BRENDACAPÍTULO 11Nunca antes había estado en una situación más incómoda que esa, donde casi todos los presentes estuvieron atentos a las acciones del Vicepresidente. Él después de haberme dicho aquellas palabras, las cuales me dejaron pálida, dudosa e intrigada, todos se percataron de tan atrevido acercamiento conmigo.El presidente era uno de los que no dejaba de lanzarme miradas dubitativas, aunque yo no lo comprendía, tal vez era por el descaro de su hermano menor en presencia de sus socios.Todos salimos de la sala de juntas, Thania iba a mi lado con la mirada al frente pero parecía tener su mente en otro lugar, el Señor Valente era quien iba delante de nosotras deteniéndose una que otra vez para atender alguna duda de sus empleados.—¿Te ocurre algo, Thania? —toqué su hombro haciendo que reaccionara.Ella agitó un poco su cabeza negando, después tocó su sien y sonrió viéndome.—Sólo tengo un poco de dolor de cabeza, no es nada. —explicó aún masajeando su sien.—Creo que tengo a
BRENDA CAPÍTULO 12Fred no dejaba de insistir en que le dijera el nombre de esa "persona" que me invitó a comer, justificaba su insistencia conque era mi amigo pero sobre todo porque era "hombre" y decía que no tenía que entregar mi confianza a cualquiera.Su preocupación me enternece por una parte, pero definitivamente darle vueltas al asunto era molesto, él trataba de ser un buen amigo cuando yo no quiero que sea de esos, nada más lo ignoré en instantes y se fue, no sin antes despedirse con un abrazo decente.Lo vi alejarse hasta perderse entre la multitud que iba y venía por la cera de la empresa.Liberé el aire contenido en mis pulmones y proseguí arreglando mi bolso en mi hombro para irme directo al restaurante, mientras caminaba no pude evitar mirar la estructura del edificio hasta llegar a lo más alto que estaba cubierto por grandes ventanales panorámicas que para los del exterior no era visible lo que hubiese dentro.Sin esperarlo, un pensamiento del señor Valente con la seño
BRENDA CAPÍTULO 13-Si no quieres demandar a tu jefe, ¿entonces de qué se trata todo ese misterio? -cuestionó Margo antes de probar de su café.-Necesito que me prestes un vestido... -confesé, por fin, ya que tenía varios minutos dándole vueltas al asunto y Margo hacía suposiciones de que yo quería demandar a mi jefe.Cosa que sí quisiera hacer a estas alturas.Pero no debo, tengo que recordar el trato que hicimos...-¿Un vestido?, ¿para qué quieres un vestido? -enarcó una ceja inspeccionando mi nervioso y patético rostro.-Es que... tengo que acompañar al jefe a un evento... -musité, aunque mentía a medias ya que era cierto que tenía que acompañarlo, sólo que a una cena con su familia.Tierra, trágame ahora mismo.-¿Qué clase de evento?-Margo, me choca que te pongas en plan inspector. -ignoré su gesto amargado y probé un bocado de mi plato.Llevábamos aquí menos de veinte minutos y nuestras conversaciones estuvieron conformadas sobre nada más y nada menos que mi ex y mi jefe.¿Por
BRENDACAPÍTULO 14—No mire por favor, señor Valente. —le pedí dándome la vuelta con un brazo en mis pechos y la mano en mi trasero. —¿Por qué no lo haría? —torció sus labios en forma de sonrisa, una risita ronca y amarga entonó en su garganta. Parecía divertido con la situación, levantó un brazo y señaló hacia el perchero que había en una esquina con su saco encima. —Si quiere puede ponerse eso. —estaba siendo amable, ¿conmigo?, y él pareció notar mi desconcierto. —No querrá que media oficina vea sus calzones, ¿o si? —no pudo evitar reírse de mi. En instantes mi rostro parecía una tetera de lo roja y enojada que estaba, rechinaba mis dientes cuando lo miraba, caminé hasta el perchero para tomar su saco sin ni siquiera decirle gracias o pedirle autorización, ya de todos modos me lo había ofrecido. Me amarré el saco en la cintura para así tapar el agujero en mi falda, el Señor Valente se puso de pie antes de que yo retomara el camino directo a la puerta. —¿Ni siquiera va a agrade
BRENDA CAPÍTULO 15Había regresado a mi puesto de trabajo después de acomodar mejor la falda, a medida en que iba avanzando, no pasaba desapercibido los ojos curiosos que se posaban sobre mi. Algunos eran de sorpresa, mal genio o hasta de necesidad, necesidad de no dejar de ver mis piernas, para expresarme en términos menos vulgares como: me miran como depravados. —Brenda, el Señor Valente acaba de irse, pero dejó bien en claro que debemos de continuar con nuestro trabajo. —anunció Thania. —Vale. —Oye... —me miró de pies a cabeza, cosa que me incomodó e intenté bajar el borde de la falda en vano. —Te queda muy bien la falda, aún no entiendo por qué no utilizas una de esas. —frunció su ceño con duda. Porque no quiero exhibir. Claro, no estoy diciendo de qué las otras chicas, incluyendo a Thania, lo hagan, sino que... a ellas les queda bien y no se sienten fuera de lugar. —Me siento extraña con esto... —comenté tomando asiento. —¿Extraña?, ¿por qué?, la verdad es que se te ve mejo
BRENDACAPÍTULO 16—Hemos llegado, señor.La voz del chófer anunciando nuestra llegada a la gran y extravagante mansión de la familia Valente causó un estrepitoso sentimiento de temor acunándose en mi pequeño pecho, otro hombre en un traje elegante de pingüino nos abrió la puerta, ofreció su mano para ayudarme a salir, con la mano ligeramente temblando se la tomé, parecía que el hombre alto que sostenía mi mano había notado lo nerviosa que me encontraba, simplemente salí por completo del auto respirando profundamente llenando mis pulmones de aire fresco, se sentía delicioso y relajante la débil brisa que cruzaba por medio de la noche.—Por favor toma mi brazo. —el señor Valente levantó su brazo a mi lado, elevé un poco mi mentón para verlo mejor, y ciertamente ese hombre, quién era mi jefe, se veía realmente imponente y atractivo haciendo juego con la noche.Entrelazamos nuestros brazos con sutileza, observé que en el perímetro se encontraban unos cuántos hombres uniformados con camis
BRENDACAPÍTULO 17—Correcto Ignacio, ya que estás tan enamorado de ella, vamos a ver cómo te irá después de que te quedes sin trabajo. —en sus palabras habían sin dudar una clara amenaza, pero el señor Valente ni siquiera se inmutó ante su madre.—Para tu información, madre, quien tiene la última palabra en sí dejarme sin empleo o no, es Nathan, y estoy seguro de que él está de nuestra parte. —expuso, envolviendo su brazo alrededor de mi cadera tomando con su mano libre la mía.Mi cuerpo se erizó completamente con tan sólo su tacto, que era frío y al mismo tiempo cálido, estaba luchando conmigo misma en ese momento, todo parecía estar ardiendo en fuego, era una cosa sobrenatural lo que sucedía con mis sentimientos.Quería por el bien de mis principios y moral, además de mis valores, decir la verdad.Pero por otro lado, se encontraba mi madre, la mujer que me brindó la vida y a la cuál le debo lo que soy ahora. Tengo que mantenerme callada y al márgen de toda esta discordia por culpa
BRENDA CAPÍTULO 18 Me sentía incómoda al tener tantos ojos sobre mi, y lo que más hacía palpitar mi corazón a millón era la mirada pesada de Valentina Valente, ella en el tiempo que transcurrió desde que salimos del despacho con su madre, no dejó de tener sus ojos sobre mi.Era como si estuviera juzgándome con la mirada, esperando que diera algún paso en falso para después descuartizarme con palabras. Sabía que se mantenía a raya por Nathan, mi jefe me había comentado de que no temiera por alguna cosa que pudiera hacer su hermana, ya que su hermano mayor le había advertido sobre ciertas cosas.Tengo que admitir que eso liberó un poco la carga y el estrés por esa chiquilla, pero, su madre era otra persona de la cual tendría que mencionar.Antes había dicho que la admiraba, ahora me da terror, parecía estar insatisfecha, molesta, aunque se guardaba su histeria para sí misma, seguramente en este momento se estará mordiendo la lengua.Lo que antes creía de ella se desvaneció en el momen