Ella solo me abrazó más calmandome, pero mi corazón estaba destrozado, había lastimado a la persona a la que más le importaba y sabía que Axel me amaba tanto como yo a él, lo que hice era algo de lo que siempre me arrepentiría.
Unas semanas después, ninguno de mis padres vino a visitarme en todo el tiempo, solo mandan dinero para comprar nuestras necesidades, yo estaba triste y desesperada, los días pasaban y no hacía nada, mi apetito cada vez era menos, pensar todo el tiempo en lo que le hice a Axel y las consecuencias no era sano.
Quería buscar entrar a la universidad o trabajar en algo, mi nana y yo caminábamos por las calles, la gente era amable y tranquila, recorríamos los lugares más llamativos.
Caminamos por la acera y vimos un puesto de comida cerca, al pasar por ahí el olor de la comida me dio náuseas, c
Yo solo le grite. “¡Estoy embarazada!”.Mi padre se volvió a acercar. “¿Qué dijiste?”.No podía dar vuelta atrás… “Estoy embarazada, tendré un hijo de Axel”.Mi madre se levantó indignada. “¡¿Cómo pudiste meterte con ese muerto de hambre?!”.Los observé a ambos y les dije. “Querían el sistema ¿No? Me dijeron que hiciera lo que fuera para tenerlo, eso hice”.Después de decir esas palabras solo sentí un gran dolor en mi mejilla, mi padre me dio una gran bofetada y enojado me recrimino. “¡Eres una cualquiera! ¡Igual a tu madre!”
“¡Yo no quiero otro!, ¡Yo lo quiero a él! ¡Es lo único que me queda de Axel! no quiero otro!, ¡Es mi hijo por favor! ¡Díganme que no es cierto!”. Me altere tanto que me sedaron, sentía tanto dolor, en todo mi cuerpo, pero más en mi corazón, estaba desecho, al despertar de nuevo ya más tranquila me resigne, ya no tenía nada… La señora Gastelum se acercó y acarició mi cabello. “Debes estar tranquila, tu herida se abrió y te tuvieron que intervenir de nuevo, no te sobresaltes, debes cuidar tu salud”. ……………………………….. Tiempo después me recuperé poco a poco, algo dentro de mí se rompió por completo, ya no sonreía, nada me hacía feliz, todo me daba igual. Las visitas de Donato eran más frecuentes, los señores Gastelum esta
Estaba tan cansada, me recosté en unos cartones que encontré cerca de un bote de basura, tenía días sin darme un baño, hacía frío y tenía hambre, cerré mis ojos por un momento cansada, hasta que sentí una presencia, al abrirlos me encontré a un chico de unos doce o trece años de pie mirándome. “No deberías estar aquí”. Me levanté, el chico se notaba agresivo y molesto. “Lo siento, solo necesitaba dormir un poco”. El me miro. “Debes irte”. Caminé para salir del callejón, pero mi vista quedó en unos hombres… eran ellos de nuevo. Los hombres de Donato estaban muy cerca, regresé al callejón asustada, el chico me miró con curiosidad. Yo le suplique con las fuerzas que me quedaban. “Ayúdame por favor, necesito esconderme”. El
Octavio entró a la habitación, caminó hacia mí y observé sus grandes ojos azules.“¿Qué dijo el doctor?”. Su voz era más varonil, era más alto que yo y sus manos eran más grandes y maltratadas por los trabajos que hacíamos.Le pedí que se sentara en la cama y lo abrace, siempre fui hija única y desee tener hermanos siempre, Octavio llegó a mi vida como una luz en la oscuridad creo que él era quien me mantenía cuerda todo este tiempo.“Estoy enferma…un tipo de cáncer que necesita un donante que sea familiar”. Tome su mano y lo mire fijamente. “Yo no tengo familia Octavio, solo quedan las quimioterapias para darme más tiempo”.
Axel y Oliver se miraron, nunca imaginaron que Melissa viviría así. El doctor salió, Octavio camino hacia él. “¿Cómo está?”. El doctor negó. “Está muy débil, las quimios son fuertes y ella no ha tomado el reposo ni los cuidados necesarios, ha estado expuesta al ambiente mucho y su cuerpo está cansado”. Octavio miro a Axel con molestia. “Lo sé”. El recordó todos los días que Melissa esperaba afuera del edificio. Melissa despertó, miró alrededor, estaba en el hospital de nuevo, ella suspiró cansada, Octavio dormía en el sillón. Ella trató de levantarse, pero seguía débil, Octavio despertó y se levantó. “Melissa, gracias a Dios que despertaste”. “¿Cuándo estuve dormida?”.
Ella volvió a ver la ventana. “Su verdadera hija sufrió muerte de cuna a los meses de nacida, me compraron para ser la sustituta y que la gente no se enterara del incidente, soy hija de una sirvienta que al ver tanto dinero no dudo en tomarlo y dejarme”. “¿Tu padre?”. Ella rió triste. “Mi nana escuchó decir a mi madre que era un hombre rico, a ese hombre nunca le importó que ella estuviera embarazada, lo busqué, pero fue imposible sin conocer su nombre”. Axel pensó todo. Y la miró desdeñosamente. “¿Quieres que busque al niño para que él sea tu donante?”. Ella levantó la mirada negando. Axel se carcajeó. “En serio que eres una…” Las palabras se quedaron atoradas en su gargant
Axel amablemente sonrió. “Será un placer señor, solo que hoy no puedo hacerlo, la recogeré mañana por la mañana”. El hombre sonrió feliz. “¡Está hecho!”. Todos siguieron con la comida, de vez en cuando la chica miraba a Axel de reojo. Axel salió feliz con el contrato firmado, se lo entregó a Oliver frente al auto. “Regresa a la oficina”. Oliver y Axel caminaron a su coche, Axel recordó. “Cancela mis citas de la mañana”. “Saldré con Greta Richter por la mañana, nos vemos hasta en la tarde en la oficina…” Oliver entró al auto, sacó su tableta electrónica y empezó a realizar las modificaciones necesarias para el siguiente día. Al d
La mujer hizo una mueca y volvió a repetir. “Que eres muy grosera con el señor Marco”. “No soy grosera, solo que no me gustaría que me toque con la mano que te toco a ti, no sé de dónde te saco”. Greta tomó un sorbo de su jugo sin inmutarse por la cara de la pareja que acababa de llegar. La mujer abrió su boca en forma de *o*Axel miró a Marco quien también estaba indignado, pero le advirtió con la mirada a su amigo que no hiciera un escándalo. Marco llamó al mesero. “Puede acomodar dos lugares más en la mesa”. Axel extrañado miró a su amigo, pensando que trataba de hacer. El mesero acomodo los lugares, la chica se sentó a un lado de Axel y Marco indignada por el insulto de hace un momento, mientras Greta quedó entre Marc