Capítulo 111
La dueña de la tienda notó inmediatamente que ella era latina, y al encontrar a una paisana, su actitud se volvió más cálida:

—Tienes buen ojo, señorita. Todas estas artesanías las hice yo mismo, serían un regalo perfecto para llevar a tu país.

Lucía sonrió y después de preguntar el precio: —Bien, envuélvemelo por favor.

—¡Con gusto! —mientras empacaba, la vendedora sacó una postal y la metió en la bolsa—. Si hay algo que quieras decir pero no puedes expresar, puedes escribirlo aquí.

Lucía se mordió el labio, pensando que no era necesario pues no tenía nada que no pudiera decir, pero como ya se lo había regalado, sería descortés rechazarlo.

Al regresar a su habitación, después de bañarse, Lucía vio la bolsa de regalo sobre la mesa. Se acercó y sacó la postal. Mostraba el paisaje más hermoso de las Maldivas. La dejó sobre la mesa. De todos modos no la iba a usar.

...

A la mañana siguiente. Jorge llegó puntual al restaurante, pero después de dar varias vueltas no vio a Lucía, solo estaba
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