Le veía extrañada, ese que estaba sentado era Dimitri, el hermano de su esposo y un hombre extraño que la había acosado, quizás, tan solo era un incomprendido, quizás, no quería saber sus motivos para perseguirla, pero lo escucharía de todos modos.
—Primero que nada, te cuento todo esto porque al enterarme que esperabas un bebe me he dado cuenta de todo…— comenzó con un tono de voz estable y seguro. – Cuando te vi por primera vez, realmente creí que eras la mujer más hermosa de la tierra, se cómo es Dante, indiferente, infiel, mentiroso, alguien en quien no puedes confiar, y tu parecías tan inocente, que realmente quise que fueras mía, quería ser yo quien estuviera a tu lado, pero Dante me gano, como siempre ha hecho y eso me hizo sentir frustrado, por eso comencé a seguirte, y la verdad, tenía la esperanza de que esto d
Después de dos horas el llanto había cesado, después de dos meses de amabilidad y cuidados se presentaba esta mañana y decía algo tan frío como eso. Lo peor de todo es la forma en que la había afectado, no pensaba que fuera tan grave y aún así sus palabras se clavaron en su mente cual si fueran dagas.Pensó que seguir reflexionando sobre eso no llevaría a nada bueno así que se vistió, dejo el desayuno intacto y salió de su habitación. Fue entonces cuando notó que había dos arreglos de flores delante de su habitación.¿serían de Dante?No, el no se disculparía tan pronto y de esa manera, para que el le diera flores tendría que ser algo excepcional… vio la tarjeta y la abrió.Quiero verte, deseo verte… quiero tenerte entre mis bra
—No, no definitivamente no iría. El vestido le quedaba mal, pequeño, se sentía mal, tenía asco y quería quedarse a dormir, si, era la organizadora, pero se las arreglarían sin ella, era definitivo. Se quitó el vestido negro que había comprado con deseos de ocultar que gorda se estaba poniendo, se puso su bata y se recostó en la cama. Quería llorar, de verdad eso del embarazo estaba más y más complicado, nunca se imaginó que se sentiría así.Sintió que Dante entraba en la habitación, si, seguramente ya estaría vestido con su smoking y listo para irse, esperaba el reclamo en cualquier momento cuando una caricia la hizo voltearle a ver sorprendida.—¿te sientes mal? – le preguntó mientras le acariciaba el brazo—Molestias normales – respondió sin dar
Era un día sumamente ocupado, había mucho trabajo debido a que había decidido realizar una auditoría interna, era necesaria a pesar de que tenían dos contratos por dos campañas publicitarias importantes la auditoria era importante ya que se estaban realizando auditorías externas para revisar todas las empresas del ramo. Quería estar seguro de estar bien en todo.Vio a su secretaria ponerse de pie, vaya seguramente tenía algo que decirle, se paró frente a ella esperando un recado rápido.—Le esperan en la sala de juntas – avisaba Carmen, aunque Libi ya debía estar allí. Vio su reloj e hizo memoria. No tenía citas ese día a esa hora.—No tengo citas – le dijo a la secretaria esperando una respuesta—Lo sé, trate de decirles que sacarán cita,
La lista de invitados no podría ser más extensa, había funcionarios con sus esposas, directores de empresas y gerentes, todos relacionándose para poder obtener mejores tratos. Justo lo que hacía su esposo. En ese momento estaban hablando con el director de una agencia de medios de comunicación, es decir alguien que sería de gran ayuda a Dante. El hombre parecía inteligente y educado, su esposa, una ex modelo rubia parecía bastante aburrida y engreída, ni siquiera se había dignado a ver a Cristina.—Su esposa se ve adorable embarazada si me permite – dijo el hombre sonriendo. Cristina se sonrojo pero sonrió.—Por supuesto, es ahora cuando más cuidado debo tener – dijo Dante dándose un beso en la cien.—Mi Kendra y yo estamos tratando de encargar – dijo el hombre.&mdash
Despertó con un dolor de cabeza, pero nada más le dolía, era una sensación realmente extraña, sabía que estaba en el hospital por que recordaba el trayecto en la ambulancia lo que le recordaba a su herido esposo. Despertó entonces por completo y enseguida una mano que estaba encima de la suya le llamó la atención.—Tranquila – le dijo la conocida voz de su esposo. Lo volteo ver y le vio ahí, estaba un poco balido pero en pie, vivo que era lo mas importante—¡Dante! – le dijo lágrimas en los ojos. El se apresuro a secarlas con el dedo índice de la mano izquierda.—No llores, todo esta bien – le dijo con una suave voz. – todo esta bien, tu y el bebe están bien y yo también.—Estaba tan asustada – le confesó y el se inclino par
Llevaba esperando por el media hora o más, todas las luces estaban apagadas y las sábanas le cubrían hasta el cuello y escuchaba cada uno de los pasos que daba Dante hasta que abrió la puerta y ella cerró los ojos. No tardó ni cinco minutos en meterse en la cama y le dio un beso en la frente. Cristina sonrió y se volteo abrazando a su marido.—¿todo bien? – preguntó sonriendo—Perfecto – respondió el—Dante… yo quería decirte…—¿Qué cariño?—Yo… — decía insegura – creo que me estoy enamorando de ti,—Dante recibió las palabras con una sonrisa y abrazo mas fuerte a su pequeña esposa.—Esta bien, descansa – dijo con una voz suave y
Tenía que irse tan pronto llegara, no aguantaría otra plática con el, sería vergonzoso saber cuántas amantes había tenido, por cuanto tiempo le había visto la cara y que tan idiota había sido como para entregar el corazón a un idiota así. Tendría que llamar a alguien, quedarse con una amiga sería lo mejor, así que llamó a Libi la cual le dijo que en menos de quince minutos estaría ahí con ella.Saco una maleta grande y comenzó a meter su ropa sin doblar ni ningún cuidado, quería irse en cuanto pudiera, no tenía nada más que la villa y no tenía dinero, pero no importaba, su corazón le pedía a gritos que saliera de la casa y no volviera a verlo.Cuando la voz de su amiga la llamó, y ella le respondió con una voz quebrada su amiga corrió a abrazarla y en ese
Libi acababa de salir a trabajar, y ella estaba sentada aún impresionada por la cantidad de dinero que su amiga le dijo que tenía en su cuenta, al parecer Dante había agregado más dinero y no solo eso si no que tenía posibilidades de pedir más. No lo haría, después de tener a su bebe trabajaría y sería independiente.Se levanto del sillón cuando alguien toco la puerta, quizás un amigo o amiga de Libi, pero al abrirla se encontró con Dimitri sonriendo con una caja pequeña de cartón en una mano.—¿puedo pasar? – preguntó sonriendo—¿Qué haces aquí? – preguntó molesta—Visitarte—Entonces ya debes saber lo que paso—Tengo idea—No quiero verte