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Ahora el jefe soy yo
Ahora el jefe soy yo
Por: Alejandra. Alcala
Una jefa problematica

Al oír el sonido de la alarma, me desperté al instante, no sabía si levantarme o no, pero después de mucho pensar, me termine por levantar, salí de la cama, y fui a arreglarme para poder ir a mi trabajo.

Mi nombre es Jacob Harper, y soy un contador que trabaja para un empresa bastante prestigiosa, tenía 24 años, y gracias a varios golpes de suerte, pude lograr que me aceptaran en esa firma hace 2 años, a pesar de que era solo un recién graduado de la universidad.

Cuando entre a trabajar, todo parecía un sueño, muchos decían que no encontraría trabajo en mucho tiempo y muchas otras cosas más, pero gracias a la suerte, pudo conseguir un buen trabajo con buena paga en poco tiempo.

Fui ascendiendo poco a poco, y hoy en día el estatus que poseía en la empresa solo era de un nivel medio-bajo, pero no era nada raro teniendo en cuenta que solo era un graduado de hace 1 años, estaba conforme con mi puesto, y podía esperar a que mi trabajo me llevara lentamente hacia la cima.

Después de levantarme de la cama, me vestí apresuradamente, no quería llegar tarde, ya que no quería darle más motivos a mi jefa para poder regañarme y criticarme.

Una de las cosas que hacían de mi trabajo una molestia, era mi jefa, ella era solo 2 años mayor que yo,  pero había logrado ascender a una muy alta posición en la firma para la cual estaba trabajando, y por alguna razón, había estado haciendo de mi vida un infierno desde hace 1 año atrás.

Cuando entre a trabajar, ella era bastante amable y moderada y siempre me recibía con una sonrisa, pero no sé qué habrá pasado, pero de la nada empezó a odiarme, y siempre trataba de hacerme la vida imposible en mi trabajo.

No importa que fuera, si había trabajo extra que hacer, ella me lo asignaba, si se necesitaba que alguien se quedara horas extras en la oficina, entonces ella me seleccionaba, criticaba todo mi trabajo y me hacía reescribirlo de forma constante a pesar de que no tenía nada malo, y eso solo era algunas de las cosas que hacía para molestarme.

El acoso que ella me hacía, me sacaba de quicio, pero no podía hacer nada, era mi jefa, y no quería renunciar a mi trabajo, era un buen trabajo con oportunidades de crecimiento y se por alguna razón terminaba por abandonarlo, solo Dios sabe cuándo conseguiría otro nuevo.

Necesitaba ser muy cuidadoso cuando se trataba de ella, por lo que trataba de hacer todo bien para que no tuviera motivos por los cuales hablar, por lo que debía llegar temprano para que no empezara a criticarme como siempre.

Termine de vestirme, y salí de mi apartamento, tome un taxi para poder ir más rápido, y tras un breve recorrido, pudo llegar al edificio donde se encontraba la sede de la firma para la cual trabajaba.

Entre apresuradamente y algunos empleados y porteros me saludaron al verme, les devolví el saludo sin mirarlos mientras corría para poder llegar a tiempo, ya eran las 9:05 am y yo debía estar a las 9:00 en mi escritorio, por lo que estaba 5 minutos atrasado.

Cuando finalmente llegue, me relaje un poco, y vi como un hombre se me acercaba para saludarme.

Ese hombre era mi amigo Edward, al cual había conocido mientras trabajaba en esta oficina.

—Buenos días Jacob,  pensaba que no ibas a venir —me dijo Edward.

—Estaba a punto de no hacerlo, pero no quería que la jefa me regañara otra vez —le conteste a Edward, mientras caminaba para ir a mi escritorio.

— ¡Jacob! —me grito una voz, mientras estaba caminando.

Al escuchar esa voz, pude reconocer a quien pertenecía al instante.

Esa persona era mi jefa.

—Parece que te pillo —me dijo Edward, mientras me mostraba una sonrisa burlona.

Suspire dentro de mi mente, y me giro para poder hacer frente a mi jefa.

Al verla fijamente, puedo notar su ceño fruncido, y no puedo evitar decaerme un poco.

De no ser por su expresión y su actitud, honestamente me gustaría mucho, mi jefa se llamaba Selena Wilson, y era una mujer muy atractiva, su altura era bastante alta, media alrededor de 1,75 m, la misma altura que yo, su cabello y ojos eran de color castaño,  tenía un pecho bastante grande que yo suponía que era copa E o copa F, su cintura era fina y sus caderas eran para enloquecer a cualquier hombre, era una mujer hermosa de pies a cabeza.

Es una pena que su actitud y personalidad fuese una pesadilla total.

—Buenos días Señora Selena —le salude con la mejor sonrisa que pude hacer.

— ¡¿Sabes qué hora es?! —me pregunto Selena.

—Sí, son solo las 9:06 am señorita.

— ¡Exacto! ¡Y a qué hora debes entrar al trabajo! —me dijo mi jefa, mientras me alzaba la voz.

—A… las 9:00 am.

— ¿Y es que quiere decir?

—Que llegue tarde.

—Bien, no me importa por que llegaste tarde, pero que no se vuelva a repetir, tienes que estar aquí a las 9:00 am en punto, ¿Has entendido? 

—Si… jefa.

—Bien, voy a descontarte parte de tu sueldo de esta semana por esta tardanza.

— ¡Hija de…! —murmure dentro de mi mente, mientras aguantaba el enojo.

Solo llegue tarde 6 míseros minutos, tampoco era para hacer un escándalo.

—Ve a trabajar ahora, no quiero que se repita lo de hoy —me dijo mi jefa, mientras caminaba para ir a quien sabe qué lugar.

—Esa arpía… —murmuro con resentimiento.

—De verdad que no tienes nada de suerte Jacob —me dice Edward, mientras me consuela colocando su mano en mi espalda.

—Tú cállate.

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