Evans salió furioso de ahí, miró una vez más hacía la casa, tenía el corazón partido en dos, no podía dejarla ahí pero debía sacar a su madre y amiga de ahí. —Necesito ponerlas a salvo. —Hijo, no debiste sacrificarte por mí, ya he vivido muchos años — Evans la miró furioso. —No vuelvas a decir eso mamá, nunca. Necesito ir por las demás chicas y ponerlas en un lugar seguro. — sacó su celular y llamó a Scott, él hombre estaba despertado porque ni su amigo ni Nathalie contestaban, ya que al llegar al hospital no la encontró. —¡Mierda Evans! — exclamó al contestar — ¿Qué está pasando? Nathalie no estaba en el hospital y Mio no aparece ni contesta su celular, estoy realmente preocupado. — Evans miró a la mencionada por el retrovisor. —Quiero que reúnas a los chicos y las chicas, en la casa de Nathalie, nos vemos en veinte y no te preocupes, Miosotis va conmigo. —Evans — dijo en tono de advertencia. —Ahora no Scott, haz lo que digo, es urgente. —De acuerdo — dijo no muy convencido,
Roxanne se lavó el rostro y se maquilló de nuevo mientras pensaba en lo que iba hacer, tal vez podía aceptar la propuesta de Nathalie, al final de cuenta, podía dejarlos en paz y ella hacer su vida en otro lado, sabía que podía conseguir lo que quiera. Unos gritos la sacaron de sus pensamientos y con el ceño fruncido salió de la habitación, los gritos venían de la habitación de Nathalie. —¿Qué pasa? — dijo en cuanto entró, vio a Stefan que tenía su rostro rasguñado, por su semblante podía ver que estaba molesto al igual que Nathalie, pero ella también se veía agitada. —Dile a este maldito perro faldero que si me vuelve a tocar o a obligarme a hacer algo que no quiera no le va alcanzar la vida. Papá me enseñó defensa personal así que no se me acerque — Roxanne miró sorprendida a Nathalie y luego con enfado a Stefan, a quién se le acercó y le dio una fuerte cachetada. —No la vuelvas a tocar, no te tengo aquí para que te pases de idiota. —No, no me tienes para nada útil Roxanne, mie
Nathalie estaba sentada en la terraza, mientras acariciaba su vientre, hacía tres meses estaba largo de las personas que más amaba, y eso le dolía en el corazón. Lo único que le tranquilizaba era saber que Gerald ya estaba fuera de peligro, Roxanne se había encargado de darle información tal y como ella se lo había pedido. La casa dónde Roxanne la había llevado era increíblemente grande y hermosa, tenía una piscina increíble, pero estaba rodeada de un montón de hombres, no podía salir sin su "querida madre" y no podía usar un maldito teléfono. Recordó que hacía mes y medio se había enterado que iba a ser madre, y esa noticia la había hecho llorar mucho, no porque no quisiera tener un hijo, sino porque debía recibir la noticia al lado de Evans, suspiró al recordarlo y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Te extraño tanto mi amor — dijo en voz alta mientras veía el horizonte, mientras veía el atardecer, solo esperaba que Roxanne dejara esa estupidez, ya que fue ella la que había notado
Cuando Roxanne salió de la habitación Stefan estaba esperándola. —¿Has pensado en mi propuesta? — le dijo muy serio, Roxanne puso los ojos en blanco al oírlo. —No te dejaré que estés con Nathalie, ella no te ama, y la dejaré que se vaya con Evans, solo voy a pensar que sacar con todo esto. —Eres una maldita — dijo realmente molesto se acercó a ella y la tomó muy fuerte del cuello, cosa que la hizo sorprenderse. Luego con una sonrisa muy siniestra la soltó. —No digas que no te lo advertí — dijo dando vuelta y salió de la vista de la mujer. Roxanne se quedó sorprendida y muy molesta, sabía que Stefan algo estaba planeando, y sabía que no era algo bueno, debía actuar ya, porque nunca había sido una mujer estúpida y no lo sería ahora. Volvió a entrar a la habitación de Nathalie. Ella la miró sorprendida. —Quiero que llames a Evans y le digas dónde estás, tiene que venir cuanto antes, Stefan está loco y puede hacer algo peor de malo de lo que yo lo he hecho, tengo que ver si te puedo
Roxanne miraba con odio a Stefan, creía que todo lo tenía ganado pero estaba muy equivocado, puede que ella ya no saliera con vida de esto, pero sabía que Evans vendría por su hija, y conociéndolo no vendría sólo, además Gerald amaba a Nathalie como una hija, sabía que él movería sus contactos, solo esperaba que en verdad no durarán más de la cuenta, porque en ese momento se estaba sacrificando por su hija, estaba aguantando a todos esos asquerosos con tal de que Stefan no le hiciera nada a Nathalie. —Stefan, ¿Dónde está la otra mascota que nos tenías? Mira que te dimos mucho dinero por ambas mujeres — Roxanne miró de inmediato a Stefan, ese maldito. Él sólo le sonrió con malicia. —Y la vas a tener, pero primero lo haremos con ella, quiero que mi bella Nathalie esté descansada, porque luego de esta noche, ustedes harán lo que quieran con ella. Mientras pueden divertirse con este bombón de mujer, la gran Roxanne que tiene miles de hombres a sus pies. — Roxanne tenía ganas de vomitar,
Evans miraba a sus hermosos hijos correr por el gran jardín del tío Scott junto con sus primos, después de seis años, la amistad entre todos se habían fortaleciendo, hoy era la boda de Elizabeth y Alex, eran los últimos en dar el sí. Él fue el primero en casarse con Nathalie, fue dos meses después que habían vuelto de Panamá, no quería que su hijo naciera fuera del matrimonio, y nunca había estado tan seguro de una decisión, como de estar con Nathalie, esa mujer que le había robado el corazón desde que la primera vez en que la había visto habían pasado siete hermosos años desde que se habían conocido, y tenían dos hermosos niños, el primero tenía seis años y era un niño Elías y la niña tenía tres años y se llamaba Natalia, por petición de Evans. Su familia era lo más hermoso que alguna vez pudiera soñar, incluso su madre se había casado hacía tres años atrás con el doctor de la familia y eran unos excelentes abuelos, era un hombre completamente feliz. Scott y Mio se habían casado uno
—Nathalie apúrate que llegaremos tarde — grita mi mejor amiga desde abajo.—Voy Miosotis, no te desesperes, ¿quieres?, además falta una hora y media para la entrevista de trabajo —le digo mientras voy bajando las escaleras.—Lo sé amiga pero resulta que con las presas que hay, mínimo duramos cuarenta y cinco minutos, y a ti te falta desayunar.Resoplo frustrada, mi amiga siempre preocupándose porque yo coma y cuando no lo hago me pasa regañando incluso me hace dejar lo que sea que esté haciendo para que coma.Mi amiga Miosotis o Mio como yo la llamo de cariño la conocí desde que tengo 10 años sus padres venían llegando República Dominicana cuando se hicieron nuestros vecinos, tanto ella como yo estábamos muy tristes, ella Porque dejó sus amigos, familiares y el lugar de donde había crecido durante 10 años, y yo bueno triste porque mi madre se había ido de la casa hacía seis meses. Como toda niña amaba a mi madre y me hacía mucha falta, con el tiempo aprendí que era una persona cruel y
Mi despertador suena, con la pereza del mundo me levanto, otro maldito día igual a los demás, otro día para seguir con mi plan y seguir llenándome de odio. Espero algún día cumplir mi promesa.Me baño y me alisto, antes de bajar a desayunar pasó a ver a mi mamá. Hace tres días salió el hospital psiquiátrico, ha tenido depresión durante 15 años, no quería vivir, pero gracias a Dios ya no tiene ese pensamiento. Toco la puerta pero no contesta por lo que decido entrar, ella se encuentra profundamente dormida, le doy un beso en su cabeza y se mueve un poco.—Hijo, Buenos días. —Buenos días, mamá. —¿Ya te vas a ir a trabajar? —Todavía no, voy a desayunar y luego me voy, tengo muchas cosas que hacer. —Está bien, yo bajaré dentro de un rato.—Bueno, desayunas por favor. Ella asiente y yo me voy, bajo a desayunar. Mientras lo hago me dispongo a contestar algunos mensajes y correos del trabajo. Cuando terminé, me fui a lavar los dientes y recogí mis cosas.Hoy sería un día más.—Emilio, b