hecho una herida con algo de plata. Volteo a ver a Reese y él tiene puesta la mirada en ellos, observa con detenimiento lo que ocurre.—¿Qué hacemos?—Hay que saber primero donde están el resto.Escucho como el hombre suelta un fuerte grito, enseguida volteo a ver qué sucede y veo como el humano corre hacia mi cuñado, que sin mucho esfuerzo detiene su ataque, parando en el aire el tubo que tiene entre sus manos, ambos forcejean un poco, mi cuñado sigue en el suelo y una mueca de dolor se dibuja en su rostro.Reese me toma de la mano y me lleva lejos del lugar, me sorprende que a pesar de que hay varios olores, logra encontrar el lugar donde se encuentran las personas encerradas, como era de esperar, hay un guardia resguardando la puerta. Cuando nos ve, nos dice que nos vayamos, que no tenemos nada que ha
Me disculpo por la intromisión y nos alejamos del lugar, luego nos alejamos a una esquina y mira a su alrededor, buscando una forma de cómo sacar a todos aquí. Luego sus ojos se posan en mí y arquea una ceja. Resoplo con fuerza y pego mi frente a su pecho, tengo la ligera sospecha de que quiere que haga. —¿Estas seguro? —Para ser honesto, preferiría que no lo hicieras, todavía no tienes control sobre ese zorro negro y no quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir. —Entonces ¿Qué hacemos? —Si curas a mi hermano, entre los dos nos encargamos de estos brutos mientras tu ayudas a los heridos. —Me gusta más esa idea. Me transformo en zorra y me escabullo entre las personas, ellos están tan entretenidos con lo que ocurre que ni notan mi presencia. Busco un agujero y cuando lo encuentro, me meto al coliseo y antes de que el hombre arremeta contra mi cuñado, me tiro sobre él y muerdo con bastante fuerza su cuello, haciendo que suelte un chillido de dolor, afortunadamente, Erick
—¿Plata? ¿Por qué este imbécil piensa que somos vulnerables a la plata? Es absurdo.—No lo es, viejo— Contesta mi marido más confundido que antes. —Somos vulnerables a la plata... ¿Acaso tu…?—¡Claro que no! — Exclama de forma poderosa. —Sospecho que algún ancestro en común habrá hecho algo que no debía y transmitió la maldición de generación en generación, pero.... naturalmente hablando, ¡NO SOMOS VULNERABLES NI ALERGICOS A LA PLATA, ES UNA ESTUPIDEZ! — Ha alzado tanto la voz que siento que todo mi ser se estremece por semejantes gritos, al darse cuenta de que estaba perdiendo la compostura, carraspea la garganta. —Ahora que has despertado tu verdadero poder y te has reconciliado con Gaia, la maldición se debió haber dispersado al igual que en los de tu descendencia.—Entonces ¿Ahora las balas de plata serán simples proyectiles?—Sí, nada de lo que debas preocuparte.La expresión de Reese denota que no está para nada convencido de las palabras de su ancestro, ni yo tampoco, se han es
—¿Cómo les fue? ¿Salieron todos?—Sí, pero....Antes de que pueda decir algo, alguien lo toma del brazo, jalando algunos de mis cabellos, esto hace que trate de levantar la cabeza para liberar mi cabello, pero no puedo, al finar termino poniendo mi mano y tiro de él con fuerza. Me han arrancado algunos cabellos.—Lamento interrumpir Alfa, pero ¿A dónde vamos?Me giro para ver de quien se trata y veo que es la mujer que estaba con “El jefe”, resoplo con fuerza y volteo a ver a Reese, él abre la boca para explicarme que ha ocurrido, pero termino por ignorarlo y bajarme de sus brazos, tomo mi forma animal y empiezo a caminar con la cola levantada, indignada por la situación.—Donna, Donna— Ríe entre dientes Rowan. —Eres una celosa de primera, sabes que ese bruto no tiene ojos para otra mujer más que para ti.—Mejor callate, que no pedí tu opinión— Le respondo con desdén y enojo. —Suficiente tengo con algunas mujeres en el clan como para añadir otra.—¿Qué esperabas? Es un Alfa muy fuerte
Resoplo con fuerza, volviendo a levantar la mirada, luego le tomo del pellejo con mis dientes y me cuelgo de él, esperando a que se quite, pero nada, no se inmuta, se queda quito como estatua, incluso se ríe un poco por mi absurdo intento de intimidarlo.—Donna, sabes que eso no va a funcionar ¿Verdad?—Tenía que intentarlo— Respondo entre dientes sin soltarlo.Baja su mirada y termino por soltarme, volviendo a caer sobre mi lugar, hunde su hocico en mi panza y luego la lleva hasta la mía, dándome un ligero lengüetazo, le pego en la nariz y aprovecho esta oportunidad para salirme e irme.—Cariño— Se vuelve a tirar sobre mí. —Sabes que no tienes por qué estar celosa, no me interesa otra mujer que no seas tú.—¡Ya sé! — Exclamo entre risas mientras trato de escaparme de su nariz húmeda. —Pero es molesto como se te encima, suficiente tengo con las del clan, que no dejan de mirarte.—Donny, no importa lo que ellas hagan, nunca las miraría, soy feliz contigo.—Bueno, en ese caso— Me subo a
Le cuento a Dumart todo lo que me ha contado mi marido, también le he dicho sobre la maldición con la plata, que originalmente no son vulnerables ni alérgicos a ella. Al igual que yo cuando escuché esto, Dumart me ha preguntado sobre las mismas dudas que tengo yo, le he dicho que quizás sería bueno tratar de buscar una solución a esto, pero que de momento nos centremos en reunir las fuerzas y aliados necesarios para la guerra.Mientras caminamos, escucho algo a mis espaldas, enseguida me giro sobre mis talones para ver de qué se trata, pero veo que el suelo se agrieta y algo se dirige a mí, doy unos pasos atrás y repentinamente sale algo de la tierra, abalanzándose sobre mí, tiene la boca abierta de par en par y unos dientes bastantes afilados.—¡Hombre topo! — Grita Rowan mientras me jala del brazo con fuerza, alejándome del acechador.Al darse cuenta de que su ataque a fallado, se vuelve a meter en la tierra tan rápido como salió, fijo mejor mi vista en el suelo y veo que varias gri
—Ya sé, pero eso no quita que sea todo un fastidio.—Bien, bien, deja de quejarte por un sinsentido— Nos interrumpe Dumart con un tono de voz alegre. —Ahora sabemos lo que hay en esta ciudad, sabemos cómo combatirlos y eso es lo que importa, nuestra prioridad es llenar a este templo de fe y reconstruirla para que el hermano de Reese pueda tomar esta parte de su tierra.Rowan sigue discutiendo un poco más con Dumart, nosotros tres nos limitamos a mirarlos, pero al tornarse un sinsentido, decido levantarme e ir a explorar el lugar, sería bueno ver si algo se puede rescatar de este lugar. En compañía de mi esposo y el guardián exploramos el lugar con cautela, que este lugar podría caerse sobre nuestras cabezas en cualquier momento.Mientras revisamos el lugar, observo con cuidado las paredes que todavía quedan en pie, noto que tienen varios dibujos sobre ellas, algunos enseñan sobre la creación del mundo, de cómo Gaia hizo a sus primeros hijos, antes de que siga avanzando, siento una pre