CAPÍTULO 94: EL CASTILLO DE MIRIDIANGaiaLa luna llena se alza en el cielo, bañando el paisaje con una luz pálida y fría. Mi corazón late con fuerza mientras observo el castillo que alguna vez fue nuestro hogar desde nuestra posición oculta. Ahora es la fortaleza de ese monstruo que llegué a considerar mi hermana hace mucho tiempo atrás. Esta es nuestra última oportunidad. Sabemos que Kaelan está dentro, y no podemos permitirnos fallar.—Nikolai —le digo, mi voz es firme aunque mi interior esté en tumulto— ¿Estás listo?—Siempre —responde con un tono seguro que casi me enfurece. Su determinación es admirable, pero también es una constante fuente de conflicto entre nosotros. No puedo olvidar lo que ha pasado, y aunque mi corazón quiere perdonarlo, mi mente se resiste.—Todos preparados —ordeno al grupo—. Esta será una batalla difícil. No podemos permitirnos errores.Nikolai me mira con una intensidad que me hace sentir vulnerable.—Gaia, lideraré la carga. Tú cúbreme.—No, Nikolai —re
CAPÍTULO 95: EL RITUAL OSCUROGaiaAprieto los puños sintiendo la ira recorrerme el cuerpo. Libero a mi loba, Nikolai hace lo mismo, mientras en la entrada y los pasillos del castillo nuestros lobos luchan a muerte contra el inmenso ejército que creado Parisa.Ella con su rostro y cuerpo transformado en una cosa horrible, sonríe con maldad, segura de que nos ha vencido.Le rujo enseñando mis colmillos filosos y la furia que ha desatado al desafiarme de esta manera.—Hasta aquí llegaste, hermanita —le digo con tono sarcástico.—Eso lo veremos.De pronto Parisa da media vuelta y levanta a mi bebé en sus brazos. Kaelan parece dormido, pero eso no calma mis temores.—¡Kaelan! —grito. Nikolai emite un rugido aterrador que resuena en las paredes del oscuro castillo.—Mátenlos —ordena Parisa de pronto. De la oscuridad surgen los lobos oscuros más fuertes y enormes que haya visto. Sus ojos negros brillan en la penumbra, y sus gruñidos reverberan en los muros de piedra. El enfrentamiento es in
CAPÍTULO 96: EL SACRIFICIO DEL ALFANikolaiEstoy gravemente herido, pero no puedo permitirme mostrar debilidad. Cada movimiento me cuesta un dolor que amenaza con derribarme, pero sigo adelante, porque la prioridad es salvar a Kaelan. No importa lo que me pase a mí. Mi lobo, Maheegan, gruñe en mi mente, instándome a detenerme.“Debes parar, Nikolai”, dice con un tono que rara vez usa, “el veneno de los lobos oscuros se está esparciendo por tu cuerpo. Ni siquiera la energía de Gaia podría salvarte ahora”.Ignoro sus advertencias. No hay tiempo para detenerse y pensar en mi propia vida. Si Parisa completa el ritual, si perdemos a Kaelan, será el fin de todo. Fijo mi mirada en el camino por delante aunque cada paso es como una maldit4 tortura.Kalixta nos guía, siguiendo el rastro mágico de Parisa, la bruja Teriza, y nuestro hijo.—Los encontré —anuncia.Todo el grupo se detiene para escuchar la ubicación. Hemos perdido a demasiados de nosotros. Algunos lobos de Sunwood y otros de mi re
CAPÍTULO 97: UN DESTINO MERECIDOGaiaLa cabaña retumba con el eco de los hechizos y los rugidos de los lobos. Nikolai y yo intercambiamos una mirada, ambos sabiendo que esta batalla será a muerte. Nos transformamos nuevamente en lobos. Ella se gira hacia nosotros, su sonrisa es cruel y llena de desprecio.—¿De verdad creen que pueden detenerme? —se burla Parisa, su voz resuena con una confianza oscura—. Soy más poderosa de lo que imaginan.Nikolai ruge, un sonido que hace vibrar el aire, y nos lanzamos al ataque. Parisa se defiende con una fuerza sorprendente, sus movimientos son precisos y letales. Nos damos cuenta de que tal vez es más poderosa de lo que pensábamos, pero no podemos permitirnos dudar.Mientras tanto, Kalixta se enfrenta a Teriza. La energía mágica chisporrotea en el aire, creando un ambiente peligroso. Puedo sentir la intensidad de la batalla, la magia oscura tratando de absorber la esencia de mi bebé.—¡No permitiremos que completes este ritual! —grita Kalixta mien
CAPÍTULO 98: ESTO NO HA TERMINADOGaiaEl frío aire de la noche me envuelve mientras corremos hacia la frontera de Sunwood. Siento el peso del mundo en mis hombros y el corazón roto en mil pedazos al ver a Nikolai luchar por mantenerse consciente. Nuestro hijo duerme en mis brazos, ajeno al caos que nos rodea.Nikolai está gravemente herido, y cada vez que su paso se tambalea, una punzada de terror me atraviesa. No puedo perderlo. No ahora. No cuando finalmente admito que lo amo. Siempre lo he amado, incluso cuando intenté negarlo, incluso cuando lo odiaba.Llegamos a Sunwood al amanecer. La visión que nos recibe es desalentadora. Manadas de lobos de otros reinos están reunidas, sus expresiones reflejan preocupación y miedo. Brujas de diferentes clanes están dispersas, murmurando hechizos y protecciones.Uno de los Alfas se acerca. Es Thorne, el Alfa del clan de las Montañas Oscuras. Su rostro está endurecido por la preocupación.—Debo suponer que tú eres la Alfa Gaia, la hija de Stef
CAPÍTULO 99: EL LOBO NEGRO Y LA LOBA BLANCAGaiaAnara nos lleva a una sala privada, alejada de las demás, donde el silencio es profundo y reconfortante. Las otras brujas nos siguen de cerca, y Kalixta me toma de la mano, ofreciendo su apoyo. Mi corazón late con fuerza, siento una mezcla de miedo y esperanza burbujeando dentro de mí. Nikolai yace en el centro de la sala, su respiración es apenas perceptible.Anara se coloca frente a mí, con el libro antiguo abierto en sus manos. Sus ojos oscuros me miran con seriedad.—Gaia, el ritual que estamos a punto de realizar es antiguo y extremadamente poderoso —comienza Anara, su voz resonando en la sala—. Requiere que te enfrentes a tus propios miedos y resentimientos. Debes estar completamente dispuesta a dejar ir todo lo que te ha mantenido alejada de Nikolai. Solo entonces podrás devolver la parte del vínculo que te llevaste cuando lo rechazaste.Asiento, sintiendo una determinación renovada. No puedo permitirme el lujo de vacilar.—Estoy
CAPÍTULO 100: UNA NUEVA AMENAZANikolaiEl sol matutino se cuela por las ventanas de la habitación, su cálida luz baña el rostro de Gaia, que está dormida a mi lado. Le miro, sintiendo una paz que creí haber perdido para siempre. Estamos juntos de nuevo, y por primera vez en mucho tiempo, todo parece estar en su lugar. Extiendo una mano y acaricio suavemente su cabello, despertándola con delicadeza.—Buenos días, mi amor —le susurro.Gaia abre los ojos y una sonrisa se dibuja en sus labios. Sus ojos brillan con una mezcla de amor y alivio.—Buenos días, Nikolai —responde, acurrucándose más cerca de mí—. ¿Cómo te sientes?—Mejor que nunca —digo sinceramente, abrazándola con fuerza—. Gracias a ti.Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad. Siento que hemos dejado atrás el odio y el rencor que nos separaban. Por primera vez, estamos verdaderamente juntos.Gaia se ríe con timidez mientras acaricio su mejilla, busco sus labios, fundiéndonos en un beso apasiona
CAPÍTULO 101: DECLARACIÓN DE GUERRAGaiaEl aire en el salón principal está cargado de tensión. Todos los Alfas de las manadas reunidas en Sunwood se encuentran presentes, sus rostros reflejan una mezcla de preocupación y resolución. Siento el peso de su expectación mientras me levanto y desenrollo el pergamino que contiene la declaración de guerra del rey Emyr de Miridian.—"Yo, el Rey Emyr de Miridian, en representación de todos los reinos humanos, declara la existencia de los licántropos como una amenaza. En cinco días movilizaré a mis ejércitos para destruirlos a todos."Mis ojos recorren las palabras una y otra vez, tratando de absorber el impacto de la situación. Levanto la vista y encuentro la mirada de Nikolai. Su rostro está endurecido por la furia y el desconcierto que esto nos provoca, pero también noto la seguridad en su semblante. Esto no va a terminar bien si no logro que los humanos entren en razón.—Alfas —comienzo, tratando de mantener la calma en mi voz—, hemos recib