CAPÍTULO 97: UN DESTINO MERECIDOGaiaLa cabaña retumba con el eco de los hechizos y los rugidos de los lobos. Nikolai y yo intercambiamos una mirada, ambos sabiendo que esta batalla será a muerte. Nos transformamos nuevamente en lobos. Ella se gira hacia nosotros, su sonrisa es cruel y llena de desprecio.—¿De verdad creen que pueden detenerme? —se burla Parisa, su voz resuena con una confianza oscura—. Soy más poderosa de lo que imaginan.Nikolai ruge, un sonido que hace vibrar el aire, y nos lanzamos al ataque. Parisa se defiende con una fuerza sorprendente, sus movimientos son precisos y letales. Nos damos cuenta de que tal vez es más poderosa de lo que pensábamos, pero no podemos permitirnos dudar.Mientras tanto, Kalixta se enfrenta a Teriza. La energía mágica chisporrotea en el aire, creando un ambiente peligroso. Puedo sentir la intensidad de la batalla, la magia oscura tratando de absorber la esencia de mi bebé.—¡No permitiremos que completes este ritual! —grita Kalixta mien
CAPÍTULO 98: ESTO NO HA TERMINADOGaiaEl frío aire de la noche me envuelve mientras corremos hacia la frontera de Sunwood. Siento el peso del mundo en mis hombros y el corazón roto en mil pedazos al ver a Nikolai luchar por mantenerse consciente. Nuestro hijo duerme en mis brazos, ajeno al caos que nos rodea.Nikolai está gravemente herido, y cada vez que su paso se tambalea, una punzada de terror me atraviesa. No puedo perderlo. No ahora. No cuando finalmente admito que lo amo. Siempre lo he amado, incluso cuando intenté negarlo, incluso cuando lo odiaba.Llegamos a Sunwood al amanecer. La visión que nos recibe es desalentadora. Manadas de lobos de otros reinos están reunidas, sus expresiones reflejan preocupación y miedo. Brujas de diferentes clanes están dispersas, murmurando hechizos y protecciones.Uno de los Alfas se acerca. Es Thorne, el Alfa del clan de las Montañas Oscuras. Su rostro está endurecido por la preocupación.—Debo suponer que tú eres la Alfa Gaia, la hija de Stef
CAPÍTULO 99: EL LOBO NEGRO Y LA LOBA BLANCAGaiaAnara nos lleva a una sala privada, alejada de las demás, donde el silencio es profundo y reconfortante. Las otras brujas nos siguen de cerca, y Kalixta me toma de la mano, ofreciendo su apoyo. Mi corazón late con fuerza, siento una mezcla de miedo y esperanza burbujeando dentro de mí. Nikolai yace en el centro de la sala, su respiración es apenas perceptible.Anara se coloca frente a mí, con el libro antiguo abierto en sus manos. Sus ojos oscuros me miran con seriedad.—Gaia, el ritual que estamos a punto de realizar es antiguo y extremadamente poderoso —comienza Anara, su voz resonando en la sala—. Requiere que te enfrentes a tus propios miedos y resentimientos. Debes estar completamente dispuesta a dejar ir todo lo que te ha mantenido alejada de Nikolai. Solo entonces podrás devolver la parte del vínculo que te llevaste cuando lo rechazaste.Asiento, sintiendo una determinación renovada. No puedo permitirme el lujo de vacilar.—Estoy
CAPÍTULO 100: UNA NUEVA AMENAZANikolaiEl sol matutino se cuela por las ventanas de la habitación, su cálida luz baña el rostro de Gaia, que está dormida a mi lado. Le miro, sintiendo una paz que creí haber perdido para siempre. Estamos juntos de nuevo, y por primera vez en mucho tiempo, todo parece estar en su lugar. Extiendo una mano y acaricio suavemente su cabello, despertándola con delicadeza.—Buenos días, mi amor —le susurro.Gaia abre los ojos y una sonrisa se dibuja en sus labios. Sus ojos brillan con una mezcla de amor y alivio.—Buenos días, Nikolai —responde, acurrucándose más cerca de mí—. ¿Cómo te sientes?—Mejor que nunca —digo sinceramente, abrazándola con fuerza—. Gracias a ti.Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad. Siento que hemos dejado atrás el odio y el rencor que nos separaban. Por primera vez, estamos verdaderamente juntos.Gaia se ríe con timidez mientras acaricio su mejilla, busco sus labios, fundiéndonos en un beso apasiona
CAPÍTULO 101: DECLARACIÓN DE GUERRAGaiaEl aire en el salón principal está cargado de tensión. Todos los Alfas de las manadas reunidas en Sunwood se encuentran presentes, sus rostros reflejan una mezcla de preocupación y resolución. Siento el peso de su expectación mientras me levanto y desenrollo el pergamino que contiene la declaración de guerra del rey Emyr de Miridian.—"Yo, el Rey Emyr de Miridian, en representación de todos los reinos humanos, declara la existencia de los licántropos como una amenaza. En cinco días movilizaré a mis ejércitos para destruirlos a todos."Mis ojos recorren las palabras una y otra vez, tratando de absorber el impacto de la situación. Levanto la vista y encuentro la mirada de Nikolai. Su rostro está endurecido por la furia y el desconcierto que esto nos provoca, pero también noto la seguridad en su semblante. Esto no va a terminar bien si no logro que los humanos entren en razón.—Alfas —comienzo, tratando de mantener la calma en mi voz—, hemos recib
CAPÍTULO 102: LA MÁS FUERTE DE TODOSGaiaLa declaración de Bastian resuena en la sala como un trueno.—No confío en el liderazgo de Gaia para guiarnos a través de esta guerra —proclama, sus ojos destellan con desafío que me hace apretar los puños. Es insólito que esté quejándose de eso en este preciso momento.El murmullo de los otros Alfas se eleva, algunos apoyando su postura y otros murmurando en mi defensa. Siento mi corazón latir con fuerza, pero me mantengo firme. Este es un momento crucial.—¡Esto es una locura! —exclama Thorne, golpeando la mesa con su puño—. No podemos permitirnos estar divididos en un momento como este.Nikolai da un paso al frente, su voz resuena con la misma autoridad y firmeza.—Bastian, ahora no es el momento para cuestionar quién lleva el liderazgo. Nos enfrentamos a una amenaza que podría destruirnos a todos. Debemos estar unidos.Bastian cruza los brazos sobre su pecho con sus ojos fijos en los míos.—Si Gaia quiere nuestro respeto y nuestra lealtad,
CAPÍTULO 103: EL PLAN DE GAIAGaiaLa sala de los Alfas está llena de susurros y miradas expectantes mientras me preparo para hablar. Siento cada mirada fija en mí, evaluándome.—Quiero proponer una solución pacífica —digo con firmeza—. No debemos dejarnos llevar por la violencia y la masacre. Debemos buscar una manera de coexistir con los humanos.La reacción es inmediata. Algunos Alfas se levantan de sus asientos, murmurando con desaprobación. Otros simplemente me miran, incrédulos.—¿Pacífica? —Bastian se burla, todavía está resentido por su derrota—. ¿Después de todo lo que han hecho? ¿Después de que nos declararon la guerra?Tomo un profundo respiro, preparándome para enfrentar su escepticismo.—Nosotros no hemos sido inocentes en todo esto. Llevamos siglos engañándolos. Trayendo humanas a nuestros reinos bajo engaños para aparentar ser humanos, y no olvidemos lo último. Muchas vidas humanas se perdieron por los actos de una loba.—Una loba no nos define a todos —replica otro de
CAPÍTULO 104: LA REDENCIÓN DE UN BETAGaiaSabía que en cuanto Bastian se diera cuenta de lo que ocurría, las consecuencias para Darryl serían mucho más desalentadoras de lo que imaginábamos. Apenas él reveló la verdad, Bastian convocó una nueva reunión con los Alfas, y ahora estamos aquí, poco antes de un nuevo anochecer, sin poder partir a Miridian, porque primero debemos resolver esto.Las voces en la sala de consejo son como un rugido lejano en mis oídos mientras observo a Darryl, arrodillado en el centro del círculo formado por los Alfas. Su figura, abatida y resignada, me llena de una tristeza profunda. Bastian está de pie, con el rostro endurecido y la furia chispeando en sus ojos. Es obvio que quiere descargar la frustración de haber perdido, con alguien más.—¡Este traidor no merece piedad! —exclama Bastian, su voz hace un eco en la sala—. ¡Debe pagar con su vida por lo que hizo!Los murmullos de los Alfas aumentan en volumen, algunos asintiendo en acuerdo mientras otros está