Pero Dave lo pateó sin dudar, con una clara expresión de desdén en su rostro.

Sus guardaespaldas rápidamente agarraron al hombre y lo arrastraron fuera. Sus gritos de súplica se desvanecieron a lo lejos.

Dave volvió su mirada hacia la gran ventana de cristal, su expresión oculta. Sus pensamientos seguían siendo un misterio para los presentes en la sala.

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A la mañana siguiente, Ashley se dirigió felizmente a la oficina de Joshua.

No había escuchado nada sobre lo que había sucedido anoche, pero asumía que los matones contratados por Joshua ya habían manejado la situación con Bianca. Seguramente, las fotos escandalosas ya estaban en manos de Joshua, ¿verdad?

Se rió por dentro. Su madre le había advertido que Bianca no sería fácil de manejar, pero parecía estar equivocada. Ashley estaba segura de que después de lo sucedido anoche, la reputación de Bianca estaba arruinada y no tuvo que hacer mucho para lograrlo.

Bianca realmente no podía competir con ella.

Ashley entró en la oficina de