« Llegué a la villa. Por costumbre revisé todas las trampas de los alrededores, pero… Una de ellas estaba mal y terminé con un rasguño en mi mano… Era como si hubiese sido alterada. ¿Tienes alguna idea? » , le pregunto Alfa Rezef, pensando que alguien pudo intentar ingresar al territorio de Luna Plateada por ese sector. « ¿Una trampa dañada?, no… No lo sé Alfa, pero puedo ir con Tabitha y el equipo de seguridad. Vamos a analizarlas todas en todo el territorio, para cuando vuelva todo estará en orden y daré mi reporte » , le respondió ese Beta, que también era su hermano menor. « Perfecto. Te lo dejo a ti » •••••••••• En el interior de la casa. ¡CLANK! Sonó la puerta cuando Maray la cerró de golpe, quedando a solas en la habitación principal. La sirvienta ya había terminado de ordenar todo y no se encontraba ahí. Ella vio sus cosas desempacadas, todo junto a lo de ese Alfa. ¡Sintió un escalofríos recorrer su cuerpo! Una mezcla de incomodidad, odio y a la vez… U
Desde la ventana de esa habitación principal, Luna Maray, miró fijamente a Alfa Rezef, con determinación en sus ojos. Ella sin decir una palabra, sonrió… Una sonrisita traviesa y seguidamente, se lanzó por la ventana. —¡Reina Da- Antes de que Alfa Rezef terminara de hablar. Ella se transformó en una loba. ¡Maray había tomado su forma falsa de loba frente a ese alto hombre lobo! Majestuosa, de pelaje oscuro como la noche, hermosa, una mirada penetrante y fina, unos ojos de un tono marrón ligeramente rojizos, un aura que causaba una fuerte impresión. Alfa Rezef se quedó sorprendido ante la belleza de la figura que se mostraba frente a él. Con un poderoso aullido, esa loba lo vió fijamente. La loba de Maray se acercó lentamente a Alfa Rezef, quien se quedó atónito ante la presencia de esa hembra poderosa que cautivaba su mirada. Un pensamiento fugaz cruzó por la mente de ese macho al verla: "Hermosa…" En ese instante, Reina Maray le pidió a Alfa Rezef que le diera un re
Maray se sorprendió al escuchar a ese macho. Recordó la escena de Rezef herido hace poco y unió de inmediato esos cabos. Nuevamente, la loba de Maray se dejó guiar por ese macho. A medida que continuaban su recorrido, la tormenta que amenazaba, finalmente comenzó… Las gotas de lluvia caían con fuerza, empapando sus pelajes oscuros. Los relámpagos iluminaban el cielo y los truenos retumbaban en el bosque cuyas copas de los árboles se mecían con gran fuerza. Aún con ese clima, esa pareja de lobos, continuó adelante, explorando cada rincón del territorio. Alfa Rezef se dio cuenta de que más allá de la apariencia de la loba de Maray, había una valentía y determinación en ella que a él le llamaba poderosamente la atención. Ssshuuuzz~ A distancia un curioso sonido fue percibido por las orejas alertas de la loba de Maray. ¡AGUA! Pero no la que caía por la tormenta. De inmediato, ella se alejó de Alfa Rezef sin importarle la advertencia de las trampas. Esa enorme loba corr
—AY~ —Reina Maray soltó un gritito, cuando cayó sentada en el piso rocoso. Alfa Rezef frunció el ceño, soltando un sonido de molestía con sus dientes. —Tsk~ ¿Y ahora qué tienes? —le preguntó él, de mala manera, poniéndose de pie se acercó a esa mujer loba. El sonido de los pasos de ese alto hombre lobo eran escuchados con gran profundidad por los oídos de esa hembra. El olor de él y hasta su calor a tal distancia, eran percibidos por ella, que se sentía extremadamente sensible. La respiración de esa hembra estaba agitada, sentada en el suelo rocoso de rodillas, su cuerpo tembloroso, sus manos hechas puños se apretaban con tal fuerza que sus uñas la lastimaban. ¡¡ALGO NO ANDABA BIEN!! Maray sentía cómo el sudor caía lentamente por su piel húmeda, debido a el agua de la lluvia y el río en el que estuvo solo unos minutos atrás, a punto de ahogarse. —¡ALÉJATE! —le gritó furiosa esa hembra, cuando sintió que Alfa Rezef estaba a pocos metros de distancia. —Pareces
Hacer contacto con su loba, que estaba en peor condición con ella, solo causó que su instinto salvaje se prenda como grandes llamaradas que se morían por consumir al macho que tuviera enfrente. Siendo este su mate, ese maldito lobo cuya conexión ancestral, invisible pero casi mágica, … Le resultaba desgraciadamente irresistible. —No parece que sea por deseo propio~ ¿Es en estas fechas tu periodo de celo? —le preguntó Rezef, ajeno a la batalla emocional que tenía Maray contra sus instintos—. Debiste decirlo antes, es una excelente noticia~ podríamos intentar ahorita que me des ese cachorro del trato y- ¡¡PUUUUM!! ¡MARAY EMPUJÓ CON TODAS SUS FUERZAS A ESE GRANDE HOMBRE LOBO! Alfa Rezef, hizo una leve expresión de dolor, cuando su espalda pegó contra una pared húmeda y rocosa de esa cueva. CRANK~ En ese instante, se escuchó el sutil desmoronamiento de la pared rocosa al ser impactada por el cuerpo de ese hombre lobo, alto, musculoso y poderoso. De inmediato, los ojos gr
Cómo hipnotizado, ese Rey Alfa no podía apartar su vista de esa hembra. La sonrisita coqueta que ella le dedicó, fue como "arrojar leña al fuego", el corazón de ese Alfa, latía de emoción. Una emoción descontrolada y muy placentera. ¡¡Reina Maray de inmediato lo besó!! Un besó feroz, movimientos descontrolados de sus labios inexpertos, pero tan ardientes que a Rezef le daba igual que no lo hiciera tan bien. "¡M@ldita sea! ¿Cómo puedes excitarme tanto?" Pensó ese hombre lobo, cuyas grandes y fuertes manos se aferraron a la cadera de Maray. Una de las manos de ella bajó del hombro de él, hacia su emocionada masculinidad erecta, su mano llenaba de torpes caricias rápidas a ese macho. —Hey… Tranquila que me vas a- AY~ —Rezef apartó la mano de esa hembra, antes de que termine causándole una lesión a su miembro, por sus torpes caricias rápidas. Sin embargo, ella rápidamente soltó su mano del agarre de ese hombre lobo, llevándola hacia la cabellera semi larga oscura de ese ma
Sus hermosos ojos de un falso tono marrón se pasearon por toda la habitación cuya decoración elegante y tonos claros, hacían brillar más todo lo que era iluminado por la claridad del sol. Ella bostezó… ¡EN ESE INSTANTE, UN GOLPE DE DOLOR SACUDIÓ TODO SU CUERPO! —AAAY~ —soltó un gritito. ¡Fue cuando recordó! Ella abrió sus ojos de par en par ante la sorpresa. ¡Maray se sentó de golpe sobre la cama! "¡CAÍ EN MI CELO!" Pensó asustada. ¡Su corazón latía aceleradamente como si quisiera escaparse de su pecho! Ella volvió a ver a sus alrededores… Sus ojos se detuvieron justo en dirección de su costado derecho. Ahí, a su lado, profundamente dormido ese Rey Alfa. Maray llevó su mano a su boca, cubriendo ligeramente la misma, sin poder creer lo que veía. Ese grande macho, con su cuerpo perfecto digno de un Alfa de la mejor estirpe. Se encontraba… ¡¿HERIDO?! —Qué demonios… —susurró Maray, viendo, los moretones, mordidas, rasguños, raspones y hasta… Chupetes, en el cuerpo d
Clac~ Se escuchó el sonido de la puerta al ser abierta por ese Rey Alfa de "Luna Plateada". Rezef de inmediato bajó su mirada, clavando sus ojos grises claros en esa hembra que yacía de rodillas en el piso, frente al tazón del inodoro, limpiando su boca con su mano después de haber vomitado. "¿Y ahora… Por qué vomita?" Pensó en un instante, ese Alfa. Maray volvió a verlo por encima de su hombro, mientras ella seguía de rodillas en el piso. —¡¿Qué haces aquí?! ¡VETE! —lo echó ella de inmediato. Él arqueó una ceja y dirigió su mirada al mueble donde vio un frasco de cristal vacío. Alfa Rezef se acercó y lo tomó en su mano, viéndolo, analista; seguidamente lo acercó a su nariz y rápido lo alejó, haciendo una expresión de asco. —¡¿Tomaste esto?! ¿Qué demonios es? —le preguntó él en un tono de voz, exigente. —¡Qué te importa! ¡Vete y déjame en paz! ¡Ya tuviste lo que querías!, aparearte conmigo. Si no me quedé preñada ya será tu problema. Yo cumplí mi parte, ahora lárgat