La había pasado muy bien con mi padre, pero era tiempo de regresar a cumplir con mi responsabilidad, debía volver al trabajo, fui por mi auto, era hora de ir a casa, tenía que hacer una parada, no tenía ganas de cocinar, llevaría algo preparado para cenar, había llegado y estaba cenando, tocan la puerta fui abrir, era Kaleth.—Hola, Kaleth, ¿qué haces aquí de nuevo?, por favor ya no insistas, ya dejamos las cosas claras. —dije seriamente.—Hola, Mariam, no quiero molestarte, pero quiero hablar contigo, te prometo que esta vez será definitivo. —respondió tono serio—Está bien Kaleth, puedes seguir, no tenemos nada de que hablar, pero ya que insistes adelante. —¿te gustaría beber algo?—pregunté regresando al comedor—No, así está bien y disculpa que haya interrumpido tu cena, pero deseaba hablar contigo lo antes posible, verás como ya sabes, Ingrid dice que está esperando un hijo mío, es algo que aún tengo en duda, no sé cómo pasó, no recuerdo esa noche, pero sé que no te importa escuch
—Kaleth por favor basta, no hablemos de cosas que nos hacen más daño, solo disfrutemos nuestra compañía, disfrutemos, esta que es nuestra última noche, disfrutemos de este pecado, el cual estamos cometiendo, te amo, eso es todo lo que debería importarte, no pensemos en nada más, solo somos nosotros aquí y ahora. —respondí dándole un beso.Las horas pasaban, seguíamos disfrutando uno del otro, seguimos hablando, seguíamos mirando el reloj, contando las horas que nos faltaban, para despedirnos, para decirnos adiós, para acabar con aquel amor que no habíamos podido salvar, quizás por mi inmadurez, quizás porque no fui capaz de asumir la responsabilidad de mis actos, porque no fui capaz de reconocer que me había enamorado de un hombre menor, había sido una cobarde y este era el resultado de ello, estaba perdiendo al hombre que amaba, estaba en una relación con un hombre maravilloso, pero al que no puedo amar.Finalmente, había llegado la mañana, eran las 6:00 y ahí estábamos nosotros haci
Minutos después estábamos camino a la casa de mi madre, nos habíamos detenido en una floristería, Fernando quería comprarle unas flores a mi madre, él era muy detallista, supongo que por eso a mi madre le agradaba tanto, él había hecho todo para ganarse su aprecio y con su comportamiento era imposible negar lo fácil que había sido.—Cariño, he traído, estás para ti, sé que los girasoles son tus favoritas, al igual que sé que a tu madre le gustan las rosas, espero que estas sean de su agrado. —dijo dándome los girasoles.—Gracias, pero no tenías que hacerlo —dije sonrojada —Sí, estoy segura de que mi madre le van a gustar, pero no debiste molestarte, ya les has traído regalos, eso hubiese sido suficiente. —añadí—Lo sé cariño, pero para mí el ser detallista contigo o con mis suegros no es un problema, además mi suegra se lo merece, se ve que nos debe estar esperando con algo delicioso para almorzar, no podría solo llegar con sus flores favoritas. —explico sonriente.—Te agradezco mucho
—Padres, por favor, ya dejen de discutir, no estamos solos, un invitado y no tenemos por qué hacerlo, participé de nuestros disgustos familiares. —dije avergonzada con Fernando.Habíamos dejado de discutir y estábamos disfrutando el almuerzo, Fernando le menciono a mi madre que todo estaba muy delicioso, ella le agradeció el cumplido y ordena a los empleados traer el postre.Mi madre le dice a Fernando que la acompañe que le mostrará el álbum de fotografías familiar, ellos se retiran y quede hablando con mi padre, me preguntó que qué había pasado con Kaleth, hablé con él, padre nos despedimos definitivamente, él fue a mi casa para decirme personalmente que iba a anunciar su compromiso con la madre de su hijo, como te había mencionado antes, están esperando un hijo, debe casarse con ella, nos hemos dado el último adiós, está vez sí es definitivo. —dije cabizbaja—Están cometiendo un grave error, pero si es su decisión, no puedo decir nada al respecto, debieron haber luchado por lo que
Había sido muy confortable que mi padre me consolara, pero era hora de irnos, nos despedimos y Fernando me invitó a su casa, me dijo que él me ayudaría a hacer el trabajo que tuviera pendiente para poder pasar tiempo juntos, pues había pasado semanas fuera y no habíamos compartido lo suficiente últimamente, no tenía excusas, tuve que decirle que sí.—Cariño te había hecho una pregunta y no me respondiste —¿Te gustaría venir conmigo a la boda de Kaleth? —preguntó nuevamente.—No lo sé cariño, no estoy segura, no sé cuánto trabajo tenga entonces. —dije tratando de sacarle el cuerpo.—No importa cuánto trabajo tengas para ese día, te ayudaré con ello si es posible, contrataremos el personal necesario para que hagan el trabajo que no puedas hacer y así me puedas acompañar, no me gustaría ir solo, es mi socio y no me gustaría tampoco perderme su boda. —espeto sin darme espacio para dar una excusa más.Había sido tan insistente que tuve que decirle que si, me dijo que le pediría una invitac
—Sí, Kaleth tú siempre haces lo que te da la gana, nunca piensas en las consecuencias de tus actos, te has puesto a pensar que hubiese pasado, si hubieras encontrado a Fernando aquí, no deberíamos de estar haciendo esto, te repito, tú te vas a casar y yo estoy con alguien. —dije abrumada—Ya te dije que me asegure de que no estuviera y lo haría cada vez que venga a verte, estamos con personas a las que no amamos, nosotros nos amamos, por eso estoy aquí porque sé que me amas y también te amo y estaríamos juntos de no haber sido por tu terquedad, tu inseguridad y tus miedos, por no haber aceptado que tu edad nunca me importó y que nunca me importará, que te amo tal y como eres, ninfa de mis sueños. —espeto entusiasta.—Kaleth se está haciendo tarde, deberías irte, es peligroso que te vayas tan tarde y además si te vas muy temprano de aquí podrías meterme en problemas, los vecinos podrían sospechar, ya muchos de ellos conocen a Fernando, verte salir a estas horas y a la hora que llegaste
—Buenos días, señorita Mariam, le dije al señor Sandoval que la esperará en su oficina. —informo mi secretaria.—Señorita Mariam. —¿puedo hacerle una observación? —preguntó Vanessa mi secretaria.—Por supuesto, además de mi secretaria, eres una amiga Vanessa, dime qué es lo que necesitas decirme. —le dije.—Debería entrar al baño, lleva la blusa al revés, su falta aún tiene la etiqueta de nueva. —¿Está todo bien Mariam? —me preguntó preocupada.—¡¡Madre mía!! — exclamé llevando mis manos a la boca —Gracias Vanessa, de la que me has salvado, y si todo está bien, solo se me pegaron las sábanas, la alarma no sonó y me levanté demasiado tarde, pero te agradezco tu preocupación, iré al baño, así que por favor ofrécele algo de tomar al señor y dile que me espere unos minutos más, te agradezco. —le pedí antes de ir al baño.Había logrado ir al baño, salir y lograr concretar la reunión, todo había salido, bien gracias a que Vanessa logró despertarme a tiempo, había pasado el día y era hora de
—¿Qué crees que estás haciendo?—pregunté enojada —Kaleth porque me haces esto, sabes que me pongo nerviosa ante tus preguntas, me estás llevando al borde de la locura, porque te estás comportando así. —espeté inquieta. —Por favor basta de hacerme preguntas y de hacer tus indirectas, Fernando podría notar que me pongo nerviosa, podría tener que darle una explicación de porque lo hago, no hagas esto, te lo pido. —dije casi suplicando.—No estoy haciendo nada Mariam, no entiendo qué es lo que te preocupa, solo les estoy haciendo preguntas a ambos de cómo construir un amor como el de ustedes. —dijo en tono sarcástico.—Deja de hacerte el tonto, sé perfectamente lo que estás haciendo, no sé qué quieres lograr con esto, ¿por qué le pediste a Fernando que me trajera?. —pregunté seriamente. —Si era un almuerzo para hablar de tu matrimonio, no tenías por qué pedirle a Fernando que me invitará, Kaleth no entiendo por qué insistes en mortificarme, no estoy cómoda y lo sabes, por favor deja de ha