Un día antes de volver a las oficinas Spencer…
—necesitamos un trabajo, Dorita…— murmura al dar de comer a su hermanita sentada en la carriola, la cual ingiere su alimento.
¿Pero dónde puede encontrar un trabajo en el que pueda cuidar a su pequeña hermana?, no es capaz de dejarla en una guardería, simplemente porque ha escucha historias que maltratan a los niños y como ellos no pueden decir nada –es un abuso— por ello no expondría a Dorita a ese peligro, su hermana se quedara con ella.
Observa alrededor del departamento, sonriendo con melancolía y recordar que ese lugar que encontraba repleto de vida y cosas, parecía un hogar, no que ahora, no lo parece, tan vacío, apenas el refrigerador en la cocina, una dos sillas en la barra que une la cocina al comedor que ya no se encuentra al igual que la sala y lo esencial q
Separa sus labios sosteniendo esa sonrisa arrogante en su rostro, sin soltar a su presa de entre sus brazos.Apenas puede creer lo que está sucediendo por más que intenta separarse de ese beso y abrazo, resistirse a los encantos de su jefe le es inútil, es como una abeja siendo atraída por el aroma de la miel, la cual se rinde por completo. Su corazón bombea demasiado rápido la sangre, escuchando los latidos en sus oídos, la embriaguez de aquel beso la debilita y está segura que si Dante no la estuviera sostenido ella ya estaría en el suelo.—Exquisito —Apenas escucha aquel susurro ronco salir de los labios de su jefe, al separar sus labios de los de ella, dejando que todo su ser tiemble, sin atreverse abrir sus ojos.—Ya que cerramos el trato señorita Lennox, creo que lo que sigue es entregarle su chequera y tar
Se mantiene en la cama enfocando su mirada en el techo blanco de su habitación, a pesar de que Dante fue a dejarla a la casa de Libi, ella opto por ir a su departamento a descansar, más cuando al día siguiente o mismo día al ser de madrugada cuando su jefe la fue a dejar, por fin van a consumar el trato, al llegar a su departamento dejo a Dorita descansando en su cuna, y ella se preparó para dormir.Dorita no se ha despertado, lo cual le da ventaja en pensar un poco las cosas, debía de ir a pagar lo de su hermano al hospital lo cual le resultaría grato poder verlo, y que Dorita sea revisada por el doctor. Después pasaría a comparar algo de rompa interior, por lo menos un conjunto bonito al recordar con tristeza que ya no tiene ninguno apropiado, algunos desgarrados, otros llenos de hoyitos y por último algo cosidos gracias a ella. Solo que en esa noche debe de estar presentable para Dante.
Se inclina a tomar posesión de los labios de Cristina, la cual se Rinde a los placeres que su boca despierta dentro de ella, tomándola entre sus brazos para conducirla por las escaleras directamente a su recamara, donde planea que el trato sea consumado.Apenas es consiente cuando Dante abre la puerta de la habitación introduciéndola y depositarla suavemente en la cama, acomodándose él encima suyo, sin despegar sus labios de los de ella, seduciéndola lentamente con su lengua, la cual genera en su garganta suspiros de placer; una de sus manos acerca por la nunca el rostro de Dante, provocando que desee comer sus labios, las sensaciones que él provoca en su cuerpo son únicas.Sus manos se mueven lentamente por todo el cuerpo de Cristina, deteniéndose en aquella pierna que se encuentra levantada, para así deslizarla hacia arriba y llevarse con él la tela y segui
Abre sus ojos lentamente encontrándose desorientada por el lugar oscuro y elegante que la rodea, hasta que la memoria le trae recuerdos de la noche anterior, primero haciéndola enrojecer, para concluir en algo melancólico. Se incorpora en la cama, asombrándose de que su desnudez se encuentra cubierta por una camisa de hombre, ha de suponer que es de Dante.—Veo que has despertado, traigo tu desayuno — al entrar a la habitación con una bandeja llena de dos huevos estrellados, tocino, pan tostado, un zumo de naranja y mermelada a un lado, lo cual el estómago de Cristina gruñe.—Gracias — agradece tímidamente al recargarse en las almohadas y dejar que Dante le deposite la charola en las rodillas.—Come todo, en el baño esta la ducha preparada y a un lado la ropa para cuando salgas — expresa.—Dante&h
—Sigo diciendo que es innecesario, Dante ——¿Por qué? — al llenar el carrito.—Porque no es bueno consentir tanto a Dorita — al observar a su hermana reír ente tanto juguete a su alrededor.—No veo nada de malo consentir un poco a Dorita — expone al seguir buscando lo que él cree que es necesario para la pequeña— cuando conozcas a mi cuñada, créeme esto es poco con lo que ella puede consentirla ——Pero…——No veo el problema, así que no rezongues.— al interrumpirla— si el problema es el pago, yo lo hago con gusto.— expresa, aunque el dinero que le dio a Cristina, ha de suponer él que fue para cubrir un poco de deudas que la madre de Cristina dejo a su muerte, como el funeral, la hospitalización, en si todos los gastos generados por el accidente, todavía no sabe muy bien qu
—¿Entonces andas con el jefe? — apenas puede creer lo que su amiga acaba de confesarle.—Sí — vuelve a confirmarle, por lo menos Libi le creyó lo que le menciono. No le confeso toda la verdad simplemente le omitió los detalles importantes. Pero no es un pecado.—No puedo creerlo, aunque ahora que lo dices toda esta semana el jefe ha estado sonriente y deseoso de salir temprano, ahora entiendo el motivo — ríe al ver el sonrojo de su amiga. Vaya si Dante Spencer había llevado a vivir consigo a una mujer, era porque está en verdad es importante, y se alegra de que su amiga sea la afortunada.—Bueno…——¿Le hablaste del accidente? — pregunta al interrumpirla, aunque en esos momentos ver como los ojos de su amiga se opacan de nuevo y asiente tristemente, se arrepiente de su pregunta &m
—Eso…—No continua a causa de que se abre la puerta y la mujer que le roba el aliento y vuelve loco, se aparece ente él, sonriente y con los papeles en la mano.—Dante, Libi tuvo que irse, espero que no te moleste, me quede en su lugar — explica al entrar a la sala de juntas.—No te preocupes, cara — sonríe al estirar su mano y querer atraerla hacia él, pero Cristina malinterpreta su gesto y le da los documentos.—¿Ella no es tu secretaría? — la pregunta de Miller se hace pregunte.—No, ella es Cristina Lennox, mi novia.— concluye sonriente al ver el sonrojo de Cristina, vaya ha de admitir que le fascina hacerla sonrojar.—Pero…pero…— balbucea sorprendido Miller.—El señor ya se había presenta
—¿Por qué tanta felicidad?.— pregunta al abrazarla.—Me dijeron que Dorita ya esta en su peso.— sonríe, aunque también le dieron la noticia que Su hermano se esta recuperando de manera esplendida y dentro de unos meses podrá ser un niño perfectamente normal.—¿Fuiste al medico?.— al ver como esta asiente— ¿Por qué no me avisaste?.— le reprocha.—¿Estás enojado?.— nunca pensó que a Dante le interesara la salud de su hermana.—¡Por supuesto!.— al caminar hacia el ventanal de la habitación.—Dante… yo…——Cara….— suspira, al no saber que decir, desea gritarle que el contrato que firmaron la obliga a ser completamente suya durante tres meses y aquello in