No tuve más remedio que llamar a Clavka, quien acudió en el acto tras aquella inesperada emergencia.
— ¡No puede ser! —Dijo, tras tomarle el pulso.
— ¿Qué es lo que no puede ser?
— A Doniv la drogaron fuera de casa.
— ¿La drogaron? ¿Con qué?
Clavka me miró como si yo fuese el imbécil más grande de la historia universal pese a que era primera vez que nos veíamos en persona.
— ¿Qué pasa? —Pregunté.
— Píldoras rojas. ¿Te suenan?
— ¿Que tienen de malo las píldoras rojas?
— Las píldoras rojas se las dan a las chicas débiles para que se deshiniban. Para peor Doniv se pone extremadamente caliente cuando beb
Una vez que regresé del estacionamiento y de ir a dejar a Clavka hasta mi coche me quedé pensando en la idea de que nada en la vida podía ser más aleatorio que mi vida misma.Sin previo aviso la gobernadora de la ciudad estaba ahí, de pie frente a la puerta de mi departamento.Aquello no lo podía creer.— ¿Y tú? —Me preguntó, así como realmente preocupada por mi existencia— ¿Dónde estabas?Me causó bastante gracia aquel tono de voz que empleó para preguntarme aquello y no pude evitar sonreír.— ¿Por qué?— Pregunté en recepción por tí. Me dijeron que no habías salido de aquí y al mismo tiempo me costó bastante encontrarte.Diez minutos antes y otra vez
Volví varias veces más a marcar el número de mi feminista millonaria y los resultados eran fracasos y más fracasos. Ya se me había quitado el letargo producto de un exceso de ansiedad y la gobernadora de la ciudad seguía mirando el suelo melancólicamente, al parecer sin ninguna intencion de irse a alguna otra parte.Tal vez lo tenía todo, excepto donde ir.— ¿Que pasó con la comida que hubo en casa de Evka? —Le pregunté, con el fin de cambiar el tema.La gobernadora de la ciudad sonrió tristemente:— Ah, eso —Dijo, de nuevo sonriendo de manera forzada— Descubrí que mi novia me estaba engañando con Evka. Lo peor de todo es que ella ya sabía que yo lo sospechaba y créeme que tú me ayudaste a descubrirlo.— ¿Por
Tras despedirme de la gobernadora de la ciudad sentía como cada rincón de mi ser reaccionaba distinto producto de las potentes revelaciones que había recibido durante aquella madrugada, puesto que aquella distendida charla que hubo después de aquello solo había sido una distracción.Me daba la impresión de que mi vida ya no iba a volver a ser lo que era antes, puesto que a esas alturas estaba seguro de que sabía demasiado sobre cosas que jamás hubiese tenido que saber.Llamé varias veces por teléfono a mi feminista millonaria mientras la luz matutina invadía mis párpados. Ella no contestaba y yo me sentía cada vez más asustado porque su última conexión había sido hace ya varias horas atrás. Ella nunca
Ya estaba sintiendo el cansancio, pese a toda la voluntad que poseía. Y producto de que estaba sintiendo el cansancio la creatividad culinaria no me había dado para más y terminé cocinando exactamente lo mismo que le había cocinado a la gobernadora de la ciudad.Aún no dormía nada.— Te quedó exquisito esto —Dijo Doniv— Que mejor que tener un amigo que cocina así de rico.Y ahí estaba yo, sin poder evitar mirarle los muslos. El hecho de haber procedido con Clavka la noche anterior me había dejado satisfecho, por lo que sí, tal vez iba a poder controlarme. Solo esperaba poder dormir para poder dejar de lado el consumo de las malditas píldoras rojas y así poder ordenar algo mi vida.&n
Tras haber dormido lo suficiente como para no desordenar más mi sueño me duché, me vestí y volví a salir, todo con el fin de obtener noticias de mi feminista millonaria.Conduje hasta el sector Oriente de la ciudad, con la firme convicción de acudir al palacio aquel donde ella vivía y así obtener algo de ella, puesto que no era normal que ocurriera aquello de no estar conectada en vez de estar laburando en sus cosas de siempre.Tal vez no me respondía simplemente por venganza o algo parecido, ya que yo siempre me había negado a sus planes producto de que jamás me los explicó tan bien como me los explicó la gobernadora de la ciudad. En ese momento estaba dispuesto a dar mi vida por ayudarla.En eso logro lle
Llegué a casa y me di una ducha. Luego me eché en el sofá y procedí a servirme una copa. Debía relajarme antes de proceder. De pronto llegó aquel desenlace inevitable y accedí a marcar aquel número que estaba en la nota a mano que me había entregado Carok.Oír aquella voz me devolvió la vida en ese momento.— Bruck —Dijo ella, con algo de ansiedad en su voz— ¿Como estás?— Preocupado —Respondí— No sabía nada de tí.— ¿Y para qué querías saber de mí, si es que se puede saber?Realmente lo sabía. Al mism
Desperté en medio de la noche tras hacer un último inutil esfuerzo y darle prioridad a mis horas de sueño en vez de a otra cosa. Nada. Iba a ser imposible dormir en esas condiciones. La idea de que aquella iba a ser la penúltima vez en mi vida que oiría la voz de mi feminista millonaria me provocaba ciertas cosas, mal que mal había estado conmigo en todo ese proceso que había significado alejarme de la prostitución homosexual, por ejemplo, cuestión que era mi trauma de vida y que ella en parte me había ayudado a solucionarlo. Por otro lado gracias a ella era que mi situación económica había mejorado a tal punto que ya nunca más en la vida iba a tener que preocuparme del dinero.Me sentía asquerosamente vacío de algo y sentía una culpa asquerosa cada vez que intentaba llenarlo por otros lugares..De pronto recordé que iba a llamarm
Al día siguiente me levanté de la cama con muchas energías, puesto que al fin había ocurrido aquel milagro de que por fin podía creer en aquella idea de que hacer feliz a alguien en base a lo que yo mismo como individuo podía llegar a entregar sin esperar nada a cambio era una aspiración perfectamente realista y sincera, bastante posible en el aleatorio campo de los imprevistos que el mundo en general le terminaba ofreciendo a la vida moderna, repleta de individualidades y distracciones superficiales.Pese a que ya sabía que mi feminista millonaria era la mujer más importante que había llegado a conocer en mi vida hasta ese momento, por la gobernadora de la ciudad había estado sintiendo cosas que jamás había logrado sentir por ninguna otra persona, sobre todo tras estar realmente consciente de que todo lo que ella había hecho por mí eran cosas que ninguna otra mujer había hecho por mí. Bajo