Pasé el día con Lola, inmerso en el trabajo como siempre. Con Lola destinada a ser mi Luna, sabía que ella podía manejar la carga de trabajo. Su lealtad a esta manada era tan fuerte como la mía, y sabía que no había nada que no hiciéramos por el beneficio de nuestra gente.Encargarse de una manada era mucho más que papeleo y órdenes rápidas. Tenías que estar dispuesto a sacrificarte a ti mismo, tu tiempo y tu vida. Ser un Alfa significaba renunciar a tus esperanzas y sueños, tus pasatiempos e intereses personales por el bien de la manada. Sacrificabas esas cosas para que tu gente tuviera la oportunidad de perseguir lo que amaban y disfrutaban.Tan pronto como Bran y Zeke se despertaron, mi día había comenzado. Los tres llevamos a miles de luchadores a este pequeño pueblo, preparándonos para la inevitable guerra. La desventaja de tener un gran ejército era proporcionarles las necesidades básicas para vivir. Necesitaban lugares para dormir, comida para comer y espacio para respirar.L
Tanto Asher como yo dormimos tarde esa mañana, abrazados mientras intentábamos prolongar lo inevitable. Me iría pronto, y ninguno de nosotros sabía cuándo regresaría. O regresaría antes de que comenzara mi celo o sufriría las consecuencias.Mi estómago era un caos de culpa y nervios, pero el toque de Asher empujó las pesadas emociones de mi mente. Mientras nos acostamos en los brazos del otro, manos recorriendo la piel suave, la intimidad que florecía a través de mí era más fuerte de lo que jamás había sentido. Esta mañana no se trataba de sexo o de una necesidad física ardiente, se trataba de confort, verdadero compañerismo y amor."Nadie sabe que me voy, ¿verdad?". Le pregunté, alzando mi cabeza del pecho de Asher para mirarlo a los ojos. "No quiero que mi familia lo sepa hasta que me haya ido".Era egoísta de mi parte pensar de esa manera, pero eso facilitaría las cosas. No estaba haciendo esto para mí misma, sino por esta manada, por Breyona y Giovanni. Ahora entendía cómo Giova
Cada minuto que pasaba me daba más tiempo para pensar, una maldición en sí solo. Cuanto más tiempo tenía para pensar, más me preguntaba si había una forma de salir de este lío, una forma en que Breyona y Giovanni pudieran regresar sanos y salvos. Estaba arriesgando tanto con la esperanza de que mi padre dejara ir a Breyona y Giovanni. Breyona era inútil para él una vez que él me tenga en sus garras, pero era Giovanni quien me preocupaba. Giovanni había traicionado a su Rey y cualquier líder orgulloso querría represalias. Había una gran posibilidad de que el Rey Vampiro no tuviera intención de dejar ir a Giovanni, y sabía que Breyona se negaría a irse sin él. Necesitaba un plan en caso de que eso sucediera.Una hora y treinta y cuatro minutos es lo que tomó para escuchar el silencioso crujir de las hojas bajo los pesados pies de los hombres de los Reyes Vampiros. Sabía que los hombres que venían a llevarme eran los hombres de Luna Freya, ya que ningún vampiro sobreviviría estar expue
Tres días, o posiblemente cuatro, no estaba completamente segura, pero la monotonía de estar encerrada en este cuarto estaba consumiéndome lentamente. Las esposas de plata en mi muñeca evitaban que me vinculara con Asher, y mantenía a Maya a raya. La piel debajo de las esposas estaba lastimada, roja e irritada como si tuviera un sarpullido.Mis días y noches empezaron a cambiar, arruinando mi ya cuestionable patrón de sueño, no es como que esperara dormir mucho cuando mi padre estaba en alguna parte al acecho. Tristán se acercaba a la puerta cada par de horas, con una bandeja de comida y una copa de sangre en sus manos. Él no necesitaba preocuparse de que yo huyera, ya que estaba demasiado débil del constante contacto con la plata. Era prácticamente una humana, eso hacía a Tristán y al resto de los Vampiros mucho más fuertes que yo. Es claramente obvio que los vampiros no estuvieran acostumbrados a los humanos o invitados medio humanos, puesto que la comida era terriblemente escaza.
Tristán me había dicho qué esperar cuando mi Padre finalmente me llamara. Mi Padre tenía un plan B, en el cual no me necesitaría. Era para mí de mayor beneficio probar ser útil para él, mostrarle que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por la libertad Breyona y Givanni. Le creí Tristán cuando él me dijo que la única forma de que mi Padre permitiera su libertad, era si Tristán se infiltraba en mi mente. Mi Padre no sabía que yo había aprendido a resguardarme a mí misma. En esos pocos minutos que tuve con Tristán, él me enseñó cómo esculpir una pequeña pieza en mi mente para él. Sería capaz de mantener mi sabiduría, mis pensamientos y mi autocontrol. La parte más difícil era fingir que Tristán tenía el control de mi mente, que él era capaz de hacerme obedecer. No tenía tiempo para practicar, y desafortunadamente tuve que colocar mi confianza en Tristán. Abrí la puerta de un tirón que bloqueaba mis pensamientos más íntimos, esculpiendo una pequeña sección para Tristán. Luego de un
Tristán había pasado por acá más tarde en el día, así que puse mi plan en marcha. Me estaba impacientando, cada día que pasaba aumentaba mi ansiedad. Las bandas de plata alrededor de mi muñeca me mantuvieron lejos de Asher, aunque no tenía suficiente información para darle en ese momento. En el peor de los casos, usaría una sombra para contactarme con él, pero necesitaba encontrar la ubicación del depósito y cuando los vampiros planeaban atacar.Por poco y le tiendo una emboscada a Tristán mientras él venía a la habitación, preguntando– rogándole que me diera cualquier información que pudiera. Pude ver la indecisión en sus ojos, y casi gritó mientras salía furioso de mi habitación. Los siguientes días fueron así, yo rogándole a Tristán que me ayudara, solo para que él saliera furioso. Cada vez, podía ver la indecisión ardiendo en sus ojos. No estaba seguro de que pudiese alguna vez confiar en Tristán, pero estaba claro que él no estaba seguro de que lado estar.Cuatro días después,
Mi estómago estaba hecho un nudo mientras bajamos las escaleras y entrabamos al inmenso comedor. Todos los rastros que eran común del depósito desaparecieron. Mientras que la parte de afuera del depósito se veía deteriorada y desolada, el interior estaba completamente remodelada. Una larga mesa se encontraba en el centro de la habitación, un par de jarrones claros con rosas rojas de sangre colocadas en boquilla. Mantuve mi vista hacia el frente, esmaltados ignorando mis alrededores. Las esposas de metal volvieron a mis muñecas, desconectandome de mi lobo y mi manaba. Noté a mi Padre a la cabeza de la mesa, con Holly sentada a un lado. Sus ojos tenían un destello de miedo dentro de ellos como ella notara mi presencia. Fingí no verla, fingí que no me interesaba.Tristán movió una silla hacia atrás para mí, y me senté casi robóticamente. Podía sentir los ojos de mi Padre en mí, restringiéndome y evaluándome. Si él tuviera una sospecha, él no las exteriorizaría. Tristán saco una silla f
No pude dormir esa noche. Mi mente se rehusaba a apagarse, especialmente ahora que sabía que podría ver a Asher nuevamente. Pellizcaba las esposas de plata en mis muñecas, deseando que Tristán los hubiera removido antes de irse. Necesitaba hablar con Asher otra vez, para escuchar su voz y así eso podría desaparecer la ansiedad de mi mente. Permanecí en el agujero entre el sueño y la consciencia, dando vueltas en la cama de felpa. La cama era cómoda, pero incluso con el material más suave no pude lidiar con la inquietud revoltosa en mis entrañas. La mañana llegó demasiado pronto, trayendo consigo la peor parte del día. No tenía más nada más que tiempo, y nada más que esperar hasta que el grupo de Asher llegara al depósito. Mi Padre y sus tropas estarían yéndose al atardecer, dejando la mejor oportunidad para que los hombres de Asher entraran y salieran sin tener una gran batalla.Después de horas acostada en la cama, perdida en mis pensamientos y preocupaciones, tocaron la puerta.