CAPÍTULO 31: UN JUEGO PELIGROSONikolaiVer a la pequeña lubina ardiendo de celos por Parisa es un deleite para mi lobo interior. Ella no tiene idea lo mucho que me descontrola, y lo débil que empiezo a ser ante cada petición. Sé que si Gaia insiste lo suficiente tal vez podría flaquear en mi determinación, pero es verdad que estoy haciendo todo esto por protegerla.Tal vez al principio no fue así, tal vez al principio solo estaba impulsándome por mis deseos egoístas de tenerlo todo. Sin embargo, sé que si la dejase ir ahora, no podría sobrevivir sola. Sin manada ni reino, sin poder volver a Miridian por su condición de loba, y con una amenaza inerte de que si mi madre descubre que sigue viva, no me lo perdonaría y tampoco la vida de Gaia. Si la dejase ir, ella moriría. —A mí no me importa tu matrimonio con esa farsante, eres tú el que se ha dejado engañar por ella.—Tus palabras dicen eso, pero tu actitud responde a algo muy diferente, lubina. Sé que estás celosa. Gaia pone los ojo
CAPÍTULO 32: SEGUNDO ENGAÑOParisaMañana será el ritual de fertilización y la estúpida de mi doncella todavía no llega con la bruja. Camino de un lado a otro con la desesperación a punto de acabar con lo poco que me queda de mis nervios. Si no consigo ese hechizo, todos se darán cuenta de que mentí y me desecharán, tal vez me vaya peor que a Gaia.El idiota de Nikolai ha estado escabulléndose de nuevo a la torre a verla. Hace un momento creo que logré impedirlo, y sé que esa tonta vio que lo besé, pero no es suficiente si de todos modos él sigue yendo a c0gérsela. Aunque vi a su madre yendo de camino, tal vez esta noche logré frustrar sus planes.Camino de un lado a otro, esperando ver desde la distancia del paisaje nocturno la llegada de mi doncella. Pero la tonta esa, no aparece por ningún lado.Abro la puerta de la habitación, quizá con la esperanza de ir a buscarla y encontrarla por el camino, sin embargo un suave susto me toma por sorpresa cuando de pronto me encuentro con Darry
CAPÍTULO 33: IMPRUDENCIAGaiaLa oscura noche no fue suficiente para ocultar lo que vi desde la ventana. Nikolai prometió que vendría, pero no solo no lo hizo, sino que además, se encargó de restregarme en la cara cómo se besaba con Parisa por los pasillos del castillo.No pude seguir viendo más, el dolor desgarrador que sentí dentro de mi pecho fue suficiente para hacerme entender que no soy capaz de luchar contra estos sentimientos. Que por más deseos que tenga de despreciarlo, la diosa luna me ha puesto el peor reto en mi camino. “Tiene que haber una explicación, él no puede querer a esa humana”, dice Tala, tratando de justificarlo.—Olvídalo, él nos mintió. Te advertí que te habías equivocado.“La diosa no se equivoca, eso no puede ser”.A pesar de su reticencia a aceptar la realidad, percibo la furia de mi loba creciendo en su interior. Me acomodo en la cama, intentando dejar atrás el peso de los sentimientos abrumadores que intento enterrar. Cierro los ojos y me sumerjo en la
CAPÍTULO 34: DESCUBIERTAGaiaNunca había necesitado tanto poder mover mi cuerpo como ahora, pero por alguna razón estoy paralizada en mi lugar. Estática ante la visión de la reina madre delante de mí. De todos los malditos lugares donde me pude haber metido, tenía que escoger el peor de ellos. La mujer se levanta con una mirada severa y cargada de asombro. Cuando da un paso hacia mí, solo entonces consigo mover un par de músculos en mis piernas para retroceder, pero ella acelera con una velocidad vertiginosa que me deja pasmada. Cierra la puerta empujándome contra ella de forma violenta, enseñándome sus feroces colmillos. En este momento he olvidado que soy una loba; el miedo me deja tan catatónica como un muerto. —¡Maldit4 desgraciada! ¡Se supone que estabas muert4! ¡¿Cómo sobreviviste?! —Ah… —Me quedo sin palabras. Ahora veo que Nikolai no mentía.—¡Habla! —grita, su voz resonando como un trueno en la sala. Sus manos se aprietan en mis hombros, sus garras se hunden ligeramente
CAPÍTULO 35: LO QUE SEA POR PROTEGERLANikolai—¡Maldit4 sea! —bramo. La furia que mantuve contenida acaba por explotar. Destrozo una de las sillas de mi habitación de un solo zarpazo, esparciendo las esquirlas por todo el suelo.“Te dije que debías hacer algo al respecto, ahora Gaia y nuestro cachorro están en peligro por tu culpa”, recrimina Maheegan. —Basta, ya tengo suficiente como para que tú también me lo reclames. Yo no la mandé a escaparse de nuevo.“Si no la hubieras encerrado nada de eso habría pasado”.Rujo lleno de impotencia. Sé que mi madre puede ser muy persistente cuando se le mete una idea en la cabeza, pero no puedo permitir que le hagan daño a Gaia.“¿Al fin vas a admitir lo mucho que te importa?”.—¡Silencio Maheegan! —grito—. Yo no he dicho que me importe ella, pero sí el cachorro en su vientre.“¿Hasta cuándo vas a seguir engañándote a ti mismo? A mí no me puedes mentir, te conozco mejor que nadie, Nikolai”. Ignoro las preguntas de mi lobo mientras camino de un
CAPÍTULO 36: NO CONFÍO EN ELLAGaiaSolo tengo un par de horas aquí y me bastan para saber que he caído en un infierno mucho peor. La madre de Nikolai me puso un guardia en la entrada para que no pueda escapar, pero eso es lo de menos, sé bien que tengo los minutos contados, porque ella no permitirá que siga viviendo y a él… dudo mucho que en verdad le importe.—Déjanos pasar Kyle, prometemos que no causaremos problemas.Escucho la voz de una mujer afuera de la habitación. Inmediatamente mis sentidos de alarma se disparan, no sé quién será, pero el tono de su voz no me produce buena espina.—Que sea rápido —responde él.Ella le susurra algo que no alcanzo a determinar, y entonces la puerta se abre de par en par. Para mi sorpresa, hay más de una mujer afuera, pero el guardia que vigilaba se ha ido.Cinco mujeres entran en la habitación con una sonrisa burlona y una mirada amenazante y pretenciosa. Me evalúan de arriba abajo con desdén, es evidente que no les agrado a pesar de que ni si
CAPÍTULO 37: SALVANDO A LA BASTARDAParisaNi en un millón de años habría imaginado que tendría que pretender preocupación por Gaia para evitar su muerte. Hasta hace poco habría estado encantada con la idea. Dejar que la reina madre acabase con la vida de Gaia se habría convertido en todo un espectáculo para mí, pero, maldit4 sea mi suerte, tengo que salvarle la vida. Al menos por ahora.Mi única esperanza para conseguir un heredero sin que se den cuenta de mi engaño es con el bebé de Gaia, y si la hacen abortar o peor, la asesinan, no solo no tendré un bebé en mi vientre que entregar en unos cuantos meses, sino que además, probablemente también perderé mi propia vida.Gruño de frustración en mi habitación. Faltan poco para que inicie el ritual de fertilización, debo tomarme la poción que me dio la bruja unos minutos antes de que Kalixta me bendiga con un bebé que no podrá existir. —Todo mi plan depende de que Nikolai logre sacarla de aquí —digo en voz alta.Tener que aguantarme que
CAPÍTULO 38: EN LA CABAÑAGaiaSalir del ala de las concubinas no fue tan difícil como tener que atravesar el bosque a toda velocidad sobre el lomo de Nikolai acompañada también de Wise, la doncella de Parisa. Nadie se dio cuenta de mi huida, o eso parece al menos, pero lo que me mortifica no es eso, sino el futuro incierto que me espera aquí ¿Realmente estaré a salvo?Nikolai me deja en una hermosa cabaña oculta entre altos árboles y arbustos frondosos llenos de flores, que lo hacen parecer un cuento de hadas. Pero mi historia no es una fantasía, y esta hermosa cabaña está lejos de ser mi final feliz.—Te quedarás aquí, y espero que esta vez me escuches Gaia, no puedes salir de aquí hasta que yo vuelva por ti y el cachorro.—¿Qué pasará conmigo después de eso? —pregunto. Él está de espaldas a mí observando la salida, seguramente quiere deshacerse de mí pronto.Nikolai me mira ladeando la cabeza y suspira.—No lo sé.Verlo acercarse a la puerta hace crecer una angustia dentro de mí. D