Sin embargo, Yi Jinli ni siquiera se molestó en mirar a Xiao Ziyi. Simplemente le dijo a Ling Yiran: "Hermana, ¿qué piensas? ¿Es suficiente?"

En ese punto, no importaba cuánto resintiera a Ling Yiran, Xiao Ziyi solo podía rogarle piedad.

"Ling Yiran, yo... yo sé que estaba equivocada. No debería haber tratado así a tu amiga. Yo... Yo puedo disculparme con tu amiga. Por favor, perdóname”.

Ling Yiran miró a Xiao Ziyi, que estaba llorando amargamente en ese momento. Sabía muy bien que estaba pidiendo piedad por Yi Jinli, no por ella.

Al ver el estado en el que se encontraba Xiao Ziyi, no sintió ninguna simpatía por ella. Cuando pensó en cómo Qin Lianyi había sido tratada, la odió aún más y se culpó a sí misma también.

Preferiría aceptar la humillación ella misma en lugar de hacer sufrir a Lianyi.

Qin Lianyi ya había sacrificado mucho por ella. Desde que Ling Yiran fue liberada de la prisión, no había podido compensar a Qin Lianyi a pesar de que había sufrido tantas dificultades por su cul