Capítulo 2.

Capitulo 2.

Estoy sentado en la cama tratando de sacar todas estas voces que me atormentan. Estar aquí no es fácil, mis demonios amenazan con salir a luz. Llevo tantas muertes a mis espaldas!!

Necesito regresar, cuánto antes mejor. Cuánto más lo pienso más lo deseo, necesito respirar de nuevo esa paz, esa Libertad que aquí no tengo. Me siento enjaulado.

Apenas si llevo un día aquí y ya me estoy volviendo loco. La única compañía que soporto es la de Connor. Y tampoco llevo demasiado tiempo solo, he olvidado como tratar a la gente hay momentos en los que me veo más como un animal. En media hora será la reunión.

Quiero que llegue, que pase, quiero marcharme ya.

He tomado una ducha, he cambiado mi ropa por una limpia y me dispongo a salir.

Salgo al pasillo y lo primero que me encuentro es a dos hombres, parecen mayores que yo, lucen sendos trajes negros, yo en cambio prefiero usar unos jeans y una camisa blanca, no necesito impresionar a nadie.

Camino por su lado, cuando los rebasó agachan la cabeza en señal de sumisión.

Sé quién son los recuerdo, nunca olvidó una cara.

Suspiro mientras continuo mi camino, hay mucha gente aquí, muchos tipos de expecies diferentes. veo hadas, duendes, elfos, lobos... Excepto demonios y vampiros creo que hay representación de todas las expecies.

El problema debe de ser grave. Digo para mí.

Entró en la sala, hay gente sentada en el patio de butacas. Como me gustaría ser uno de ellos y poder sentarme al final.

Pero no, no lo soy!! Me dirijo a la mesa central para sentarme justo en la silla del centro. La silla reservada al Gran Alfa, a mi izquierda y a mi derecha se sitúan dos ancianos y justo a su lado otras dos criaturas mágicas. A ellas no las reconozco.

Alexander el anciano de mi derecha se levanta, le queda poco de vida lo puedo notar debe de estar cerca de los trescientos años. Todavía recuerdo a ese muchacho de ojos castaños que salve de morir a manos de los demonios. Ya no queda nada de él.

- Señores, señoras. Ya veo que estamos todos. Así que sin más dilación la reunión va a comenzar.

El inframundo se está revelando, ordas de demonios se preparan para la guerra...

En la sala comienzan los murmullos, poco a poco las voces comienzan a resonar haciendo imposible entender algo.

- Calma señores, calma. Repite una y otra vez.

Me levanto de la silla y doy un sonoro gruñido, inmediatamente todo el mundo queda en silencio.

Vuelvo a tomar asiento, Alexander continua su exposición:

Tenemos que mantenernos unidos. Formar una coalición. Ahora más que nunca necesitamos a todo el que esté en edad de luchar...

Otra vez las voces se alzan, en la sala se respira la tensión nadie quiere ir a una guerra, las guerras solo traen muerte y destrucción en ambos bandos. Algunos Alfas se niegan en especial Walter.

De todas las personas que se encuentran aquí es sin duda alguna al que más detesto. Es cruel, ambicioso, prepotente y un maltratador...

La reunión ha concluido, no sin antes levantar un tremendo dolor de cabeza en mi. Al final todos vamos a colaborar no queda otra opción. Es la segunda vez que arruinan mis planes, tardaré más de lo que creía en volver a mí refugio.

Por lo que veo tendre que regresar con mi Manada un tiempo.

Estoy en el jardín esto es lo más parecido que hay aquí a un lugar fresco y verde.

Un aroma embriagador imbade mis fosas nasales, no puede ser..

Es el aroma me esquisto que olido en toda mi vida y ahora estoy seguro es para mí!

Avanzo en la dirección del aroma, huele a menta fresca, cada vez se hace más notable y más intenso.

Noto como mi pulso se acelera, pronto la encontraré espero que sea mujer, pero si la diosa al fin me dió un compañero poco me importa si es hombre o mujer. Al fin puedo estar completo.

Giro hacia los setos del jardín, al fin la veo.

Está sentada en un banco luce el pelo negro y largo, desde mi posición se la ve pequeña y delgada, quiero ver su cuerpo.

Necesito ver el rostro por el qué tanto tiempo llevo esperando. El de mi compañera, mi mate, mi alma gemela.

Gira su cabeza y me mira, sus ojos cambian de color.

Su loba me ha reconocido, pero en vez de acercarse se aleja. Camino tras ella, no va poder escapar.

- Briana, dónde estabas. Dice Walter soltandole una sonora bofetada.

Eso enciende mi sangre, me abalanzó sobre el y sujetó por el cuello.

- Suéltame estás loco, vas a matarme dice poniéndonse morado.

Hago acopio de mi autocontrol y lo suelto.

- Quién te da derecho a pegarle? Le digo señalando con rabia a la chica que hay tirada en el suelo.

- Ella es mía!! yo la compré puedo hacer lo que quiera con esa sucia perra.

Hace una pausa pasa sus dedos por su escaso cabello ya bañado por las canas, para después continuar:

- Ya veo como la mirás.. sabes una cosa ni aunque pudieras pagar todo el oro del mundo por ella, nunca te la iba. Jajajaja..

Esa risa despierta algo oculto en mi interior. Algo tan antiguo tan destructivo, "Odio". Me lanzó contra él, lo derribo, sabe que no es rival para mi pero aún así se ha atrevido a desafiarme con sus palabras.

La gente se acerca forman corros a mi alrededor, sus miradas están cargadas de miedo. Pero ninguno parece dispuesto a perderse ningún detalle.

Una línea de sangre cae sobre su frente. Sus ojos antes llenos de orgullo, ahora quedan empañados por las lágrimas. Siente vergüenza y miedo, mucho miedo.

Hace bien de tenerlo, no se juega conmigo, ya no...

- Está bien, es tuya te la regalo, ni siquiera sirve para calentar mi cama, solo sabe llorar. Dice con la voz entrecortada hay mucha rabia en sus palabras.

Estas últimas palabras hacen que mi lobo se remueva. Respiro profundamente buscando algo de calma en mi interior y lo suelto. Ese aroma, su aroma a menta fresca tan cerca hace sacar lo mejor y lo peor de mi.

Se marcha rápidamente balbuceando algo. Se que está resentido, planeara una venganza pero no me importa estaré preparado.

Ella sigue parada, está sentada en el suelo su cara está bañada por las lágrimas.

- Levantate nos vamos!! Digo todavía enfadado.

Ella obecede y me sigue.

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