Qi Yueyun estaba hablando por teléfono con la madre de la heredera de la familia Tang, explicando el accidente de anoche.

"No te preocupes. Ya que no funcionó esta vez, siempre habrá otra oportunidad. Espero que tu hija sea mi nuera. Ayer fue solo un pequeño accidente...".

Antes de que pudiera terminar, escuchó la voz del mayordomo. "Joven... Joven Amo, ¿por qué trajo a tanta gente aquí? ¿Pasó... pasó algo?".

Entonces, sonó la fría voz de Bai Tingxin. "¡Lárgate!".

Qi Yueyun levantó la mirada para ver a su hijo entrar con un grupo de sus hombres. Su expresión cambió un poco y le dijo a la Señora Tang al otro lado de la línea: "Disculpa, Señora Tang. Tengo algo que atender. Hablaré contigo más tarde".

Después de terminar la llamada, Qi Yueyun miró a su hijo y dijo: "Tingxin, ¿cuáles son tus intenciones viniendo aquí con un grupo tan grande de personas?".

Bai Tingxin caminó hacia el sofá y se sentó. Les dijo a los hombres detrás de él: "Esperen afuera".

"Sí". Los hombres salieron e