Antes de esto, ella siempre había estado a merced de los demás. No era capaz de resistir y solo podía dejarse oprimir por el cruel destino.

'¿Voy a dejarme estar a merced de otra persona otra vez? ¿Voy a perder al bebé solo porque él quiere? ¿Y de una manera tan forzada y humillante?’.

Al ver al anestesiólogo acercándose con el anestésico, Zhuo Qianyun continuó luchando.

No supo de dónde sacó la explosión de fuerza, pero ella apartó una mano de la enfermera que la sostenía. Luego, su mano buscó en la bandeja de operaciones al lado de la mesa de operaciones y agarró un bisturí.

Zhuo Qianyun tomó el bisturí y lo agitó mientras los doctores y enfermeras que la habían estado agarrando jadearon y retrocedieron. Zhuo Qianyun estaba finalmente temporalmente libre.

Agarraba el bisturí con fuerza en su mano como si fuera la única arma que podría proteger a su hijo por nacer.

"Qianyun, es inútil. Me decidí cuando te traje aquí hoy. No me importa si quieres enviarme a prisión o matarme, ¡pe