Era un día sumamente ocupado, había mucho trabajo debido a que había decidido realizar una auditoría interna, era necesaria a pesar de que tenían dos contratos por dos campañas publicitarias importantes la auditoria era importante ya que se estaban realizando auditorías externas para revisar todas las empresas del ramo. Quería estar seguro de estar bien en todo.
Vio a su secretaria ponerse de pie, vaya seguramente tenía algo que decirle, se paró frente a ella esperando un recado rápido.
—Le esperan en la sala de juntas – avisaba Carmen, aunque Libi ya debía estar allí. Vio su reloj e hizo memoria. No tenía citas ese día a esa hora.
—No tengo citas – le dijo a la secretaria esperando una respuesta
—Lo sé, trate de decirles que sacarán cita,
La lista de invitados no podría ser más extensa, había funcionarios con sus esposas, directores de empresas y gerentes, todos relacionándose para poder obtener mejores tratos. Justo lo que hacía su esposo. En ese momento estaban hablando con el director de una agencia de medios de comunicación, es decir alguien que sería de gran ayuda a Dante. El hombre parecía inteligente y educado, su esposa, una ex modelo rubia parecía bastante aburrida y engreída, ni siquiera se había dignado a ver a Cristina.—Su esposa se ve adorable embarazada si me permite – dijo el hombre sonriendo. Cristina se sonrojo pero sonrió.—Por supuesto, es ahora cuando más cuidado debo tener – dijo Dante dándose un beso en la cien.—Mi Kendra y yo estamos tratando de encargar – dijo el hombre.&mdash
Despertó con un dolor de cabeza, pero nada más le dolía, era una sensación realmente extraña, sabía que estaba en el hospital por que recordaba el trayecto en la ambulancia lo que le recordaba a su herido esposo. Despertó entonces por completo y enseguida una mano que estaba encima de la suya le llamó la atención.—Tranquila – le dijo la conocida voz de su esposo. Lo volteo ver y le vio ahí, estaba un poco balido pero en pie, vivo que era lo mas importante—¡Dante! – le dijo lágrimas en los ojos. El se apresuro a secarlas con el dedo índice de la mano izquierda.—No llores, todo esta bien – le dijo con una suave voz. – todo esta bien, tu y el bebe están bien y yo también.—Estaba tan asustada – le confesó y el se inclino par
Llevaba esperando por el media hora o más, todas las luces estaban apagadas y las sábanas le cubrían hasta el cuello y escuchaba cada uno de los pasos que daba Dante hasta que abrió la puerta y ella cerró los ojos. No tardó ni cinco minutos en meterse en la cama y le dio un beso en la frente. Cristina sonrió y se volteo abrazando a su marido.—¿todo bien? – preguntó sonriendo—Perfecto – respondió el—Dante… yo quería decirte…—¿Qué cariño?—Yo… — decía insegura – creo que me estoy enamorando de ti,—Dante recibió las palabras con una sonrisa y abrazo mas fuerte a su pequeña esposa.—Esta bien, descansa – dijo con una voz suave y
Tenía que irse tan pronto llegara, no aguantaría otra plática con el, sería vergonzoso saber cuántas amantes había tenido, por cuanto tiempo le había visto la cara y que tan idiota había sido como para entregar el corazón a un idiota así. Tendría que llamar a alguien, quedarse con una amiga sería lo mejor, así que llamó a Libi la cual le dijo que en menos de quince minutos estaría ahí con ella.Saco una maleta grande y comenzó a meter su ropa sin doblar ni ningún cuidado, quería irse en cuanto pudiera, no tenía nada más que la villa y no tenía dinero, pero no importaba, su corazón le pedía a gritos que saliera de la casa y no volviera a verlo.Cuando la voz de su amiga la llamó, y ella le respondió con una voz quebrada su amiga corrió a abrazarla y en ese
Libi acababa de salir a trabajar, y ella estaba sentada aún impresionada por la cantidad de dinero que su amiga le dijo que tenía en su cuenta, al parecer Dante había agregado más dinero y no solo eso si no que tenía posibilidades de pedir más. No lo haría, después de tener a su bebe trabajaría y sería independiente.Se levanto del sillón cuando alguien toco la puerta, quizás un amigo o amiga de Libi, pero al abrirla se encontró con Dimitri sonriendo con una caja pequeña de cartón en una mano.—¿puedo pasar? – preguntó sonriendo—¿Qué haces aquí? – preguntó molesta—Visitarte—Entonces ya debes saber lo que paso—Tengo idea—No quiero verte
Llegó al pequeño hospital y preguntó por su esposa, se registró con su apellido de soltera y eso le dolió pero decidió ignorar el asunto, lo primero era su salud.—Usted es…— espero el médico.—El esposo de Cristina—Ah, la señora Cristina acaba de entrar en trabajo de parto – dijo el doctor—¡¿pero como tenía ocho meses?! – preguntó alterado—Parece ser que el estrés fue lo que provoco el parto prematuro – explico el doctor, Dante inmediatamente se sintió mal – esperemos que no haya problemas, hasta ahora el bebe viene bien y su esposa también, veremos como se va desarrollando todo.Bien, ahí lo tenía todo, estaba bien pero aún así era anormal el que este en trab
Su hermano estaba tan raro que apenas lo reconocía, cuando llegaron al hospital estaba tan extraño que se preguntó si todo estaba bien y cuando abrazo a su madre tan efusivamente pensó que había perdido la chaveta, pero poco a poco el frió y sereno Dante regreso, con trabajo podía ver, su hermano luchaba para no verse como un vil mortal, lo notaba en cada movimiento y cuando dio a dar un paseo por el hospital y lo encontró ahí sentado en la capilla del hospital supo que algo había sucedido.Se sentó a su lado sin decir nada.—Casi la pierdo – dijo su hermano con el rostro entre sus manos – casi la pierdo y no podía hacer nada, nada más de pensarlo…—Hermano…—Pero ya no más, la recuperaré, esta decidido.—Nunca lo pensé
Ciertamente era de ayuda que Dante se quedará en la mansión, no lo reconocería por supuesto porque hería su orgullo de mujer pero este le ayudaba con el bebé cuanto podía y ella se alejaba cuanto creía conveniente, estar cerca de su esposo estando el cumpliendo con sus obligaciones era ciertamente peligroso, porque el se veía bastante dedicado a la familia y ella no quería dar su brazo a torcer, se divorciaría, era lo mejor, su hijo tendría a sus dos padres y una familia.Bajo a desayunar como siempre, en la cocina se encontró a su aún esposo con su impecable traje y tomando café, Dimitri más relajado con su hija en brazos y el abuelo comiendo con entusiasmo. Al verla entrar todos le sonrieron y su esposo le extendió los brazos para que le diera a su hijo y ella pudiera desayunar.—Se te hace tarde – le di