Es la tercera vez que bostezo, trato de mantener los ojos abiertos pero me es imposible, bajo las herramientas que tengo en mis manos, hago el asiento hacia atrás, giro el cuello de un lado a otro para aliviar mis músculos que están doloridos por las horas de trabajo, veo el reloj y son las cuatro de la mañana, en un intento de despejar me del sueño paso la palama de mi mano en mi rostro pero no surte efecto, alzo la vista y vio a Lorena recostada sobre la mesa de trabajo, alzo la mano y noto que son casi las cuatro de la mañana, me pongo de pie, avanzo hacia ella y la muevo de los hombros – Lorena – la llamo y ella abre los ojos – ve a dormir – pronuncio entre bostezos – yo voy a casa y tú a la cama

-Es muy peligroso que conduzca en su estado – me dice a modo de advertencia – nuevamente nos quedamos hasta tarde – murmura en lo que se alza de la mesa - no ha dormido durante toda l