Capítulo 6

Alani se retitó de la fiesta de cumpleaños, se encontraba confundida, estaba recostada en su cama, intentando procesar lo que Lían, le había confesado. No era un moustro, como ella creía, era un ángel y no podía creer que los ángeles en verdad existieran.

Se sobresaltó al oír un ruido en la ventana, era Lían. Ese día, el calor de verano era agobiante y ella, notó en él, que no caía ni una gota de sudor.

—No voy a preguntarte como entraste, ya me lo imagino —susurró ella de manera irónica.

—¿Quieres que te cuente todo ahora? —preguntó Lían— Si es que estás preparada.

Ella, se encogió de hombros. Lían, observó que Lina, amiga de Alani no se encontraba en la habitación y dice:

—Voy aprovechar que estás sola, te contaré todo, voy a empezar —dijo Lían— No soy humano como tú, soy un arcángel, siempre fui un arcángel, no tengo la dicha de envejecer como ustedes. Ustedes nacen, crecen y mueren. Yo jamás seré premiado con ese don. Nos agrupamos por rangos. El nuestro es el más alto