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NO SÉ CÓMO EMPEZAR

NO SÉ CÓMO EMPEZAR

MAURIZZIO

Con lo sucedido esta tarde en la pasarela pensé que tendría el valor para enfrentarla y hacerle la propuesta, pero tenerla aquí frente a mi hablando de tú a tú, me resulta difícil y no sé por qué si siempre he sido directo para saber y obtener lo que deseo en la vida, y con ella es distinto, estoy tan nervioso que no sé cómo empezar.

—Señor D’amico no entiendo a lo que se refiere, si no es para que le pida disculpas por mi acertado comportamiento del pasado déjese de andar con tantos rodeos, así que si no quiere que me levante y me vaya en este instante, quiero que me haga saber del ¿Por qué tiene que ver lo que sucedió aquel día con esta charla?, más bien ¿Qué tengo que ver yo con usted?—, preguntó confundida.

—Lo que pasó aquella tarde entre usted y yo tiene mucho que ver, más bien todo que ver, créame—, le dije, ella me dio una mirada escéptica—, Señorita Felline sé que en estos momentos se estará haciendo muchas preguntas al respecto, y aun que tal vez vaya a pensar que estoy un poco o más bien muy loco con lo que le voy a decir, solo le pido que me entienda la razón o por lo menos no me juzgue, solo espero que escuche la propuesta y del por qué lo voy hacer—, dije, tratando de calmar su confusión.

Con cada palabra que le decía, en su mirada se notaba más la confusión, haciéndome que por un instante dudara de lo que le iba a proponer, pero la decisión estaba tomada, aun que me hubiera gustado conquistarla de la manera tradicional, mis problemas personales aceleraron mis planes para con ella, ya que mi único y principal objetivo era el de hacerla mía, para siempre, así que ahora me toca abrir mi juego, mostrarle mis cartas, ver su reacción e implorar por qué todo salga según lo planeado, no soy hombre de andar entre las ramas, siempre he sido directo para decir, pedir o exigir lo que deseo, y esta vez no será la excepción, así que aquí voy a lanzar mi Apuesta por Amor, a decirle mi propuesta, solo espero tocar ese sensible corazón que tiene para poder ser el ganador.

—Señorita Felline, como sé que está esperando saber la razón del por que la cité aquí—, la miré, y ella asintió—, Solo le pido que me escuche sin interrupciones, y ya después que le diga todo lo que tengo que decir, espero que lo consideres con cabeza fría, que lo pienses bien antes de darme cualquier respuesta—, le dije en un tono que sabía que llamaría su atención.

—Esta bien señor D’amico, prometo escucharlo hasta el final, pero sea cual sea la respuesta que quiera escuchar de mi, tenga por seguro que si se la doy es por qué la he pensado como usted dice, con cabeza fría, así que soy toda oídos—, dijo muy segura de sí.

Al darme carta blanca para escuchar mi propuesta, mi corazón se llenó de felicidad, por qué no se negaba a escucharme que era mi mayor miedo, creo que en este caso jugaba su curiosidad por saber lo que tenía que decir sumado a ese pequeño destello de deseo que veía en sus ojos, creo que sí lanzó bien mi juego, está Apuesta será mía, ella será mía como siempre lo he deseado, mía para siempre.

—Señorita Felline, primero le haré un pequeño recuento del por qué aquel encuentro de hace unos meses atrás, me han llevado a escogerla a usted para proponerle un contrato laboral, uno que le aseguro no solo será beneficioso sino del que usted saldrá muy bien recompensada—, le dije para que viera mi sinceridad.

Pude observar como sus ambarinos ojos chispearon por la curiosidad, cosa que me ayudó para hablarle con más confianza, por qué se de que eso dependerá que ella aceptara mi propuesta sin que lo pensara demasiado, yo solo debía tratar de ser lo más sincero, aunque mi sinceridad solo se la demostraría en algunas cuestiones, por qué aún no podía darle, ni hablarle de la razón real del por qué le iba hacer esa propuesta, ya que la verdadera razón solo se la voy a dar en el mismo instante en el que esté seguro de haber ganado mi Apuesta de Amor.

Así que por lo pronto solo le haría saber lo que tanto a mi como a ella nos conviene, de modo que sin querer dar más vueltas al asunto:

—Como le estaba comentando señorita Felline, lo que pasó aquella tarde entre usted y yo tiene mucho que ver, créame—, le dije, ella me dio una mirada escéptica—, Mire usted Señorita perdón por divagar demasiado, por qué sé muy bien que se estará haciendo muchas preguntas del por qué le he dado tantas vueltas al respecto, y aun que tal vez vaya a pensar que estoy un poco loco con lo que le voy a decir, solo le pido que cuando le dé mis razones me pueda entender del por qué lo hago y principalmente del por qué se la hago a usted —, dije, tratando de calmar su confusión.

Al ver el leve asentimiento en sus ojos para escuchar mi propuesta, mi corazón se llenó de felicidad, por qué al menos no se negaba a escucharme y me daba pie para expresarla sin miedo, puesto que ese era el mayor de mis temores que ni siquiera me daría la oportunidad de decirle mi propuesta y lo que de ella espero y quiero tener.

En esto último que le mencioné creo que su curiosidad jugó un papel gran papel, me lo imagino que así es pues si esa situación me sucediera a mi así lo estaría, es que analizando solo un poco si estuviera en su lugar por supuesto que estaría igual o mucho peor, más sin embargo era ella misma con sus nervios por querer saber lo que tenía que decirle y sumado a ese pequeño destello de deseo que veía en sus ojos me lo hacían pensar, creo que sí lanzó bien mi juego, está Apuesta será mía, ella será mía como siempre lo he deseado, mía para siempre.

—Por lo poco que vi en usted aquel día, me hizo entender que usted no es una mujer que se deje llevar de la opinión de terceros, lo que me hace pensar que usted no deja que esos terceros influyan en sus, opiniones, decisiones y deseos—, le mencioné para llamar su atención.

Me quiso refutar algo, pero mejor guardó silencio, dándome otra razón más del por qué la escogí para mi desde aquel día que la vi hace unos dos años atrás discutiendo con ese chófer, ese día al encontrarse nuestras miradas sabía que debía conocerla, que tenía que poseerla, sin importar que estaba ya casado, por qué ya mi matrimonio no tenía remedio, solo era cuestión del trabajo que estaba realizando mi abogado para ponerle fin.

Encontrarme con ella, verla luchar por lo que creía injusto, me hizo saber que ella era una mujer con un carácter fuerte, que captó no solo mi atención, sino que me atrapó en las redes del amor que tanto anhelaba tener en mi vida.

Por eso es que ya había decidido saber todo de ella, para encontrarla cuando al fin me divorciara, lo que jamás imaginé pero que me hizo pensar que estaba destinada para mí es que ese día era que ella iba en busca de trabajo a mi empresa, lo que me resultó más fácil averiguar de su vida y mantenerla cerca de mi, ¿Acaso no fue obra del destino?, sobre todo después de lo que sucedió un año después.

Cuando el mismo destino me hizo quedar viudo, además de padre soltero, de modo que la luna, estrellas y todas las constelaciones estaban jugando a mi favor, de manera que no me iba a echarme para atrás, ni me voy a ser el de la vista gorda mucho menos sabiendo que la tenía cerca al alcance de mi mano, el tiempo que lleva trabajando para mi me ha hecho conocerla, más que todo amarla cada día desde que se encuentra trabajando en mi empresa, aun que ella misma no sepa de mí, ni de mis intenciones para con ella.

Yo solo sé que ella iba a ser mía, sobre todo después de que al poco tiempo de quedar viudo tropecé con ella sin querer, y es a ese tropiezo del que ella hizo referencia, fue un gran tropezón, pero fue él que me hizo afianzar mi Apuesta por Amor.

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