PRÓLOGO

EN ALGÚN LADO DE MILÁN, ITALIA.

—¡Este matrimonio se acaba hoy y aquí mismo Loretta, estoy harto de tus salidas, de tus viajes y desapariciones sin sentido!, de lo que más estoy harto es del descuido en el que tienes a nuestro hijo—, le gritó a mi esposa.

Ella apenas a llegado a casa después de estar fuera por más de dos meses, es el periodo mas largo en el que ha estado ausente desde que nos casamos hace más de diez años, en realidad no me preocupa en que malos pasos anda, y mucho menos con quién se revuelca en la cama, ese sentimiento lo perdí hace mucho tiempo, prácticamente después de haberme escupido en la cara que maldecía a esta casa, a esta familia que le cortaba las alas, eso ya lo sabía por lo tanto no me extrañó cuando lo dijo, lo que más enervó mi ira fue la forma tan despreciable en la que trató a nuestro hijo.

—Tu puedes decir misa y todo lo que quieras despotricar, pero sabes que estamos atados hasta que la m*****a muerte nos separe, así que deja de lado tú furia que te puede dar un ataque al corazón en cualquier momento, y aún que la idea de quedar viuda tan joven me cae de maravilla, aún no estoy preparada para ello, no por qué no quiera, sino por qué me tendría que atar al cuidado del maldito escluinque de tú hijo, ese miserable pequeño que dañó mi vida y mi carrera, así que no, mi querido esposo, tú hazte cargo de ese pequeño engendro como lo prometiste, mientras que yo seguiré fingiendo ser tu maravillosa esposa y disfruto la vida que se me negó desde el momento que vine a este mundo!—, dijo en tono amenazante y salió de mí despacho cerrando la puerta con una fuerza brutal que desconocía.

Desde ese día mi vida dio un grandioso giro, pues jamás pensé que al final me podría deshacer de un matrimonio de más de diez años, donde lo único bueno que ha salido de él es mi hijo Carlos Nicollo D’amico, mi mayor ilusión y motivación para encontrar a la mujer perfecta, la mujer que pueda cumplir con el papel de no solo como mi esposa, sino de madre sustituta para mí hijo.

Lo más interesante de este asunto es que ya la encontré, y sé que ella colmará todas mis expectativas, a partir de hoy se abre una puerta para hallar la felicidad, sé qué será todo un desafío lograr mis objetivos, pero no me importa lo que tengo que perder si logro conseguir a esa mujer para mí.

Desde que mi matrimonio fue en picada pensé que el amor no era para mi, más sin embargo desde el día que mis ojos conectaron con aquella mirada ambarina y brillante, decidí que sería solo para mi, no creía en el amor pero esa mirada me hizo sentir que si existe, que puede ser leal además de único, un sentimiento que siempre creí que sería vetado para mí, no creía en el amor, no, pero lo que ella me ha hecho sentir ha hecho que si crea en el, es por eso que me decidí a hacer una Apuesta, una Apuesta por Amor, haría hasta lo indecible por acercarlo a mi, por obtenerlo, por ganarlo, como sea la ganaré.

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EN ALGÚN LADO DE BRESSO, ITALIA.

—¡Ya basta!, No quiero seguir escuchando tus mentiras, no deseo volver a verte jamás en mi vida, ¡Por qué no lo entiendes!, No soy ni un juguete, y mucho menos un trofeo que tengas que lucir ante todos, ¡Soy una mujer libre, libre!, Y si me caso contigo ya no lo seré, perderé todo, mis sueños, mis metas, hasta mi vida,. ¡Y eso no te lo voy a permitir!, Esta farsa de compromiso se termina hoy, tú y yo a partir de hoy, no somos nada, entiendes, por favor ya no me busques, no sigas, te haces daño, me haces daño, ¿por qué no lo ves?—, le decía al chico más interesante, guapo y millonario de toda la comunidad de Bresso.

—¿De verdad crees que serás alguien lejos de aquí, lejos de mí?—, me dijo.

—¡Por supuesto que sí!, Aun que no lo creas te amo, pero primero están mis sueños, y si tú no estás dispuesto a caminar de mi mano hasta lograrlo, es mejor terminar antes que sea demasiado tarde—, le dije con voz más calmada.

No quiero que estalle en furia, se vuelve irreconocible cuando la ira lo domina, y es otra razón por la que quiero alejarme, sabia que es posesivo, pero nunca imaginé que fuese obsesivo tanto hasta el punto de llegar a la violencia, y no quiero averiguar que tan violento puede llegar a ser si me caso con él.

—¿Y acaso yo no te amo?, Mira mi princesa, eres lo más bonito e importante en mi vida, y sé que tus sueños son importantes, pero ¿En que quedan los nuestros?, Esos sueños que hemos platicado y planeado desde que nos conocimos, el de tener una enorme casa, formar una gran familia—, dijo en ese tono de manipulación que ya conozco, y está vez no voy a ceder, no caeré.

—¡No me dejarás!, ¡Nunca lo harás!, ¡Tú eres mía!, ¿entiendes?, ¡Mía, únicamente mía!, Y te voy atar a mi para toda la vida—, dijo con voz amenazante mientras se acercaba a mi.

Traté de huir, pero su cuerpo se interponía entre el mío y la puerta, bloqueando la ruta de escape, su mirada era aterradora, ya la conocía, pero la que me da en estos instantes me ha dejado paralizada por completo, mil y una cosas se me vienen a la mente, pienso en papá y mamá, más en mamá, cuando me daba los consejos que no me dejará dominar por nadie, «¡El miedo es la mejor arma que usan los cobardes para que las personas les muestren temor, el miedo nos paraliza hasta el punto que dejamos de ser nosotros y terminamos haciendo lo que ello digan!», ¡Cuánta razón tenía!, Pero gracias a ella, sé que puedo salir airosa de la situación.