Tres días, o posiblemente cuatro, no estaba completamente segura, pero la monotonía de estar encerrada en este cuarto estaba consumiéndome lentamente. Las esposas de plata en mi muñeca evitaban que me vinculara con Asher, y mantenía a Maya a raya. La piel debajo de las esposas estaba lastimada, roja e irritada como si tuviera un sarpullido.Mis días y noches empezaron a cambiar, arruinando mi ya cuestionable patrón de sueño, no es como que esperara dormir mucho cuando mi padre estaba en alguna parte al acecho. Tristán se acercaba a la puerta cada par de horas, con una bandeja de comida y una copa de sangre en sus manos. Él no necesitaba preocuparse de que yo huyera, ya que estaba demasiado débil del constante contacto con la plata. Era prácticamente una humana, eso hacía a Tristán y al resto de los Vampiros mucho más fuertes que yo. Es claramente obvio que los vampiros no estuvieran acostumbrados a los humanos o invitados medio humanos, puesto que la comida era terriblemente escaza.
Tristán me había dicho qué esperar cuando mi Padre finalmente me llamara. Mi Padre tenía un plan B, en el cual no me necesitaría. Era para mí de mayor beneficio probar ser útil para él, mostrarle que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por la libertad Breyona y Givanni. Le creí Tristán cuando él me dijo que la única forma de que mi Padre permitiera su libertad, era si Tristán se infiltraba en mi mente. Mi Padre no sabía que yo había aprendido a resguardarme a mí misma. En esos pocos minutos que tuve con Tristán, él me enseñó cómo esculpir una pequeña pieza en mi mente para él. Sería capaz de mantener mi sabiduría, mis pensamientos y mi autocontrol. La parte más difícil era fingir que Tristán tenía el control de mi mente, que él era capaz de hacerme obedecer. No tenía tiempo para practicar, y desafortunadamente tuve que colocar mi confianza en Tristán. Abrí la puerta de un tirón que bloqueaba mis pensamientos más íntimos, esculpiendo una pequeña sección para Tristán. Luego de un
Tristán había pasado por acá más tarde en el día, así que puse mi plan en marcha. Me estaba impacientando, cada día que pasaba aumentaba mi ansiedad. Las bandas de plata alrededor de mi muñeca me mantuvieron lejos de Asher, aunque no tenía suficiente información para darle en ese momento. En el peor de los casos, usaría una sombra para contactarme con él, pero necesitaba encontrar la ubicación del depósito y cuando los vampiros planeaban atacar.Por poco y le tiendo una emboscada a Tristán mientras él venía a la habitación, preguntando– rogándole que me diera cualquier información que pudiera. Pude ver la indecisión en sus ojos, y casi gritó mientras salía furioso de mi habitación. Los siguientes días fueron así, yo rogándole a Tristán que me ayudara, solo para que él saliera furioso. Cada vez, podía ver la indecisión ardiendo en sus ojos. No estaba seguro de que pudiese alguna vez confiar en Tristán, pero estaba claro que él no estaba seguro de que lado estar.Cuatro días después,
Mi estómago estaba hecho un nudo mientras bajamos las escaleras y entrabamos al inmenso comedor. Todos los rastros que eran común del depósito desaparecieron. Mientras que la parte de afuera del depósito se veía deteriorada y desolada, el interior estaba completamente remodelada. Una larga mesa se encontraba en el centro de la habitación, un par de jarrones claros con rosas rojas de sangre colocadas en boquilla. Mantuve mi vista hacia el frente, esmaltados ignorando mis alrededores. Las esposas de metal volvieron a mis muñecas, desconectandome de mi lobo y mi manaba. Noté a mi Padre a la cabeza de la mesa, con Holly sentada a un lado. Sus ojos tenían un destello de miedo dentro de ellos como ella notara mi presencia. Fingí no verla, fingí que no me interesaba.Tristán movió una silla hacia atrás para mí, y me senté casi robóticamente. Podía sentir los ojos de mi Padre en mí, restringiéndome y evaluándome. Si él tuviera una sospecha, él no las exteriorizaría. Tristán saco una silla f
No pude dormir esa noche. Mi mente se rehusaba a apagarse, especialmente ahora que sabía que podría ver a Asher nuevamente. Pellizcaba las esposas de plata en mis muñecas, deseando que Tristán los hubiera removido antes de irse. Necesitaba hablar con Asher otra vez, para escuchar su voz y así eso podría desaparecer la ansiedad de mi mente. Permanecí en el agujero entre el sueño y la consciencia, dando vueltas en la cama de felpa. La cama era cómoda, pero incluso con el material más suave no pude lidiar con la inquietud revoltosa en mis entrañas. La mañana llegó demasiado pronto, trayendo consigo la peor parte del día. No tenía más nada más que tiempo, y nada más que esperar hasta que el grupo de Asher llegara al depósito. Mi Padre y sus tropas estarían yéndose al atardecer, dejando la mejor oportunidad para que los hombres de Asher entraran y salieran sin tener una gran batalla.Después de horas acostada en la cama, perdida en mis pensamientos y preocupaciones, tocaron la puerta.
La voz de Asher iba y venía de nuestro enlace mental, sin duda alguna porque él se había sumado a la batalla. Podía escuchar la ira y la euforia en su voz, y mi ritmo cardíaco se disparó mientras mi ansiedad se arraigó. Mi piel se ruborizaba con una sombra roja brillante, y me quite la camisa mientras me movía. Cada kilómetro se sentía como horas, y para cuando el punto kilométrico de nuestro pueblo aparecía, estaba cerca de explotar. Sean nos contó acerca de nuestro plan de camino a casa, pero me despisté en la mayor parte de la conversación. Mientras estaba físicamente sentada en un coche en movimiento, estaba con Asher en todo momento. Nuestro vínculo ardía con fuerza dentro de mí, recordándome que él seguía vivo, a salvo, por ahora.Sean se detuvo en una pequeña gasolinera en las faldas del pueblo. Las luces del edificio cuadrado estaban apagadas, y no había ninguna persona a simple vista. Esta estación estaba técnicamente fuera del territorio de Asher, pero estaba lo suficiente
Mi madre me había advertido acerca de esto cuando era una niña. Era una forma de asegurar a los niños, para hacer el proceso de vinculación rápido. Justo después de marcar a tu pareja, la loba entraría en celo. Siempre variaba, algunas veces pasaba un mes después de ser marcada. El celo de una loba era corto, típicamente ocurría una vez al año. Mi mamá me dijo cuán brutal fue, como se sentía como si su cuerpo hubiese sido mojado en gasolina y prendido en fuego. Una vez crecí, ella me contó lo que me pasaría durante el celo. Que otros machos se darían cuenta, que algunos incluso podrían pelear por una mujer lobo.Sabía que lo que estaba sucediendo en el momento que el fuego comenzó a correr por mis venas, consumiendo mis células y saliéndome ampollas en mi piel. Había notado las señales antes, pero no lo había tenido. Tenía sentido ahora, el incremento en el calor corporal, los sofocos repentinos que había estado experimentando ya hace un par de días. Mi celo decidió venir en el peor m
AsherUna semana, una semana entera de planear nuestras rutas de escape, estrategias defensivas, evacuaciones seguras. El pasar de las semanas, sabiendo que Lola estaba en constante peligro, fue lo más difícil que tuve que soportar al volverme Alfa. Cada minuto sentía su ausencia del enlace mental entre nosotros, estaba a otro minuto más cerca de perder mi calma.El día en que Lola se entregó ella misma a su padre, Zeke me encontró en mi oficina. La mayoría de los muebles estaban destruidos, esparcidos por toda habitación con pedazos de papel. Nada de eso importaba. Ni el papeleo detallando las amenazas ni alianzas potenciales, ni la computadora – la cual tenía un sin número de correos entre otros Alfas que necesitaban asistencia. Zeke fue el único a quien le conté, la única persona además de mi Beta y Lola, quien tenía toda mi confianza. Zeke y mi Beta se las arreglaron para obtener mi atención, aclarándome las cosas antes de que nivelara la casa. No había nada que pudiera hacer en