Todos subieron corriendo al segundo piso y llegaron al cuarto de Lucía, donde encontraron una escena peculiar:Aurora estaba sentada en el suelo con dos carteras tiradas a su lado. Al ver entrar a todos, comenzó a llorar desconsoladamente mientras pataleaba como una chiquilla malcriada.—Aurora, mi amor, ¿qué pasó? No asustes a mamá así —Tatiana se arrodilló junto a ella—. Ven, levántate...—¡No! ¡No me levanto hasta que Lucía me pida disculpas!—Adelante —se burló Lucía—. Quédate sentada todo lo que quieras, o acostada si prefieres.—¡Tú...!—¿Disculpas por qué? —los ojos de Tatiana se entrecerraron—. Dime qué pasó.—¡Mamá! ¡Lucía me pegó!—¿Qué? —Tatiana se giró hacia Lucía—. ¿Cómo te atreves a pegarle?—Tía, lo siento, pero cuando llegué a mi cuarto escuché ruidos en el vestidor. Pensé que era un ladrón... Aunque me pregunto, ¿qué hacía Aurora en mi habitación haciendo tanto... alboroto?Su mirada se posó en las carteras tiradas.—Bueno... —titubeó Tatiana—. Aurora seguramente sinti
—¿De verdad Lucía se cree que sigue siendo la misma de antes? ¿Después de tantos años de graduada todavía quiere volver a estudiar? ¡Já! ¡Ya verá la vergüenza que pasará cuando salgan las calificaciones!—Después de lo que dijo Aurora, me dio curiosidad —comentó Anya.Yessica sonrió con malicia: —Sí, todos estamos curiosos. Vamos, Luci, ¿por qué no revisas? No te preocupes tanto, no importa si la nota es alta o baja, si pasas o no.Carolina miró a su hija, instintivamente queriendo negarse.—Está bien —respondió Lucía con una sonrisa.Todos se reunieron frente a la computadora. Lucía ya había ingresado su número de registro y contraseña, solo faltaba presionar Enter para ver los resultados.—Papá, hazlo tú.—¿Yo? —preguntó Sergio.—Sí, ¿no fuiste tú quien revisó mis resultados del bachillerato?—Bien —Sergio se frotó las manos, respiró profundo y presionó Enter.La página comenzó a cargar, todos contuvieron la respiración.Un segundo, dos segundos...—¡Ya salió! ¡Ya salió!Puntaje tota
Había estado preocupada de no llegar para el cumpleaños de Carolina, pero afortunadamente los libros llegaron justo el día anterior.—¿Cómo supiste que llevaba tanto tiempo buscando esta colección? —preguntó Carolina, sosteniendo los libros con deleite.—Lo has mencionado tantas veces —Lucía arqueó una ceja—, que hubiera sido difícil no saberlo.—Hmph, eso te pasa por no venir a casa en tanto tiempo... —Carolina hizo una pausa—. Pero gracias, mi amor, me encanta este regalo.La abrazó con cariño, mirándola con ternura mientras le acariciaba el cabello: —Recuerdo que siempre llevabas el pelo largo, ¿por qué te lo cortaste?—¿No me queda bien corto? —preguntó Lucía, acurrucándose contra ella.—¡Te queda precioso! ¡A mi hija todo le queda bien! —declaró Carolina con orgullo.Lucía sonrió y se acurrucó aún más cerca.—Ya pasaste el examen escrito, pronto será la entrevista, ¿verdad? —comentó Carolina—. ¿Significa que debes volver a Puerto Celeste?Lucía hizo una pausa antes de asentir suav
Ni ella misma tenía una idea clara de qué esperar.—Los ojos oscuros de Daniel brillaron con un destello de diversión—. Como tú dijiste, es solo un "tal vez", y yo confío en las probabilidades más altas.—Entonces tomaré eso como un buen augurio —respondió Lucía con una sonrisa....La segunda ronda de entrevistas en la Universidad Borealis estaba programada para principios de marzo.Lucía eligió cuidadosamente un traje formal y lo combinó con zapatos negros de tacón bajo.Un atuendo conservador: ni destacaba demasiado, ni desentonaba.Antes de salir, después de pensarlo un momento, tomó una bufanda de seda con estampado naranja y verde y se la puso.Ese simple detalle le dio vida al conjunto que de otro modo hubiera sido demasiado sobrio.La noche anterior había llovido, dejando el suelo húmedo y un aire denso y pegajoso.Era como si el mundo entero estuviera envuelto en una bolsa de plástico.Lucía observaba el ir y venir de gente en la sala de espera - algunos suspirando con pesadez
—Ejem... sí y no —respondió alguien.—¿Qué son los quasi-crystals?—Son cuasicristales. Es una estructura cristalina donde los átomos no siguen un patrón de simetría periódica repetitiva. Su disposición está entre un cristal y un no cristal. Los descubrió Daniel Shechtman, quien ganó el Premio Nobel de Química en 2011 por este hallazgo.—Ah, ya veo... ¡Espera! ¿Premio Nobel de qué?—De Química.—¡Un momento! ¿No estamos entrevistando para el posgrado en Biología?¿Cómo habían llegado a preguntas de física y química?—El profesor Medina ya advirtió que sus preguntas no se limitarían a la biología.—Uf, honestamente, esta pregunta es demasiado difícil para un estudiante de pregrado.—Respondió muy bien las preguntas anteriores, pero tuvo mala suerte de que Daniel se fijara en ella...—¿Te parece muy difícil? —intervino Daniel con tono neutral—. Por supuesto, puedes optar por no responder.Lucía levantó la mirada y lo enfrentó directamente—: ¿Tienen un pizarrón y marcadores?La clave esta
Lucía relajó los puños que había mantenido apretados, hizo una educada reverencia y se retiró.Cuando ella se fue, otro evaluador comentó medio en broma—: Daniel, ¿no fuiste demasiado duro con esta estudiante? Esa pregunta ni siquiera muchos estudiantes de doctorado podrían responderla.—Los estudiantes excepcionales te hacen querer descubrir sus límites —respondió Daniel con calma.Y ella había demostrado tener aún más potencial del que él imaginaba....Al salir del examen, Lucía recibió un WhatsApp de Paula.Habían quedado hace una semana en celebrar después de la entrevista en su restaurante francés favorito.Lucía estaba por abrir la aplicación de mapas para pedir un auto cuando escuchó una voz familiar tras ella.—¿Lucía? Sí eres tú.Carmen también venía a su entrevista de segunda ronda, pero en la tarde.Había llegado temprano para familiarizarse con el ambiente y calmar los nervios, pero no esperaba encontrarse con Lucía.—¿Tú estás...? —Carmen la examinó de arriba abajo.—En m
—Dejar a Mateo será la peor decisión de tu vida. ¡Sin él no eres nada! —Carmen sonrió con frialdad—. No te creas tanto, ser la primera en el examen escrito no garantiza que entres. ¡Ya veremos!Dicho esto, enderezó la espalda y se alejó a grandes pasos.La expresión de Lucía no cambió. Tranquilamente volvió a su tarea de pedir un auto.Cuando Paula escuchó la historia, casi explota de rabia—: ¿Por qué no le diste su merecido? ¡¿Cómo pudiste dejarla ir así sin decir nada?!—No, mientras más lo pienso, más me enfada. ¿Carmen todavía está en la Universidad Borealis? Voy ahora mismo a darle una lección por ti.Lucía rio suavemente—: Tranquilízate. Solo fueron algunas provocaciones sin importancia. He escuchado esas palabras tantas veces que ya perdí la cuenta.Mientras hablaba, cortaba su filete con calma y se llevaba un bocado a la boca.La carne estaba perfectamente cocida, jugosa y con un delicioso sabor a mantequilla.Tan delicioso como siempre.Paula estaba perpleja—: ¿Eres una tortug
Sus desvaríos le provocaban dolor de cabeza a Mateo.Especialmente cuando mencionó a "Lucía" - su cuerpo se tensó inconscientemente.Desde su regreso de Maldivas, Mateo le había enviado innumerables mensajes desde diferentes números, pero todos quedaron sin respuesta.Solo podía ir a buscarla donde vivía, una, dos, tres veces...Esa frustración de no poder encontrar a alguien en todo el mundo lo tenía inquieto.Y ahora, escuchaba noticias de ella por boca de Carmen...—¿Qué dijiste? ¿Qué tiene que ver Lucía con esto?—¡Por supuesto que tiene que ver! ¡Quedó en primer lugar! ¿Entiendes? ¡PRIMERA! ¡Ana solo acepta tres estudiantes este año y yo quedé en cuarto lugar!Si no fuera por Lucía, ella habría subido un puesto.Esa sensación de haber caminado 99 pasos y fallar en el último la llenaba de frustración y resentimiento, transformándose en odio y rencor.Mateo se quedó paralizado—: ¿Dices que... ella fue aceptada?—¡Sí! ¡Y con excelentes calificaciones! ¿Estás satisfecho? No solo le va