Voy a mi cuarto y me siento en la orilla de la cama, todavía sigue impregnado el viejo aroma de Reese, definitivamente es muy diferente a lo que emana ahora, antes su olor era... agradable, al menos para mí. Me levanto de mi lugar y camino hacia su ropero, saco una de sus camisas y la estrujo contra mi pecho, hundiendo mi nariz en ella, extraño sentir ese olor.La noche cae y no me siento segura de tenerlo en casa, pero tampoco puedo decirle que se vaya a otro lado, además, tengo que esforzarme y dar de mi parte para adaptarme rápido a este cambio tan brusco. Contemplo el techo por un rato, tratando de imaginar mi vida a partir de ahora, pero cualquier escenario que se me cruza por la mente, es dulce y tierno, muy, pero muy alejado de la realidad.Sacudo un poco la cabeza y me levanto, voy a la cocina y empiezo a preparar la cena; desde la mañana que no veo a Reese, seguramente debe está ocupado poniéndose al día con todo lo ocurrido en su ausencia. El único que se ha asomado ha sido
—¿A dónde vas? — Su tono de voz ahora es dura y muy gruesa.—Iré a.… dormir a otro cuarto.... te conozco... n-no te vas a controlar... — Por fin logro abrir la puerta y antes de salir lo miro de forma fugaz. —¡Así que mejor me voy a dormir a otro lado, hasta mañana! — Exclamo sobresaltada y salgo rápido del cuarto, dando un portazo.Estando afuera, pego mi espalda contra la puerta y suelto unos jadeos, tengo los nervios a flor de piel por lo que acaba de pasar. Levanto la mirada al techo y cierro los ojos, puedo escuchar los fuertes latidos de mi corazón. Estando un poco más tranquila, me voy a otra de las habitaciones a dormir.A la mañana siguiente me despierto y abro los ojos, recuerdo enseguida lo ocurrido ayer, desde que volví a ver a Reese hasta lo de anoche, esto hace que mi corazón lata más rápido y mi cuerpo se estremece, no voy a negar que me sigue atrayendo físicamente, pero... sigo sin reconocer a mi esposo y me niego a estar con él hasta que me acostumbre a él.Me levanto
—Los híbridos también son criaturas extrañas— Se aleja de mí. —Heredan lo mejor de dos mundos, pero nacen defectuosos.—Deja a mi esposa en paz.—Tranquilo, no lo digo solo por ella, lo digo en general— Se cruza de brazos y me sigue observando. —Ustedes poseen una resistencia por encima de la media hacia la oscuridad, al inicio pensábamos tener pura descendencia hibrida y aprovechar al máximo esa ventaja, pero al ver que de cien cachorros híbridos solo sobrevivían cuatro, desistimos de la idea.Por la forma en como habla, sospecho que debe ser el ancestro de Reese, es mucho más alto que él y corpulento, para ser un espíritu, se ve demasiado real... como si fuera un ser vivo.—¿Por qué querrían tener puros híbridos?El señor arquea una ceja y luego se golpea la frente, parece ser que se ha acordado de algo y sospecho que tiene que ver con la información faltante. Mi vista pasa a Reese y él me dice que hablaremos de eso en su despacho, así que nos ponemos en marcha otra vez.Apenas lleg
Hoy he decidido ir a ver a mis iniciados para empezar a planear las rutas que vamos a tomar y como podríamos aprovechar esas zonas una vez que estén purificadas. Mi suegra me ha estado ayudando con todo esto y gracias a ella, mis guardianes han mejorado bastante, ya que, en la ausencia de mi esposo, no tuve tiempo para verlos.Una vez que tenemos nuestras rutas elegidas me paso a retirar, dejando que sigan entrenando y me voy a ver a mi esposo para pasarle mi informe y espero que apruebe mi expedición, de lo contrario, tendré que replantear mi plan de expedición. Mientras camino, aprieto con fuerza mi liberta, mi corazón late con bastante fuerza, en estos momentos, estoy de los nervios, que horror.Llego hasta la oficina de Reese y todo a la puerta, al otro lado escucho que me dan permiso de pasar, con timidez, abro la puerta y asomo la cabeza, al verme, Reese se levanta de su asiento y se acerca a mí, dedicándome una pequeña sonrisa. Le he interrumpido en una junta.—Lamento interrum
—¿Así, sin más? — Volteo a verlo sorprendida y con el ceño fruncido. —¿Quieres ir por la puerta principal?—¿Por qué no? Somos más fuertes que ellos y por los hombres armados que tienen, añadiendo que han traído a mi hermano herido, no creo que quieran dialogar.—No sabemos si ellos lo hirieron para empezar y es normal que tengan gente armada, no tiene la fuerza para enfrentarse a los acechadores así que tienen que usar el ingenio.—Muy bien, Delta... hagámoslo a tu manera— Se cruza de brazos y arquea una ceja, mirándome con espesísimo.—¿Por qué sospecho que me ocultas algo?—No lo hago, pero reconozco a la gente decidida a pelear y no a dialogar.—¡Tonterías! — Exclamo en voz baja. —Hablemos con ellos y si notas algo raro.—Entonces actuamos a mi manera, me parece estupendo.Resoplo con fuerza y le doy un ligero golpe en el brazo, él se ríe un poco y con un movimiento de cabeza me dice que avancemos, nos tomamos de la mano y avanzamos a paso firme, aprieto su mano con fuerza y miro
El grupo de personas se ponen a cuchichear entre ellos, todos están hartos de estar aquí metidos, viviendo como si fueran animales o algo por el estilo, muchos de ellos vienen de asentamientos de cambia formas y que ellos jamás los tratan como los trata su propia especie.—Tenemos que salir de aquí— Espeta mi marido mientras camina hacia la puerta.—¿Cómo piensas salir de aquí, guapo? — Expresa con incredulidad una de las mujeres. —Esa puerta está cerrada a cal y canto, a no ser que tengas la llave escondida entre tus ropas, que lo dudo mucho.—Reese, por la madre bendita...Sin darme tiempo a terminar mi oración, derriba la puerta sin esfuerzo alguno, haciendo que suelte un resoplo de resignación, me sobo la frente con la yema de mis dedos y dejo caer los hombros. No voy a reprocharle ni nada, tenemos que ir a ver si el “Coliseo” de verdad existe y auxiliar a los cambia formas y humanos que están siendo enviados a morir de forma horrible.—¡Mierda! — Exclama una de las mujeres. —¿¡Qu
Noto que Erick tiene su mano puesta sobre su costado, de él salen algunas gotas de sangre, parece ser que le está costando trabajo sanar su herida y eso significa una cosa, que le han hecho una herida con algo de plata. Volteo a ver a Reese y él tiene puesta la mirada en ellos, observa con detenimiento lo que ocurre.—¿Qué hacemos?—Hay que saber primero donde están el resto.Escucho como el hombre suelta un fuerte grito, enseguida volteo a ver qué sucede y veo como el humano corre hacia mi cuñado, que sin mucho esfuerzo detiene su ataque, parando en el aire el tubo que tiene entre sus manos, ambos forcejean un poco, mi cuñado sigue en el suelo y una mueca de dolor se dibuja en su rostro.Reese me toma de la mano y me lleva lejos del lugar, me sorprende que a pesar de que hay varios olores, logra encontrar el lugar donde se encuentran las personas encerradas, como era de esperar, hay un guardia resguardando la puerta. Cuando nos ve, nos dice que nos vayamos, que no tenemos nada que ha
Me disculpo por la intromisión y nos alejamos del lugar, luego nos alejamos a una esquina y mira a su alrededor, buscando una forma de cómo sacar a todos aquí. Luego sus ojos se posan en mí y arquea una ceja. Resoplo con fuerza y pego mi frente a su pecho, tengo la ligera sospecha de que quiere que haga. —¿Estas seguro? —Para ser honesto, preferiría que no lo hicieras, todavía no tienes control sobre ese zorro negro y no quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir. —Entonces ¿Qué hacemos? —Si curas a mi hermano, entre los dos nos encargamos de estos brutos mientras tu ayudas a los heridos. —Me gusta más esa idea. Me transformo en zorra y me escabullo entre las personas, ellos están tan entretenidos con lo que ocurre que ni notan mi presencia. Busco un agujero y cuando lo encuentro, me meto al coliseo y antes de que el hombre arremeta contra mi cuñado, me tiro sobre él y muerdo con bastante fuerza su cuello, haciendo que suelte un chillido de dolor, afortunadamente, Erick