Ye Wenming se puso rígido al instante, y un miedo creciente se extendió por su cuerpo.

Sin embargo, no se movió. En cambio, dijo: "No te suicidarás. Todavía tienes al Pequeño Yan y a tu madre. ¿Estás dispuesta a dejarlos por el bebé?".

Se podía ver que este comentario la había impactado en su punto débil.

Zhuo Qianyun se estremeció. ¡El bisturí en su mano parecía pesar más de mil libras!

Sí, ella no podía soportar dejar al Pequeño Yan y a su madre. El hombre frente a ella parecía conocerla muy bien.

Zhuo Qianyun de repente sonrió, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas. "Ye Wenming, dijiste que querías que creyera que me amabas. ¿Es este el amor que tienes por mí? No me preguntaste si estoy dispuesta a hacerlo. Lo decidiste todo tú mismo. El país me da el derecho a decidir si quiero dar a luz, ¡pero tú quieres quitarme eso!".

Había sarcasmo en su voz, y ella lo miraba con una frialdad que nunca antes había tenido.

Ye Wenming sintió como si el frío congelara la sangre en su cue